Esta es la medusa más grade del mundo y las escasas costas que ha decidido visitar
Sus tentáculos llegan a superar incluso la altura de la Estatua de la Libertad.
En el vasto y misterioso reino de los océanos, habita una criatura de proporciones colosales que desafía la imaginación: la medusa melena de león ártica, conocida científicamente como Cyanea capillata. Este ser vivo, que parece sacado de un cuento de hadas marino, ostenta el título de la medusa más grande del planeta. Su presencia es tan esquiva como fascinante, y su tamaño es tan impresionante que los tentáculos del ejemplar más largo registrado alcanzaban los 37 metros de longitud, superando incluso la altura de la Estatua de la Libertad.
La medusa melena de león ártica prefiere las aguas frías y profundas, lo que la lleva a habitar principalmente en el océano Ártico y en el Atlántico norte. A pesar de su preferencia por el anonimato en las profundidades abisales, ha sido avistada en superficie en raras ocasiones, dejando a testigos y científicos por igual con la boca abierta. En una de estas raras apariciones, en marzo de 2021, buceadores en la Ría de Vigo, Galicia, España, se toparon con una medusa cuyo tamaño superaba el metro y medio, con tentáculos que se extendían hasta cuatro metros.
Aunque su distribución es circumpolar, la medusa melena de león ártica ha frecuentado escasas costas, siendo una especie común en la Europa septentrional. También se ha dejado ver en las costas atlánticas de Norteamérica, desde Canadá hasta Florida. Sin embargo, su presencia no se limita al hemisferio norte; en el océano Glaciar Antártico se han encontrado medusas gigantes aún mayores, con diámetros en su umbrela de al menos 1,5 metros, aunque estas criaturas antárticas aún no han sido completamente clasificadas.
La medusa melena de león no solo es notable por su tamaño, sino también por su papel en el ecosistema marino como depredador. Utiliza sus tentáculos, casi invisibles y llenos de nematocistos venenosos, para paralizar a los peces despistados que nadan entre ellos. Este método de caza eficiente le permite alimentarse no solo de peces, sino también de otras medusas.
A pesar de su apariencia intimidante, la mayoría de las picaduras de la medusa melena de león ártica causan solo dolor y enrojecimiento temporal de la piel. No obstante, en julio de 2010, un incidente en Rye, Nuevo Hampshire, en los Estados Unidos, resultó en picaduras a unas 150 personas debido a los restos de una medusa que se había despedazado en innumerables trozos.
La medusa melena de león ártica no solo comparte el océano con nosotros, sino que también comparte un vínculo ancestral con la extinta Mawsonites. Los biólogos han encontrado similitudes en los movimientos, metabolismo y complexión entre ambas especies, y recientes estudios sugieren que el veneno de Mawsonites era muy potente, similar al de la medusa melena de león, almacenado en cápsulas conectadas a arpones
