Los miserables (sanitarios)
Hay una teoría llamada la deriva social que postula que los excluidos de cualquier sistema acumulan más enfermedad física y mental, más consumo de tabaco, alcohol y drogas, más mortalidad. Un sistema sanitario justo debería tener esto en cuenta y disponer más recursos a los que más los necesitan y no al revés.
Hace años tuve el privilegio de trabajar en el centro de salud del barrio de Lavapiés en Madrid. Medicina de batalla. Teníamos el centro de salud en la calle Tribulete, un primer piso en una comunidad de vecinos a la que se accedía por una escalera, no había ascensor. En esa escalera hubo accidentes, paradas cardiacas y hasta una muerte... Disponíamos de una única sala de espera para 8 consultas que siempre estaba atestada, las paredes manchadas, el suelo sucio. En ella era habitual ver sentada a una abuelita incontinente junto a un alto chaval senegalés al lado de un chino enjuto y un consumidor de drogas. Era un barrio algo cutre, pero a mi me encantaba.
La dignidad y alegría de la gente que allí vive anima el corazón. Durante esos años descubrí el significado de la palabra miseria. En las corralas entendí qué significa el eufemismo chabolismo vertical. Allí encontré a ancianos que sobrevivían en espacios diminutos, bajo tejados que ardían en verano y se congelaban en invierno. Subiendo escaleras imposibles a sus cuerpos desgastados. Allí disfruté las sonrisas de inmigrantes de 120 países que acudían a consulta cada día ayudándome a viajar sin salir del centro de salud. Hacíamos lo que podíamos, con una población desfavorecida social y económicamente pero inmensamente rica en valores, alegría y dignidad.
Estos días muchos sanitarios cavilamos cabizbajos ante el desmantelamiento de la sanidad pública que los políticos nos presentan. Ellos no conocen la miseria. No conocen lo que pasa cuando eres excluido social y encima estás enfermo... Hay una teoría llamada la deriva social que postula que los excluidos de cualquier sistema acumulan más enfermedad física y mental, más consumo de tabaco, alcohol y drogas, más mortalidad. Los pobres tienen peor salud y mueren antes. Un sistema sanitario justo debería tener esto en cuenta y disponer más recursos a los que más los necesitan y no al revés.
Volver atrás significa desatender, aún más, a los desfavorecidos de barrios con menos oportunidades sociales o de zonas rurales. Volver atrás significa más miseria.
Y yo me pregunto: ¿quiénes son los verdaderos miserables, los que padecen la miseria o los que la causan?