El arzobispo de Burgos ha apartado a las diez clarisas de la Iglesia Católica tras meses de ataques y amenazas por ambas partes. Ellas aseguran que ha sido "voluntario".
Hablan de "incumplimiento" del contrato, porque no han hecho frente a los pagos comprometidos para adquirir el edificio, dice el abogado de las demandantes.