Estas son las calles y zonas de tapas que no te puedes perder si visitas Aragón

Aragón se ha establecido como un destino culinario imprescindible para los amantes de las tapas, esas pequeñas delicias que se disfrutan de pie y que son el reflejo de la rica cultura gastronómica de la comunidad autónoma. Cada año, los concursos de tapas celebrados en diferentes puntos de la comunidad atraen a multitudes deseosas de probar las creaciones más innovadoras de los chefs. 

En el corazón de Huesca, la tradición de las tapas ha experimentado una revitalización notable. La zona central de la ciudad, especialmente entre los Porches de Galicia y la Iglesia de San Lorenzo, se ha convertido en el centro de actividad culinaria en la ciudad.

Teruel ofrece una experiencia diferente, con una selección de tapas que tienden más hacia las raciones que los pinchos o tapas. Aquí, el jamón y otros derivados del cerdo son los protagonistas, acompañados de frituras y salmueras Para sumergirse en esta oferta culinaria, basta con pasear por las calles Yagüe de Salas, San Juan, la plaza del Torico y sus alrededores, así como el Paseo del Óvalo, la Ronda de Ambeles y el Tozal.

Zaragoza no se queda atrás en esta celebración de la gastronomía en miniatura. El Tubo, su zona de tapeo más emblemática, se encuentra en el casco antiguo y es famoso por combinar la tradición con la innovación. Las plazas de Santa Marta, Santa Cruz y San Miguel también son testigos de esta fusión, donde los establecimientos tradicionales conviven con propuestas más modernas.