El bisnieto del primer multimillonario del mundo que fue devorado por caníbales
Heredero del vicepresidente que falleció de un infarto tras acostarse con su veinteañera secretaria.
La familia histórica estadounidense que más poder, influencia y riqueza ha albergado en Estados Unidos, lleva el apellido Rockefeller. Igual que su símbolo insignia, el complejo de edificios que se alza en la isla de Manhattan, en Nueva York.
La entrada principal del edificio está guardada por una gigantesca escultura de Atlas en bronce. Y cada Navidad deja una icónica imagen de la mano de alguna famosa como Lady Gaga o Aretha Franklin enciendo las luces del árbol, junto a la pista de patinaje que montan alrededor de la misma plaza del edificio, según El Mundo.
Los herederos del magnate, John D. Rockefeller, (1839-1937), apellido con el que se bautizó el edificio estrella, tuvieron una vida llena de lujos, aunque sus existencias no estuvieron libres de desgracias y escándalos.
Su primogénito, John D. Rockefeller Jr, vivió en un tríplex de 1.800 metros en el 740 de Park Avenue, aún considerado el edificio residencial más exclusivo del mundo construido por James T. Lee, abuelo de Jackie Kennedy, la viuda del presidente Jonh F. Kennedy.
Actualmente, si alguien quiere vivir en un apartamento de este edificio, tendrá que comprarlo pagando de una vez, así lo exige la comunidad de propietarios y añaden a esto, que deberá amasar una liquidez mínima de 100 millones de dólares en el banco.
El dinero de esta familia no libró al hijo del magnate de ser un tacaño empedernido. Cuando pidió a Winston Churchill que escribiera la biografía familiar, se negó a pagarle los 250.000 dólares que le pedía. La tarea acabó recayendo en un historiador de la Universidad de Columbia.
Rockefeller tuvo seis hijos, Abby, John, Nelson, Laurance, Winthrop y David, que diversificaron sus dólares en bancos, eléctricas, medios de comunicación y bienes raíces, incrementado el patrimonio familiar a pasos agigantados sin olvidar el mantra del patriarca: "Gana lo que puedas, guarda lo que puedas y reparte lo que puedas".
El más interesante de los hijos fue Nelson, que llegó a ser vicepresidente de Estados Unidos (1974-1977) durante el mandato republicano de Gerald Ford. La muerte del vicepresidente se hizo eco de la prensa rosa, al fallecer de un infarto en su despacho en 1979, a los 70 años, según la versión oficial.
La muerte de Nelson llegó a ser la comidilla de los medios, después de la declaración de su secretaria, Megan Marshack, de 25 años, que confirmó que habían mantenido sexo momentos antes de su muerte.
El plato fuerte para esta familia fue cuando el hijo pequeño de Nelson, Michael, apasionado antropólogo de las tribus de Nueva Guinea, desapareció en aquel país con 23 años en 1961. Las fuentes cercanas señalaron que había sido pasto de los caníbales.