Vota Galicia, retumba Madrid: el 18-F se convierte en un examen para Sánchez y Feijóo
Nervios en máximos. El PP apunta a una mayoría absoluta muy ajustada y Ferraz dice que bailan varios escaños
Las de este domingo estaban llamadas a ser unas elecciones de trámite. Galicia es un tradicional bastión del PP, allí donde se ganó por mayoría absoluta cuando en el resto de territorios se pactaba o directamente se perdía. Hace tan solo unos meses, todo el mundo daba por descontada una holgada mayoría absoluta de Alfonso Rueda, incluidos sus adversarios políticos. Pero llegó la denominada crisis de los Pellets, olvidada en los últimos mítines, y la oposición despertó. El giro discursivo de Génova sobre la amnistía y los indultos fue la puntilla, removiendo la recta final de la campaña.
A pocas horas de que se abran las urnas, los principales actores de la campaña gallega contienen la respiración. Lo hacen quienes tienen sus nombres en las papeletas, y también quienes aguardarán noticias desde las sedes nacionales de los partidos. “Pedro Sánchez también se presenta en las elecciones”, afirmó Rueda en una entrevista en La Razón, a mitad del mes de enero. Las consignas nacionales suplían a las autonómicas, a diferencia de en otros procesos electorales, aunque su equipo quiso galleguizar el mensaje en el sprint final.
El PSOE no aspira a gobernar la Xunta, en caída libre de votos según todas las encuestas. Lo que pretende es formar parte del Gobierno de Ana Pontón, la candidata del BNG, de la que hasta sus rivales reconocen que ha hecho una buena campaña. “Ha atraído como nadie al voto joven”, según las fuentes consultadas. En los últimos días, precisamente, el PP se puso como objetivo “quitarle la careta de moderada”. “El BNG es radicalidad”, en palabras del propio Rueda.
“El PP tiene dos escaños en Coruña y Pontevedra que los sacan por décimas y en Lugo tienen otro bailando”, según fuentes de Ferraz, que añaden que la participación será clave pudiendo bailar algún representante por tan solo unos cientos de votos. En opinión de Sumar, si ellos entran en el Parlamento autonómico, el vuelco electoral será una realidad, y entonces habría Ejecutivo autonómico tricolor.
“Es el peor escenario para el PP desde el gobierno de Touriño”, resumen desde el bloque nacionalista y de izquierdas, alimentando la tesis de que la mayoría absoluta del PP no está garantizada. También hay opciones de que entre en el Parlamento Democracia Orensana, generando todavía más incertidumbre.
Si Rueda no logra el escaño 38, el otro gran damnificado será Alberto Núñez Feijóo, que en ocasiones ha parecido el candidato a las urnas. Literalmente, se ha instalado estos días en Galicia, protagonizando una caravana paralela llena de actos y entrevistas en medios de comunicación. Con sus datos internos en la mano, los populares creen que mantendrán la Xunta, aunque están en la horquilla más baja, perdiendo escaños con respecto a los anteriores comicios. “El que tendrá que asumir la derrota será Sánchez, con un PSOE que ya es muleta en Galicia”, sentencian desde el equipo del líder popular.
Si bien, los nervios han ido a más con el paso de los días en las estructuras del PP, después de “la bomba” de hace siete días, cuando se supo que el partido sopesó un indulto condicionado para Carles Puigdemont y se estudió la viabilidad de la amnistía durante 24 horas, para llegar a la conclusión de que es inconstitucional.
El terremoto interno por esas revelaciones copó las portadas de los periódicos solo horas después. La incomprensión de muchos cargos fue enorme aunque los barones territoriales, aún contrariados, cerraron filas públicamente en torno a Feijóo. “Primero hay que ganar y seguir gobernando en Galicia, y ya después habrá que reflexionar sobre qué ha pasado”, en palabras de uno de esos presidentes autonómicos. Tal y como avanzó El HuffPost, Feijóo se verá con la plana mayor de su partido el martes, en el Comité Ejecutivo Nacional, 48 horas después de los comicios. “Pase lo que pase, su liderazgo no está en juego”, en opinión de la mayoría de cargos consultados.
Nadie en el partido se quiere poner en el escenario de que la Xunta se pierda. “No va a ocurrir”, repiten, incluso quienes conceden que la campaña no ha ido bien y reclaman autocrítica. Para taponar la posible fuga de votos a Vox, Isabel Díaz Ayuso desembarcó al final de la campaña, con su discurso más contundente. También entró en una radio argentina, después de que en el PP saltaran las alarmas por haber descuidado, en palabras de un alto cargo, el voto exterior. Cabe recordar que más de 476.500 residentes gallegos fuera de España tienen derecho a voto el próximo domingo, lo que representa casi un 18% de los llamados a las urnas.
“Perder el poder en Galicia sería una noticia terrible y llevaría al partido al estado anímico de después de las elecciones generales. Sería el peor escenario en un año muy importante, con otras dos elecciones en los próximos meses”, resume un diputado del PP, que no entiende “por qué” se ha optado por convertir unas elecciones autonómicas en una especie de segunda vuelta de las generales. El 18-F, un examen para Sánchez, pero también para Feijóo. “Nosotros nos jugamos más”, remata este alto cargo popular.