Un experto desvela el fraude de las neveras en trasteros
Se trata de una práctica muy común, aunque cada vez más vecinos lo denuncian.
Aunque pueda parecer una práctica extraña, muchas comunidades de vecinos sufren las consecuencias del uso fraudulento de los trasteros por parte de sus convecinos, al utilizarlos como lugar donde colocar frigoríficos o arcones, algo que no está permitido ya que los trasteros no están destinados para dicho fin.
La Cadena SER ha tenido la oportunidad de hablar con el presidente de Administradores de Fincas de Gipuzkoa y Álava, Javier Montero, quien explicó cómo se producen este tipo de estafas por parte de algunos vecinos. "Normalmente hasta que no lo descubre un vecino y avisa, las comunidades no se dan cuenta".
Según comenta Montero, ha habido ocasiones en las que han sido avisado por un corte de luz y los propietarios tenían arcones con comida en el trastero, por lo que llamaban al seguro para que les repusieran los daños. ""Llaman a la administración diciendo que ha saltado la luz y se ha estropeado lo que tenían en el arcón para que la compañía de seguros comunitaria les cubra las pérdidas", confiesa Montero.
No existe normativa específica
Otro testimonio es el el de David, un electricista que aseguró que este tipo de prácticas son más habituales de lo que podemos pensar, aunque es cierto que solo reciben "uno o dos avisos al año", ya que es muy complicado detectar estos comportamientos.
Además, a estas complicaciones se le suman los elevados costes de luz actualmente, por lo que, debido a las fluctuaciones tan altas, cuando llega una factura más cara de lo normal, no resulta tan extraño.
Pero son duda, el problema más evidente es la falta de legislación respecto a este tipo de actuaciones. No existe ningún tipo de ley específica, por lo que solo queda acogerse a Ley de Propiedad Horizontal bajo el amparo de que "se está haciendo un uso privado de unos elementos comunes sin tener derecho a ello".
En palabras de Montero, la decisión más común es la de llegar a un acuerdo con el propietario en cuestión, algo que termina derivando en colocar lectores individuales para cada trastero, con el objetivo de que la administración pueda facturar "los kW de más que consume cada propietario".