Este es el primer libro en español impreso que aun se conserva: nunca adivinarás de qué trata

Este es el primer libro en español impreso que aun se conserva: nunca adivinarás de qué trata

Juan Párix utilizó una tipografía redonda, característica de las primeras imprentas italianas, y el libro fue impreso en 48 hojas sin portada.

Libros en una imagen de archivo.Getty Images

En 1472, un evento trascendental marcó la historia de la literatura y la imprenta en España. En la pequeña localidad de Aguilafuente, Segovia, se imprimió el primer libro en español que aún se conserva: el Sinodal de Aguilafuente. Este libro no solo representa un hito en la historia de la imprenta, sino que también ofrece una ventana única a la vida eclesiástica y social de la época.

El Sinodal de Aguilafuente es un testimonio de la innovación tecnológica y cultural que comenzaba a florecer en la España del siglo XV. La llegada de la imprenta a España, apenas 17 años después de la invención de la imprenta de tipos móviles por Johannes Gutenberg, permitió la difusión del conocimiento y la cultura de una manera sin precedentes.

El Sinodal de Aguilafuente fue impreso por Juan Párix, un tipógrafo de Heidelberg, Alemania, que había trabajado en las primeras imprentas italianas antes de ser llamado a Segovia por el obispo Juan Arias Dávila. Este obispo, preocupado por la reforma eclesiástica y la formación del clero, decidió utilizar la nueva tecnología de la imprenta para publicar una serie de libros que apoyaran sus esfuerzos.

El libro contiene las actas de un sínodo celebrado en Aguilafuente en junio de 1472. Este sínodo fue una de las varias reuniones diocesanas convocadas por el obispo para abordar la reforma del clero y mejorar la situación de la Iglesia local. Las actas del sínodo, que se conservan en la Catedral de Segovia, detallan las disposiciones tomadas para mejorar la estructura eclesiástica y la atención pastoral, con un enfoque particular en la reforma de las costumbres de los sacerdotes y las indicaciones para los fieles laicos.

El proceso de impresión del Sinodal de Aguilafuente fue un esfuerzo monumental. Juan Párix utilizó una tipografía redonda, característica de las primeras imprentas italianas, y el libro fue impreso en 48 hojas sin portada, lo cual era común en los primeros incunables. El manuscrito original, conocido como Codex canonum, fue utilizado como base para la impresión y contenía las firmas de los participantes del sínodo, provenientes de diversas villas y parroquias de la diócesis.

La impresión del Sinodal de Aguilafuente no solo marcó el inicio de la imprenta en España, sino que también reflejó la importancia del cristianismo en la configuración de la cultura occidental. El libro ofrece un retrato detallado de la sociedad de su tiempo, con normas y consejos para el mejoramiento general de la comunidad eclesiástica y laica.

Para llevar a cabo la impresión del Sinodal de Aguilafuente, Juan Párix tuvo que trasladar una tipografía desde Roma a Segovia, un proceso que implicó una logística compleja y una inversión significativa. El obispo Juan Arias Dávila, como responsable del Studium Generale de la ciudad, jugó un papel crucial en este proyecto, asegurando los recursos necesarios y supervisando el trabajo de Párix.

El Sinodal de Aguilafuente es un libro de dimensiones pequeñas, con 28 líneas impresas por página y 14 hojas en blanco, dejadas intencionalmente para posibles anotaciones futuras. Este detalle muestra la previsión y el cuidado con el que se realizó la impresión, anticipando la necesidad de actualizaciones y adiciones.

Hoy en día, el único ejemplar conocido del Sinodal de Aguilafuente se conserva en la Catedral de Segovia, donde sigue siendo un objeto de estudio y admiración. Este incunable no solo es valioso por su antigüedad, sino también por el contenido histórico y cultural que ofrece, proporcionando una visión única de la vida eclesiástica y social del siglo XV en España.

La impresión del Sinodal de Aguilafuente fue un hito que marcó el comienzo de una nueva era en la difusión del conocimiento y la cultura en España. Este libro, con su rica historia y contenido, sigue siendo un testimonio perdurable de la innovación y el progreso que caracterizaron a la España del Renacimiento.