La palabra para pedir un bocadillo en Cádiz que en el resto de España no entienden
Hace la boca agua.
Como bien dicen, sobre gustos no hay nada escrito. En el terreno de los bocadillos, esta frase hecha se aplica a las mil maravillas y es que los hay para todo tipo de paladares: desde los más dulzones con cebolla caramelizada hasta uno bien salado de atún y anchoas pasando por los gourmet que hacen las delicias de los amantes de este formato de comida.
Un pepito de ternera, un bocata de calamares o el clásico sándwich mixto son más que suficientes para llenar el estómago en una cena improvisada e incluso acompañar un rico desayuno cuando gozas de tiempo. En cuanto a los nombres, hay de los más pintorescos: en varias zonas de España es famoso el bikini, en referencia a ese mencionado sándwich de jamón york y queso.
Asimismo, la estrella de muchos bares y restaurantes del país es el matrimonio, un bocadillo que suele estar compuesto de boquerones en vinagre aliñados con ajo y perejil junto a anchoas; una combinación sublime que bien le vale esta denominación.
Ponme un reverencia, por favor
Pero sí hay uno que destaca por la singularidad de su nombre es el reverencia. Si visitas Cádiz estas vacaciones, te sientas en un chiringuito de playa o en un bar, mira si en la carta tienes un reverencia, el término con el que sus gentes se refieren a un bocadillo de carne mechada y una rodaja de tomate.
A pesar de que igual los ingredientes no son más indicados para los meses de verano, acompañada de un cerveza bien fresca, esta delicia, que no será raro que te escurra por ambos lados, te hará sentir como un auténtico gaditano.