EEUU amenaza a este avión de Canadá: la última esperanza recae en el proyecto de supercazas coliderado por España
Canadá está planteándose romper el contrato de compra de 88 unidades del avión de combate estadounidense F-35.

Desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, Canadá ha sido uno de los blancos preferidos (entre los muchísimos que ha habido) de los ataques comerciales del presidente estadounidense.
Trump ha llegado a amenazar a Canadá con imponer aranceles de hasta un 50% al acero y al aluminio procedente del país. Aunque por el momento la aplicación de la medida ha sido puesta en suspensión.
Y eso no es todo. El mandatario estadounidense ha hablado públicamente sobre la posibilidad de que Canadá pueda convertirse en el futuro en el 51º estado de Estados Unidos, algo que ha enfadado a los canadienses.
Tal es la indignación que el primer ministro de Canadá, Mark Carney, ha pedido al ministro canadiense de Defensa, Bill Blair, que estudie posibles alternativas al avión de combate F-35 estadounidense.
En ese sentido, cabe recordar que Canadá decidió adquirir 88 unidades del avión de combate estadounidense F-35 que fabrica Martin Lockheed para así reemplazar su flota de F-18. El país dirigido por Carney ya ha pagado los primeros 16 aviones, cuya entrega está prevista para principios de 2026.
Canadá se está planteando romper ese acuerdo con Estados Unidos. Sin embargo, el director ejecutivo del fabricante canadiense de aeronaves Bombardier, Eric Martel, ha advertido de que la acción podría ser contraproducente, ya que Estados Unidos podría adoptar la misma decisión con varios contratos que el Pentágono tiene con empresas canadienses.
El poder de veto de Estados Unidos
No obstante, Estados Unidos se guarda un as bajo la manga en la búsqueda por parte de Canadá de un caza sustituto al F-35: el poder de vetar a muchos aviones de combate europeos a los que suministra componentes cruciales como motores.
Por ejemplo, el avión de combate Gripen sueco está equipado con un motor estadounidense de General Electric. La situación del caza Dassault Rafale francés es similar, ya que múltiples conectores, sensores y componentes son fabricados en Estados Unidos.
La única esperanza para Canadá sería el avión de combate Typhoon Eurofighter, que no cuenta con motor estadounidense y es construido por un consorcio compuesto por Reino Unido, Alemania, Italia y España. En concreto, el caza está propulsado por el Eurojet EJ200, fabricado principalmente por la británica Rolls-Royce.