Políticos, aviones y dinero público
Los días 30 y 31 de octubre la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa se reunió en Madrid. Tres diputados polacos del principal partido de la oposición debían haber asistido a las reuniones pero no llegaron a hacerlo, lo que les ha costado la expulsión.
Los días 30 y 31 de octubre la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa se reunió en Madrid. Tres diputados polacos, en representación de Ley y Justicia (PIS en sus siglas en polaco), el principal partido de la oposición, debían haber asistido a las reuniones de trabajo. Pero tuvieron un viaje tan accidentado que no llegaron a hacerlo, lo que les ha costado la expulsión del partido.
Los tres diputados solicitaron una dieta por el viaje en coche que ascendió a unos cuantos miles de euros pagados por el Parlamento polaco. Finalmente, el viaje lo realizaron en una línea aérea de bajo coste, acompañados por sus esposas y obteniendo un generoso beneficio neto, puesto que pagaron mucho menos que lo recibido por parte del parlamento polaco.
Una vez en Madrid, sólo uno de ellos asistió a una reunión la mañana del segundo día. Los otros dos sólo se presentaron por la tarde para firmar la lista de asistencia. Además, rechazaron la copia de los documentos de las reuniones a las que no habían asistido y que les ofreció la organización del evento.
En realidad, trataron su estancia en Madrid como un viaje de placer pagado con dinero público. Adam Hofman, diputado, jefe de prensa de PIS y hasta este suceso mano derecha de J. Kaczyński, líder del partido, fue grabado y fotografiado en la Plaza Mayor de Madrid perdiendo el equilibrio, andando con dificultad, fingiendo que orinaba en público e increpando a otros turistas polacos que le vieron.
Para colmo, durante su viaje de regreso la esposa de Hofman, apoyada por las esposas de los otros diputados, organizó un escándalo en el avión al advertirle una azafata que no podía consumir alcohol propio. Como la esposa de Hofman ya estaba bajo los efectos del alcohol, según han comentado otros pasajeros, no pudo controlar su reacción e inició una discusión con el personal de vuelo que estuvo a punto de provocar el aterrizaje del avión para que la policía se hiciera cargo de la situación.
Lo importante de esta historia es que no han necesitado hacer 30, 32 ó 35 viajes para ser expulsados del partido, por muy elevada posición que tuvieran dentro de él. No todos los partidos reaccionan igual ante los viajes de placer de sus miembros y el uso que hacen del dinero público.