La sidra asturiana tiene una herida de muerte
Un empresario del sector señala las claves del actual problema en uno de los productos más representativos de Asturias y España.
Es uno de los productos más típicos de España y, para muchos, de los más celebrados. Entre los asturianos, qué decir de uno de sus símbolos: la sidra asturiana. Pero esta bebida tan habitual en mesas y celebraciones de todo el país se enfrenta a un problema serio.
El gran problema es que la situación de la mayoría de las pomaradas asturianas, donde se concentra la producción de manzanos orientados a la sidra, no alcanza a todo lo que necesitaría el mercado.
Como explica Javier García Álvarez, uno de los empresarios del sector a Directo Al Paladar, "la denominación de origen permite utilizar 76 variedades, pero no hay más de diez que valgan para elaborar a nivel genérico".
"La sidra certificada no representa ni el 15% total, el resto viene de fincas que no están en la DO y lo demás es importación de comunidades vecinas, Francia y Alemania. Desde hace años se traen cisternas de fuera, porque la sidra se vende, pero no hay manzana", prosigue.
Por ello apunta que "esto es un caos total" y un "desafío". "Para producir la manzana que se consume en Asturias necesitamos 50 millones y estamos haciendo 5 o 6".
Ante esta situación, las cuentas no salen. Como recoge el empresario en la citada web especializada, "es insoportable servir un producto a un euro y medio la botella con un envase retornable”, explica Álvarez.
"Los llagares tienen unas economías muy justitas y son el último eslabón de la cadena, imagínate el resto. La manzana de fuera es un subproducto que es mucho más barato, es manzana de explotaciones industriales. Aquí tenemos un terreno que es lo que es. Esto no es Castilla".
Vista la situación, apunta a un camino de supervivencia diferente. "Revalorizar" un producto que ni el público autóctono, que consume el 80% de lo que se produce (unos 50 litros por persona al año, cifra similar a la del consumo de cerveza en el resto de España), se han preocupado por cuidar.