Rutas radiactivas por media España
Los municipios por los que pasan las rutas planeadas se pueden ver en un mapa interactivo enlazado al final de este artículo, donde además se puede enviar un mail a los alcaldes y alcaldesas de los municipios afectados; con tu ayuda podemos hacer que las rutas que realizan los transportes con residuos radioactivos desaparezcan del mapa.
6.700 toneladas de residuos radiactivos recorrerán media España desde las centrales nucleares donde se originan hasta Villar de Cañas, un pueblecito de Cuenca, designado como emplazamiento para albergar el cementerio nuclear. Si este proyecto se lleva a cabo, cada año cuarenta convoyes con residuos radiactivos pasarán por 216 municipios en su ruta hasta el Almacén Temporal Centralizado (ATC).
Esos convoyes serán similares al que ayer estaba en Cherbourg (Francia), procedente de Sellafield (Reino Unido) con el combustible gastado en las centrales nucleares suizas, que vuelven a su lugar de origen. Durante el transporte se irradiará a muchas personas. Es imposible predecir todas las situaciones inesperadas que pueden propiciar un accidente: los contenedores donde se transportan estos materiales no son invulnerables, y el riesgo para la economía es también una realidad, ya que se disminuye el valor de las propiedades inmobiliarias.
Son múltiples las irregularidades, incertidumbres y riesgos asociados al proyecto del ATC. La última procede del mismo Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) que, sin tener toda la información disponible -y a pesar de muchos de los informes de evaluación y notas informativas de su propia Dirección Técnica de Seguridad Nuclear, que alertan sobre la mala calidad de los terrenos-, ya ha tramitado su informe para la autorización previa para el emplazamiento.
Podemos no construir este ATC. En la actualidad, ya están construidos, o en proyecto, Almacenes Temporales Individualizados (ATI) en ocho de los nueve reactores nucleares, en todas menos en Cofrentes (Valencia). Por lo tanto, podemos afrontar sin prisas la gestión de los residuos nucleares, para los cuales, por cierto, no hay solución todavía. Además, este cementerio nuclear costará a la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), al menos, mil millones de euros; frente a los veinte millones que cuesta aproximadamente cada almacén individualizado, y que además asumiría cada central. No hay que olvidar que el Tribunal de Cuentas ha alertado de un déficit de 1.486 millones de euros en Enresa. Por lo tanto, la viabilidad económica del ATC ya está seriamente comprometida.
La coartada sobre la necesidad de traer los residuos nucleares que tenemos en Francia, al igual que los residuos de las centrales nucleares suizas que se muestran en la imagen, es una disculpa. Estos deberían haber vuelto a España antes de 2011, y el Estado galo dio un nuevo plazo hasta finales de 2015, y luego hasta 2017, previo pago de una fianza. En cualquier caso, habrá que volver a renegociar, porque el ATC no estará disponible para finales de este año.
Los ciudadanos afectados por este proyecto no son solo los residentes en la localidad conquense, sino también los vecinos de las localidades atravesadas por las rutas de los residuos nucleares. Este cementerio nuclear compromete el dinero público de todo el Estado y trasciende a nuestro tiempo hipotecando a muchas generaciones posteriores. En mi opinión, es necesaria un moratoria que permita la actualización del Plan General de Residuos Radiactivos, que está totalmente obsoleto, además de la identificación de las alternativas técnicas más seguras y que socialmente sean las más apoyadas.
Los municipios por los que pasan las rutas planeadas se pueden ver en este mapa interactivo, donde además se puede enviar un mail a los alcaldes y alcaldesas de los municipios afectados; con tu ayuda podemos hacer que las rutas que realizan los transportes con residuos radioactivos desaparezcan del mapa.