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Este es el origen del símbolo del infinito así como su nombre alternativo muy desconocido

Este es el origen del símbolo del infinito así como su nombre alternativo muy desconocido

Su forma simple pero poderosa representa la idea de algo sin fin.

InfinitoShutterstock

El símbolo del infinito, representado por un ocho acostado (∞), es uno de los signos más reconocibles en matemáticas y filosofía. Sin embargo, su origen y su nombre alternativo, "lemniscata", son menos conocidos. Este artículo explora la historia detrás de este símbolo y su evolución a lo largo del tiempo.

El símbolo del infinito ha capturado la imaginación de matemáticos, filósofos y artistas durante siglos. Su forma simple pero poderosa representa la idea de algo sin fin, un concepto que ha sido fundamental en diversas disciplinas. Pero, ¿de dónde proviene este símbolo y por qué se eligió esta forma en particular?

El origen del símbolo del infinito se remonta al siglo XVII, cuando el matemático inglés John Wallis lo introdujo en su obra "Arithmetica Infinitorum" en 16561. Wallis utilizó este símbolo para representar una cantidad infinitamente grande, una que no tiene cota ni límite. Aunque Wallis no dejó una explicación clara de por qué eligió este símbolo en particular, su elección ha generado varias teorías interesantes. Una de las hipótesis más aceptadas es que Wallis pudo haberse inspirado en el símbolo romano para el número mil, “CIƆ”, que se utilizaba para representar una gran cantidad.

El símbolo del infinito, tal como lo conocemos hoy, apareció por primera vez en la obra "Arithmetica Infinitorum" de John Wallis en 1656. Wallis, un matemático inglés, lo utilizó para simplificar la representación de cantidades infinitas en sus ecuaciones y conceptos matemáticos. Sin embargo, Wallis nunca dejó una explicación clara de por qué eligió este símbolo, lo que ha llevado a diversas conjeturas sobre su origen. Una de las hipótesis más aceptadas es que Wallis pudo haberse inspirado en el símbolo romano para el número mil, “CIƆ”, que se utilizaba para representar una gran cantidad.

El símbolo del infinito también tiene un nombre alternativo menos conocido: "lemniscata". Este término proviene del latín "lemniscatus", que significa "decorado con cintas". En geometría, una lemniscata es una curva plana unicursal definida a partir de dos puntos dados, conocidos como focos, situados a una distancia de 2d entre sí. Esta curva se asemeja a un lazo o cinta, lo que explica su nombre. La lemniscata fue estudiada por matemáticos como Jakob Bernoulli, quien la empleó en sus investigaciones sobre curvas y geometría.

El símbolo del infinito no solo se utiliza en matemáticas y filosofía, sino que también tiene aplicaciones en astronomía. El concepto de "anelma" describe la curva que traza la posición del sol en el cielo a lo largo de un año, si se observa desde un mismo punto a la misma hora cada día. Esta curva, que se asemeja a un ocho, es otra representación del infinito en la naturaleza.

Para entender mejor el origen del símbolo del infinito, es útil conocer algunos detalles sobre la vida y obra de John Wallis. Nacido en 1616 en Ashford, Inglaterra, Wallis fue un matemático y clérigo que hizo importantes contribuciones a la matemática y la criptografía. Además de introducir el símbolo del infinito, Wallis es conocido por su trabajo en el desarrollo del cálculo infinitesimal y por sus estudios sobre la teoría de números.

El proceso de adopción del símbolo del infinito en la matemática no fue inmediato. Aunque Wallis lo introdujo en el siglo XVII, su uso se popularizó gradualmente a lo largo de los siglos siguientes. Hoy en día, el símbolo del infinito es una parte integral de la notación matemática y se utiliza en diversas ramas de la ciencia y la ingeniería para representar conceptos de infinitud y continuidad.