Hay testigos que han visto derrumbarse edificios de cinco plantas en esta urbe corazón del budismo y una mezquita en plenas oraciones. El seísmo también se ha sentido en la capital tailandesa, en Bangkok, donde se han vivido auténticas escenas de pánico en las calles: al menos 10 personas murieron y más de 100 continúan desaparecidas.
"Es repugnante que los rusos puedan sentarse tranquilamente en la playa mientras su presidente invade una nación soberana. Una prohibición de la inmigración de rusos sería un arma poderosa para poner fin a la guerra", dice un tailandés.
Desde el Tribunal Provincial de Kanchanaburi confirman a EFE su salida de prisión tras su detención del pasado jueves por la supuesta posesión ilegal de animales salvajes protegidos.
Ha ocurrido mientras le daba un baño en un centro de paquidermos en la isla de Yao Yai, en el suroeste de Tailandia, según han indicado fuentes de la Policía y del centro a 'EFE'.
La ONU y activistas climáticos siguen pidiendo, dos décadas después, medidas adicionales y más concienciación entre la población. Hubo 200.000 muertos.