Astrónomos alertan de la megaconstelación creada por China

Astrónomos alertan de la megaconstelación creada por China

Una red masiva de satélites amenaza la observación astronómica y la radioastronomía.

Lanzamiento de un cohete en el Centro de Lanzamiento de Satélites de Wenchang, en el norte de la isla china de Hainan.zhaojunchao

La megaconstelación Qianfan, que China ha puesto en órbita hace unos días, preocupa a los astrónomos de todo el mundo. La colmena de satélites, diseñados para dar conexión a Internet de alta velocidad, como hace Starlink (la empresa de Elon Musk), empiezan a dar problemas en la observación del cielo nocturno. La razón: su alta luminosidad. Si se tiene en cuenta que el proyecto pretende desplegar para 2030 hasta 15.000 satélites, la inquietud es patente por su impacto en estudios astronómicos y de radioastronomía.

Los primeros satélites de Qianfan, lanzados en agosto, son buena muestra del problema que preocupa a los astrónomos: los satélites brillan con una magnitud aparente de 4, lo que los acerca a muchas de las estrellas que se pueden ver en zonas urbanas, algo que complica enormemente la observación del cielo. Los astrónomos, que esperaban una magnitud mucho menor, alrededor de 6 o 8, se enfrentan ahora a la posibilidad de que estos satélites afecten gravemente a su trabajo. "Los nuevos satélites chinos son demasiado brillantes y ya están alterando nuestras observaciones", señalan a Sciencepost

Además del problema de la luminosidad, los científicos enfrentan otro reto: las interferencias en la radioastronomía. Los satélites Qianfan emiten señales de radio para transmitir datos, lo que genera ruido que dificulta la captación de señales astronómicas débiles. “La radioastronomía necesita un entorno limpio, pero estos satélites están creando una barrera entre nosotros y el cosmos”, advierten los especialistas.

El lanzamiento de los satélites también trajo consigo un incidente relacionado con los desechos espaciales. El segundo tramo del cohete que transportó a los Qianfan se fragmentó en más de 300 piezas, lo que generó preocupación en la comunidad internacional por el riesgo de colisiones en órbita. Este incidente aumenta el desafío de gestionar la basura espacial, un problema cada vez más apremiante.

Mientras SpaceX, con su proyecto Starlink, ya aplicó medidas para reducir la luminosidad de sus satélites, como el uso de recubrimientos especiales o la reorientación de paneles solares, los responsables del proyecto Qianfan no han mostrado señales de adoptar acciones similares. La falta de diálogo entre los actores internacionales complica los esfuerzos para mitigar los efectos negativos de estas megaconstelaciones sobre la astronomía.