La BBC contacta al centro de elefantes donde murió una turista española y una ONG interviene: "Es un estrés innecesario"

La BBC contacta al centro de elefantes donde murió una turista española y una ONG interviene: "Es un estrés innecesario"

La joven, de 22 años, fue empujada por el elefante, cayó y se golpeó la cabeza, falleciendo posteriormente en el hospital.

Imagen de archivo de un elefante en TailandiaGetty Images/500px Prime

El pasado viernes el Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó la muerte de una turista española mientras bañaba a un elefante en la isla tailandesa de Yao Yai. La policía local informó al respecto de que el animal había sido “preso del pánico”.

La joven, de 22 años, fue empujada por el elefante, cayó y se golpeó la cabeza, falleciendo posteriormente en el hospital. Tras conocer el trágico suceso, la BBC se ha puesto en contacto con el lugar en el que tuvieron lugar los hechos, el Centro de Cuidado de Elefantes de Koh Yao.

En ese sentido, desde el mencionado centro han precisado que ofrecen paquetes de “cuidado de elefantes” que permiten a los turistas cocinar y alimentar a los animales, así como bañarlos y pasear con ellos. Esas experiencias tienen un coste de entre 1.900 y 2.900 baht (entre 53 y 81 euros, al cambio actual).

Además, desde el Departamento de Parques Nacionales señalan que bañar elefantes es una actividad popular entre los turistas en Tailandia, donde viven más de 4.000 elefantes salvajes y se encuentra contabilizada una cifra similar en cautividad.

Pese a esa costumbre instaurada en el país asiático, la ONG World Animal Protection (y otras muchas) lleva años exigiendo a países como Tailandia a que dejen de criar elefantes en cautividad. De hecho, según los datos de la citada ONG, más de seis de cada 10 elefantes utilizados para el turismo en Asia viven en condiciones “muy inadecuadas”.

Los defensores de los animales aseguran que esas experiencias de baño de elefantes interrumpen los comportamientos naturales de acicalamiento y exponen a los animales tanto a “un estrés innecesario” como a posibles lesiones.

“Estos animales inteligentes y socialmente intrincados, con capacidad para pensamientos y emociones complejas, soportan un profundo sufrimiento en cautividad, ya que sus estructuras sociales naturales no pueden reproducirse artificialmente”, han explicado desde World Animal Protection a la BBC.

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