El asesino del niño de Mocejón deliraba al hablar y no tenía un discurso coherente cuando fue detenido
El joven, de 20 años y vecino del pueblo, podría tener una discapacidad psíquica del 70%. La Guardia Civil busca el arma del crimen en un canal cercano.
Mocejón (Toledo) respira aliviada tras conocer que este lunes era detenido el presunto autor del asesinato de Mateo, el niño de 11 años que fue acuchillado hasta la muerte el día anterior en el polideportivo del pueblo. Las sospechas eran ciertas y el criminal era un vecino de la misma localidad. Se trata de un joven de 20 años que residía en Madrid con su madre, pero que habitualmente viajaba hasta este municipio porque su padre y su abuela tenían allí dos casas.
El joven ha confesado el crimen en su primera declaración prestada tras ser detenido. Se apunta a que el hombre tiene alrededor de un 70% de discapacidad psíquica, aunque los investigadores todavía no han dado detalles al respecto de la posible motivación del crimen. Según señala ABC, habría apuntado a los agentes que vivió el ataque como si lo estuviera protagonizando otra persona, algo así como si estuviera en un videojuego. "No sé... En plan, como otra persona", ha dicho. Las fuentes consultadas han indicado a EFE que el detenido deliraba al hablar y no mantenía un discurso coherente.
Los registros policiales tuvieron lugar este lunes tanto en la casa del padre como de la abuela, adonde los agentes de la Guardia Civil acudieron con el detenido alrededor de las 14 horas para llevar a cabo la inspección del domicilio. En casa de la abuela, el presunto agresor se habría cambiado de ropa, aunque se desconoce si antes o después de cometer el crimen.
Con su confesión, queda sólo encontrar el arma del crimen. Diversas dotaciones de la Guardia Civil se centraron por la tarde en rastrear el canal de riego de Mocejón, que ayer discurría con caudal y ha sido vaciado esta mañana. Los investigadores sospechan que el joven pudo arrojar el arma al agua en su escapada, que habría sido a pie y no en coche como en un principio se señaló.
Dos agentes inspeccionaron durante toda la tarde el canal con sus manos, si bien en la búsqueda también se ha utilizado una máquina que extrae el barro del fondo (el cauce era de un palmo de agua embarrada) y tiene un imán para detectar objetos metálicos.
Aunque las redes sociales proclamaban bulos para relacionar el crimen con la inmigración, los vecinos creyeron desde el primer momento que el agresor era alguien que conocía la zona porque accedió al polideportivo a través de una verja rota que muy pocos conocían.
Según los testigos, el hombre se acercó primero a un grupo de jóvenes de unos 15 años que jugaban al fútbol. Éstos lograron zafarse y, después, cargó rápidamente contra tres niños, más pequeños, y asestó a Mateo hasta once puñaladas, tres de ellas en el torax. Por las declaraciones de los presentes se deduce que el crimen fue aleatorio y que el asesino no pretendía matar concretamente a este menor de once años, sino hacer el mayor daño posible. Mateo cayó herido de muerte en la banda del campo de fútbol y, aunque se intentó salvar su vida, resultó imposible.