Esto es lo que cuesta montar una heladería en España
A pesar del desembolso inicial, se trata de un negocio muy rentable.
Una de las mejores actividades que podemos hacer en verano es sentarnos a comer o beber algo fresquito. En este contexto, las heladerías se posicionan como uno de los lugares favoritos para huir de las altas temperaturas.
Además, el experto del sector José Rodríguez destaca que cada vez se consume más helado independientemente de la estación del año gracias a que ciertas leyendas, como que comerlo en invierno es malo para la salud, han desaparecido. También la bajada de sus precios favorece este hecho, así como algunas informaciones que afirman que los helados pueden tener propiedades alimenticias como calcio, proteínas y vitamina B2.
Todo esto convierte a las heladerías en negocios muy rentables, según la Diputación de Valencia, que ha publicado un documento en el que anima a abrir un establecimiento de estas características: "Un sector en auge que año tras año consigue un mayor número de ventas. Aprovecha esta tendencia ‘alcista’ y monta tu propia heladería, un negocio que no te dejará en ningún caso 'helado'".
Eso sí, abrir un negocio nunca es algo fácil, sobre todo por el desembolso que hay que realizar. El organismo institucional calcula que la inversión mínima necesaria es de 61.062 euros en total, repartido entre gastos de constitución (3.305 euros), el alquiler del local (1.502 euros) el mobiliario para el establecimiento (54.091 euros) y los gastos de personal (2.163 euros). Las cifras pueden variar en función de si se quiere abrir una heladería industrial o artesanal.
Heladería artesanal: mayor inversión
Se puede abrir una heladería artesanal en la que se vendan productos hechos a mano. Sin embargo, tal y como recuerda la Diputación de Valencia, no es necesario que el emprendedor tenga experiencia, ya que existen diversos cursos preparatorios impartidos por asociaciones como la Federación Española de Heladeros, escuelas especializadas como la Escuela Gelidea en Cataluña o, incluso, el INEM.
Tampoco es necesario que venda sus helados desde el principio. "Puedes comprar inicialmente los helados a un proveedor y, según se consolide la clientela y aumenten los ingresos, ampliar el negocio y lanzarte a fabricar", recomienda el organismo institucional.
Para abrir en establecimiento de este tipo, la inversión necesaria oscilará entre los 150.250 y los 210.350 euros en función de la ubicación y dimensión del local o de si la maquinaria es de primera o segunda mano.
Eso sí, una heladería artesanal requiere más inversión que una industrial porque es necesaria una cámara de congelación que puede costar unos 18.000 euros, mientras que, si no se fabrican los helados, bastarán unos armarios de congelación para almacenar la venta de un par de días que cuestan unos 1.200 euros.
Heladería industrial: dos opciones
Respecto a las heladerías industriales, existen más opciones. El emprendedor que no quiera no fabricar sus propios helados puede elegir entre adquirir los productos que va a comercializar a otros proveedores o establecerse como franquicia.
En caso de elegir una franquicia, la inversión puede ir desde los 36.000 euros a los 160.000 euros. En cuanto a productos, algunas sólo comercializan helados, y otras ofrecen productos adicionales: panadería, cafetería... Esto permitirá abrir el local más allá de los meses de verano siendo rentable.
Pero la inversión más pequeña se dará si no se apuesta por una franquicia ni tampoco por fabricar, ya que local será más pequeño y no habrá que pagar ningún canon ni comprar maquinaria para la producción.
Otros factores
Otro de los factores que influye en la apertura del negocio es el local, cuyas dimensiones deben ser apropiadas a la zona donde estará situado. "Así, si enfocas el negocio al consumo por impulso necesitarás uno pequeño y sin mesas. Pero también puedes poner algunas mesas e incluso una terraza en verano", reflexiona la Diputación.
También es importante la ubicación del establecimiento si la heladería va a estar en una gran ciudad o zona de playa. En este caso, es mejor situarla en una calle de mucho paso.
En cambio, si va estar ubicado en un pueblo o un barrio pequeño, "la ubicación no tiene tanta importancia porque enseguida te darás a conocer como la heladería del barrio. En sitios más pequeños la clientela suele ser mucho más fiel que en las zonas con más población", comenta Josefa Rincón, de la heladería Sienna en Vicálvaro (Madrid).