El pequeño pueblo bajo una superpresa de 300 millones de litros de agua que vive en riesgo continuo de inundación completa

El pequeño pueblo bajo una superpresa de 300 millones de litros de agua que vive en riesgo continuo de inundación completa

Pero el peligro real está en el arroyo de Navalcuervo. 

El embalse de Santa Teresa en una imagen de archivo.Getty Images

La Maya, un pequeño pueblo de Salamanca, vive a los pies de la presa de Santa Teresa, con 314 millones de litros de agua, y con el peligro de que, en caso de inundaciones, se desborda un pequeño cauce que lleva una mínima cantidad de agua, según ha informado el medio Salamancahoy.  

Una estrecha carretera une los tres kilómetros que separan el casco urbano de La Maya del coronamiento de la presa de Santa Teresa, una de las mayores de la provincia y muy activa en la regulación de los cauces y la conservación de reservas, según remarca el mimo medio. En el recorrido se cubre la diferencia de altura entre el pueblo y lo alto del embalse, donde una pared de 60 metros de altura contiene una masa de agua capaz de anegar muchos kilómetros.

En estos momentos, esta instalación acumula 314 hm3 de agua, equivalente a 314 millones de litros. Además, ocupa una superficie de 2.600 hectáreas por los 7,2 kilómetros del término municipal de La Maya. Con sus reservas se pueden regar 65.000 hectáreas y garantiza el agua, entre otros, del municipio de Salamanca.

Lo primero que se llevaría por delante, recalca el mismo medio, sería el municipio de La Maya -con 159 habitantes-, cuyo término es lo más inmediato a las instalaciones de la presa y buena parte del embalse, que riega otras localidades. Pero el peligro real en La Maya está en el arroyo de Navalcuervo, un pequeño cauce de unos cientos de metros que vierte una media de 35 hectómetros cúbicos y que anegaría hasta el 67% del municipio si se saliera de sus márgenes.

Una riada por culpa de la presa, sin embargo, es altamente improbable. Este es un embalse de regulación y se controlan permanentemente los niveles que alcanza y el agua que se suelta, para evitar anegar las riberas del Tormes o que la punta llegue a Salamanca. Una rotura, escasas en la historia hidrológica de España, está fuera de lo esperable.