El loro más extraño de todos: es el más pesado, no puede volar y aún así es la más superviviente de las aves

El kakapo es una de las aves más antiguas y fascinantes del mundo. Su historia evolutiva se remonta a millones de años, cuando Nueva Zelanda se separó del supercontinente Gondwana. Aislado del resto del mundo, el kakapo evolucionó sin la presencia de depredadores terrestres, lo que le permitió desarrollar características únicas. Sin la necesidad de volar para escapar de los depredadores, el kakapo se convirtió en un ave terrestre, utilizando sus fuertes patas para moverse por el suelo del bosque.

Una de las características más notables del kakapo es su incapacidad para volar. A diferencia de otros loros, el kakapo tiene alas pequeñas y un cuerpo robusto que le impiden despegar del suelo. Sin embargo, esta aparente desventaja ha sido compensada por su capacidad para trepar árboles y su agudo sentido del olfato, que utiliza para encontrar alimento y evitar peligros. Además, el kakapo es nocturno, lo que le permite moverse y alimentarse bajo la protección de la oscuridad.

El kakapo es también el loro más pesado del mundo, con un peso que puede variar entre los 2 y 4 kilogramos. Esta característica, junto con su incapacidad para volar, lo hace especialmente vulnerable a los depredadores introducidos por los humanos, como gatos y ratas. A lo largo de los siglos, la población de kakapos ha disminuido drásticamente debido a la caza y la pérdida de hábitat. En la década de 1990, solo quedaban unos pocos individuos en estado salvaje.

Los esfuerzos de conservación para salvar al kakapo han sido intensos y multifacéticos. En 1989, se estableció el Kakapo Recovery Programme, un proyecto dedicado a la protección y recuperación de esta especie. Uno de los primeros pasos fue trasladar a los kakapos restantes a islas libres de depredadores, como Codfish Island y Anchor Island. Estas islas proporcionan un entorno seguro donde los kakapos pueden vivir y reproducirse sin la amenaza de los depredadores.

El proceso de conservación del kakapo ha incluido una serie de trámites y procedimientos detallados. Los científicos y conservacionistas han implementado programas de cría en cautiverio, monitoreo constante y estudios genéticos para asegurar la diversidad genética de la población. Cada kakapo es equipado con un transmisor de radio para rastrear sus movimientos y comportamiento. Además, se han llevado a cabo esfuerzos para restaurar su hábitat natural, plantando especies de plantas nativas que proporcionan alimento y refugio.

Uno de los aspectos más desafiantes del programa de conservación ha sido la reproducción del kakapo. Esta especie tiene un ciclo reproductivo irregular, que depende de la disponibilidad de ciertos tipos de frutas, como el rimu. Los años en que el rimu produce frutos en abundancia, conocidos como “años de masting”, son cruciales para la reproducción del kakapo. Durante estos años, las hembras ponen sus huevos en nidos en el suelo, y los conservacionistas deben asegurarse de que los huevos y los polluelos estén protegidos de los depredadores y otros peligros.

A pesar de los desafíos, los esfuerzos de conservación han dado frutos. En 2020, la población de kakapos alcanzó los 213 individuos, el número más alto registrado en décadas. Este éxito se debe en gran parte al trabajo incansable de los conservacionistas y al apoyo de la comunidad internacional. Sin embargo, el camino hacia la recuperación total del kakapo aún es largo, y se necesitan esfuerzos continuos para asegurar su supervivencia a largo plazo.

El kakapo es un recordatorio de la fragilidad y la resiliencia de la vida en la Tierra. Su historia es un testimonio de la capacidad de la naturaleza para adaptarse y sobrevivir, incluso en las circunstancias más difíciles. A medida que continuamos enfrentando desafíos ambientales globales, el kakapo nos inspira a redoblar nuestros esfuerzos para proteger y conservar las especies en peligro de extinción y sus hábitats.