Estas piedras pueden brillar más que el sol y acabar con los combustibles fósiles
Son extremadamente asequibles, hasta 50 veces más baratos que las baterías de litio.
El desarrollo de nuevos sistemas que permitan revolucionar la forma en la que la sociedad genera energía es uno de los aspectos más importantes en los que se trabaja hoy en día. Entre las ideas y proyectos destaca la caja de rocas incandescentes de Andrew Ponec, cofundador y director ejecutivo de Antora Energy, una startup que desarrolla almacenamiento de energía térmica que convierte la energía solar y eólica en calor y energía industrial sin emisiones de carbono.
Como explicó Ponec en un artículo de la CNN mientras se encontraba de pie junto a una batería térmica del tamaño de un edificio pequeño. "(Las rocas) en la caja en este momento están a unos 1.600 grados Celsius, eso es casi 3.000 grados Fahrenheit, más caliente que el punto de fusión del acero".
Pero lo que hace que su caja de rocas incandescentes sea tan significativa es que no se calentaron quemando toneladas de carbón o gas, sino captando la luz del sol con los miles de paneles solares fotovoltaicos que rodean su prototipo al oeste de Fresno.
Si tiene éxito, Ponec y su empresa Antora Energy podrían ser parte de un nuevo sector de almacenamiento de energía multimillonario que simplemente utiliza el sol o el viento para fabricar cajas de rocas lo suficientemente calientes como para hacer funcionar las fábricas más grandes del mundo.
Las rocas calientes son capaces de almacenar diez veces más energía que los iones de litio en todo el mundo, gracias a un invento del siglo XIX conocido como estufas Cowper. Estas enormes torres de ladrillos apilados, que a menudo se encuentran en plantas de fundición, absorben el calor desperdiciado de un alto horno hasta que se calienta a casi 3000 grados Fahrenheit y luego proporcionan más de 100 megavatios de energía térmica durante unos 20 minutos.
El proceso se puede repetir 24 veces al día durante 30 años, y Antora se encuentra entre las nuevas empresas que experimentan con diferentes tipos de rocas en cajas aisladas o sales fundidas en cilindros para encontrar la combinación más eficiente.
Sin embargo, como comenta Ponec “lo que esos hornos no tenían era una forma de recuperar el calor". Por tanto, lo que han hecho ha sido "agregar algunas cavidades, algunos espacios en el carbono que permita que brille la luz desde lo más profundo del sistema y algunas puertas aisladas que se puedan abrir y cerrar y que permitan que la luz brille cuando se desee. En el futuro, usaremos esa luz no sólo para crear vapor, sino también para generar calor a temperaturas mucho más altas para industrias como las del cemento y el acero" explica.
Antora ha logrado recaudar US$ 80 millones en capital inicial de inversores que incluyen a Bill Gates, pero su principal competidor es otra startup del área de la Bahía de San Francisco llamada Rondo que utiliza abundante ladrillo refractario, que es más barato que el carbono en peso, pero no tan denso en energía. Rondo ha logrado incluso más financiación que Antora y su primera batería está produciendo energía comercial para una planta de etanol en California.
"Tuvimos este avance que nos permite calentar ladrillos directamente con luz infrarroja invisible de elementos calefactores", dijo a CNN el director ejecutivo de Rondo, John O'Donnell. "De inmediato supimos, gracias a informes de ingeniería de terceros, que este material iba a durar 100 años".