Eligen esta costa española como el "punto de esperanza" para las ballenas y la fauna marina
Considerado como el lugar más apropiado para llevar a cabo este estudio.
El municipio de Vilanova y la Geltrú, en la provincia de Barcelona, ha sido el elegido por un grupo de investigadores del LAB de la UPC (Universidad Politécnica de Catalunya) para desarrollar un proyecto que no cuenta con precedentes, al menos en lo que respecta al área mediterránea.
Según explicaron, el objetivo es comprobar si las aguas de este municipio son las adecuadas para el desarrollo y conservación de las ballenas. Las costas escogidas han sido las de esta localidad catalana ya que han sido reconocidas como el primer "punto de esperanza marina", (Hope Spot, en inglés) de la península según la fundación Mission Blue.
El trabajo consistirá en estudiar las condiciones marinas de la zona y comprobar el comportamiento de los rorcuales comunes (ballenas de entre 18 y 20 metros de largo que habitan en el mediterráneo) para establecer un mapa de biodiversidad de la zona. Para ello se estudiarán siete especies ubicadas en las zonas de alimentación del rorcual común que sufren las consecuencias de un gran tráfico marino y contaminación acústica submarina.
Pero, ¿por qué se ha elegido esta zona? Esta elección se debe a que la Asociación EDMAKTUB señaló que se trata de un lugar -tan desconocido como importante- clave para el desarrollo y alimentación de esta especie de ballena, que adquiere mayor importancia al ser la única que habita el mediterráneo.
Así, con los métodos utilizados por los expertos, se arrojará luz acerca de la biodiversidad del lugar y los comportamientos de las especies marinas. Todo ello con el objetivo de trazar una estrategia en consonancia con la Directiva Marcos sobre la Estrategia Marina de la UE. El elemento central para el estudio será el sonido, que revelará gran cantidad de información a la hora de conectar ecosistemas.
El objetivo final, además del ya mencionado relacionado con las ballenas será el de encontrar la solución para que las actividades humanas puedan coexistir con el medio marino sin que esta confluencia suponga un problema o hándicap en la biodiversidad.