El botón secreto de la lavadora para secar la ropa en invierno que provoca alegrías al abrir la factura de la luz
Es posible hasta el doble en el consumo de electricidad.
El precio de las facturas es una de las mayores preocupaciones en todas las casas españolas, con lo que los ciudadanos buscan constantemente la forma de pagar lo menos posible. Así, el control del uso de ciertos electrodomésticos se ha convertido en la principal estrategia para ahorrar algo de dinero.
Uno de los aparatos cuyo uso más se trata de controlar es la lavadora. Afortunadamente, existen algunas prácticas que nos pueden ayudar a conseguir disminuir la factura eléctrica. Además de poner la lavadora en determinados horarios, la elección del programa es muy importante.
Errores comunes
Uno de los programas más utilizados es el lavado a 40 grados centígrados porque el agua está lo suficientemente tibia para dejar la ropa limpia pero no está muy caliente, con lo que no daña las prendas. Sin embargo, resulta que lavar la ropa a 30 grados centígrados puede proporcionar un resultado similar y consume la mitad de electricidad, lo que se puede reflejar de forma significativa en la factura.
También es recomendable evitar el programa de prendas delicadas, que es el peor considerado por los expertos porque es el que mayor consumo de agua requiere y, por tanto, uno de los que más aumenta el precio de las facturas. Además, resulta perjudicial para el medio ambiente. Libera alrededor de 1.4 millones de microfibras de los tejidos sintéticos (poliéster, nylon o acrílico), que llegan a las aguas en forma de microplásticos. Asimismo, hace que la ropa se deteriore más rápido, lo que supone un gasto extra.
La mejor forma de lavar la ropa
Además de reducir la temperatura de lavado de 40 a 30 grados centígrados y renunciar al programa de telas delicadas, vale la pena implementar algunos otros hábitos. En primer lugar, conviene encender la lavadora cuando se haya acumulado una cantidad notable de textiles, no cuando apenas hay dos prendas.
También es importante evitar que el tambor se sobrecargue y descalcificar la lavadora frecuentemente. Los sedimentos que se acumulan en el calentador dificultan el calentamiento del agua y también pueden hacer que el dispositivo no funcione correctamente.
Por último, es aconsejable prescindir de la función de prelavado para los textiles que no estén muy sucios, ya que el consumo de agua, electricidad y detergentes durante el prelavado aumenta hasta en un 20%.
