¿Adiós a las despedidas de soltero tradicionales?
Cada vez más ayuntamientos imponen restricciones.
Málaga, Logroño, León, Salamanca, Sevilla o Granada son algunas de las ciudades cuyos ayuntamientos, tras recibir numerosas quejas de los vecinos, están modificando sus ordenanzas municipales para tratar de controlar las despedidas de soltero.
Desde el control del ruido a medidas más llamativas como prohibir ir por la calle con complementos con forma de genitales en la cabeza, con muñecas de carácter sexual o en ropa interior.
Vecinos, ayuntamientos y empresarios no parecen alcanzar un acuerdo que contente a todos, algunos hosteleros están decidiendo hacer uso de su derecho de admisión, y cada vez son más los que impiden el acceso de estos grupos a sus restaurantes.
Algunos de los empresarios que organizan despedidas de soltero consideran que es "normal" que se regulen estas celebraciones, pero, en cambio, otros opinan que no se las debería "demonizar" ni restringir por los beneficios económicos que suponen para las ciudades y porque, además, el centro de los municipios no se debería limitar a niños, familias y "turistas culturales".
Prohibir la entrada para prevenir el desmadre
El presidente de los hosteleros de León, Óscar García, explica a EFE que las despedidas de soltero preocupan a su sector, sobre todo a quienes tienen establecimientos en el casco histórico.
De hecho, cuenta que en León hay ya varios locales que han colocado carteles en sus puertas y ventanas en las que dejan claro que prohíben el acceso a estos grupos.
Según García, los hosteleros han tomado esta medida para "garantizar el buen ambiente en su interior" y "limitar el acceso" a este tipo de "turismo de borrachera".
También en Logroño, uno de los lugares de moda del norte de España para celebrar despedidas de soltero, algunos bares de la tradicional calle de tapeo -la zona de Laurel- ha limitado la entrada a estos grupos debido a "las molestias" que ocasionan a su clientela habitual.
En Granada, una ciudad que se consolidó hace casi dos décadas como uno de los destinos predilectos para despedir la soltería, el Ayuntamiento aprobó en 2009 una ordenanza que incluía multas por conductas molestas como ir con un megáfono por la calle.
Pero estas sanciones no fueron suficientes para los hosteleros, que pidieron un control más férreo de la norma y numerosos locales del centro colgaron carteles anunciando que no atendían a despedidas de soltero.
Ahora el Ayuntamiento ha comenzado una consulta pública para que los ciudadanos presenten las sugerencias con las que modificar la ordenanza y evitar que la relación entre la hostelería y este tipo de turista acabe en divorcio.
¿Qué medidas están adoptando los ayuntamientos?
A raíz de la proliferación de grupos que van en ropa interior o con contenido erótico en la calle, el Ayuntamiento de Málaga aprobó en febrero modificar la ordenanza de convivencia para prohibir transitar en ropa interior, con complementos en la cabeza con forma de genitales o con muñecos de carácter sexual.
En Logroño, desde 2018 no se permite que las personas que celebran despedidas de soltero transiten por la calle con atuendos que no cubran los glúteos y los genitales. En Salamanca también está prohibido utilizar los bienes públicos o mobiliario urbano para fines u objetos distintos de aquellos a los que estén destinados.
En uno de los municipios más turísticos de Almería, Mojácar, desde 2016 no se pueden celebrar despedidas de soltero "obscenas e indecorosas" en las que se "atente contra la sexualidad" con muñecas hinchables u otros elementos similares por la vía pública. Además, si se incumple la ordenanza, las multas pueden llegar hasta los 1.000 euros.
Y Sevilla ha sido una de las últimas ciudades en anunciar que van a cambiar su ordenanza municipal para regular estas celebraciones porque, según ha expresado el alcalde popular, José Luis Sanz, es un turismo que "no interesa a la ciudad".
También el nuevo equipo municipal de Tarifa, en Cádiz, ha anunciado medidas para atajar las molestias que provocan
¿Y qué opinan los organizadores?
Iván García, director comercial de "Tudespedida.com", una agencia de viajes y eventos que organiza despedidas de soltero en 21 ciudades españolas, explica a EFE que, bajo su punto de vista, se deben regular ciertos comportamientos que puedan molestar a vecinos, sobre todo en zonas céntricas.
"Normalmente empresas como las nuestras somos conscientes de esto y por eso creamos nuestros programas en recintos propios, donde los concentramos y tenemos cierto control y responsabilidad sobre los participantes", cuenta.
Subraya que, como organizan muchas despedidas en sus locales privados, no han tenido que modificar sus paquetes de actividades a pesar de las restricciones.
Quienes no están a favor de que se limiten
Por el contrario, Laura Campos, directora ejecutiva de Despedidas Costa del Sol, una empresa que organiza despedidas de soltero en Málaga y provincia, considera que no se debería "demonizar" ni coartar este tipo de eventos porque contribuyen positivamente a la economía.
"Parece que en el centro de las ciudades solo puede haber familias, personas mayores, Airbnb y turismo cultural", asevera Campos a EFE, que defiende que las personas de edad avanzada "tendrían que estar agradecidas" porque "se está moviendo mucho dinero y gracias a eso se pagan impuestos y tienen pensiones".
No obstante, reconoce que no está de acuerdo en que los integrantes de las despedidas vayan con disfraces o biquinis y bañadores por el centro histórico de la ciudad y, de hecho, explica que en el contrato que firman los participantes está estipulado que deben seguir ciertas normas de vestimenta.
La empresaria asegura que los límites que están imponiendo ciudades como Málaga le están pasando factura: "Estoy teniendo problemas con algunos restaurantes que me dicen ahora que ya no quieren este tipo de grupos. Me sienta muy mal porque ganan mucho dinero con ello y los participantes se comportan bien", concluye Campos.