Dos expertos españoles tienen una nueva idea sobre el criticado cambio de hora y Europa empieza a escuchar
Este sábado toca, otra vez, adaptar los relojes y vuelve a surgir el debate de cada seis meses. Esta vez, con una propuesta 'marca España'.

Este fin de semana vuelve un clásico de las conversaciones de finales de marzo. De sábado a domingo tocará cambiar, otra vez, la hora, para adaptarnos en España al llamado horario de verano. Ahora será en la noche del sábado 30 de marzo al domingo 31.
El asunto siempre genera controversia. Y de hecho, el debate está en toda Europa, donde ya se 'estudia' una propuesta hecha por dos investigadores españoles.
Se trata de Jorge Mira, de la Universidad de Santiago de Compostela, y José María Martín-Olalla, de la Universidad de Sevilla. Ambos están convencidos de que las fechas hoy dadas al cambio de hora están mal.
Ambos consideran que el primer fin de semana de abril es más adecuado para la transición a la primavera que el último domingo de marzo. Según su estudio, con atrasarlo una semana se aprovecharían mejor las condiciones de luz matinales más favorables para empezar bien el día.
Y de cara a la adaptación al horario de invierno, también creen mejor, desde un punto de vista fisiológico, hacer el cambio a primeros de octubre y no a finales. Alegan que el regreso al horario de invierno deberá producirse, antes de que comience la actividad principal; esto es antes del amanecer.
Su trabajo se ha publicado en la revista Open Science, de la prestigiosa Royal Society británica. En sus páginas, Mira y Martín-Olalla analizan ahora los fundamentos fisiológicos y sociales y sus efectos sobre la salud.
Y, de paso, dan un consejo más allá de sesudos planteamientos. De cara a las personas que sufren mucho el cambio de hora cada seis meses, los investigadores recomiendan que se adapten con antelación. Por ejemplo, ajustar semanalmente un cuarto de hora hacia la "nueva" hora, comenzando tres semanas antes de la cita.
En los últimos años se han publicado numerosos estudios sobre las consecuencias del cambio de hora bianual. Entre ellos, un mayor número de accidentes de tráfico en los días siguientes y problemas de salud como alteraciones pasajeras del sueño y o un leve aumento de las tasas de infartos. No obstante, no hay relación directa entre lo uno y los otro, añaden en su investigación.