Una certeza (sobre la amnistía) y muchas dudas tras el 12-M

Una certeza (sobre la amnistía) y muchas dudas tras el 12-M

El Senado tumbará la ley de amnistía este martes, obligando a volver al Congreso. A partir de ahí todo es incertidumbre en la política catalana en cuanto a nombres, fechas y posibles alianzas.

Carles Puigdemont, pensativo durante un eventoEuropa Press via Getty Images

Empecemos por lo fácil. Dentro del maremágnum que representa la política catalana, especialmente tras el panorama que deja el 12-M hay una certeza inmediata: este martes, el Senado tumbará la proposición de ley de amnistía

Una vuelta a la casilla de salida parlamentaria más que asegurada ante la mayoría absoluta del PP en la Cámara Alta para culminar una tormentosa tramitación que ha apurado hasta el último día del plazo legal para votar y devolver el texto al Congreso.

El retorno de la amnistía al primer plano político —después de días sin casi oír hablar de ella— coincide con la rueda de contactos, vetos y negociaciones que ya ha empezado a moverse a raíz de las elecciones catalanas. Un contexto con un sinfín de dudas que salpican a todos.

¿Qué futuro parlamentario le espera a la amnistía?

La mayoría del PP en el Senado ha ejercido de freno legislativo, pero tiene fecha de caducidad. Tras el 'no' de este martes, el Congreso decidirá la suerte final de la amnistía, previsiblemente el 30 de mayo, primera fecha probable para su debate y definitiva aprobación.

No obstante, si por cuestiones procedimentales la amnistía no llegase a tiempo para esa fecha ya se iría al 13 de junio, justo después de las elecciones europeas del 9-J. Entre medias no sería posible, por no haber sesión del Congreso inmediatamente antes de unos comicios.

Sea el 30-M o el 13-J, de allí debería de salir una amnistía lista para entrar en vigor en el plazo que marque el Boletín Oficial del Estado. Este es el escenario más previsible dentro de lo imprevisible que es cualquier escenario 'catalán'. Especialmente tras un 12-M que ha dejado un ganador claro a los puntos, una primera 'víctima' política y un aspirante recuperado con ganas de seguir en la pelea.

¿Se puede ver afectada la amnistía tras el 12-M?

Nada hace pensar en ello, a tenor de las primeras declaraciones de los socios del Gobierno en Madrid. Ni ERC ni Junts han coqueteado con la opción del veto en caso de no ver atendidas sus demandas postelectorales en Cataluña.

Ante la retirada de Aragonès, la voz cantante del catalanismo parece volver a Carles Puigdemont. Este lunes ha dejado caer que no se plantea movimientos en Madrid para condicionar la investidura en el Parlament. 

Así, ha apuntado que "lo que pone en riesgo el acuerdo de Bruselas serían los incumplimientos del acuerdo de Bruselas", es decir, el pacto por el cual Junts se comprometía a investir a Pedro Sánchez y que pasaba, sí o sí, por aprobar una amnistía. "Se podrían incumplir porque se demoran, porque no se llega a ningún acuerdo, o porque se toman decisiones contradictorias con el acuerdo", añadía el expresidente, remarcando que si el PSOE cumple, JxCat cumplirá de forma un tanto críptica.

Tampoco muestran "ninguna duda" en el seno del PSOE. La portavoz de la Ejecutiva, Esther Peña, se ha remitido "a los acuerdos de gobernabilidad con muchos partidos, no sólo Junts y ERC". 

"El PSOE cumple sus acuerdos. Y no tengo ninguna duda que el resto hará lo mismo", ha verbalizado, confiada de que "no hay ninguna otra alternativa al presidente Sánchez". Para Peña "el Gobierno está a pleno rendimiento y le quedan más de tres años y medio por delante".

Amnistía aparte, ¿qué opciones salen del 12-M?

Tan clara como la histórica victoria en votos y escaños del PSC de Salvador Illa es la evidencia de que Cataluña no afronta un futuro fácil. Los 42 escaños socialistas encabezan unas elecciones que han dejado al bloque independentista sin mayoría por primera vez en cuatro décadas. Sin embargo, las opciones de alianzas son escasas.

Por números hay una que suena en todas las quinielas. PSC (42), ERC (20) y 'Comuns' (6). En total 68 escaños, la cifra mágica para reeditar lo que fue el gobierno del tripartito de izquierdas en su versión adaptada a 2024. Sin embargo, Esquerra ya ha negado esta posibilidad en una reacción inmediata a un batacazo de dimensiones incalculables.

Salvador Illa celebra su victoria con la plana mayor del PSCLLUIS GENE

La otra vía, por aritmética, es la de PSC (42) con Junts (35), una 'sociovergencia' que se antoja más que difícil. De momento, el aparato socialista ya ha rechazado la opción de investir a Puigdemont con un "que le quede claro" pronunciado por la portavoz del PSC, Núria Parlon.

La misma sí ha adelantado que conversarán con "todos", un todos que excluye a la ultraderecha de Vox y a la ultraderecha independentista de Alianza Catalana por ser las "formaciones que generan odio". Pero hablen con quien hablen, desde el cuartel general del PSC no se maneja otra opción que investir a Salvador Illa sin pensar en posibles movimientos en el Congreso de los Diputados. Y esto incluye una tercera vía.

Un acuerdo con varias fuerzas para "gobernar en minoría", con un ejecutivo monocolor del PSC en el que hubiera que ganarse acuerdo por acuerdo en cada votación parlamentaria, ha dejado caer Parlon como posibilidad. Si la mayoría absoluta de 'síes' en la primera votación fuera imposible, se apostaría por una mayoría simple (más 'síes' que 'noes'), válida para la segunda votación en la sesión de investidura.

El resto de cálculos de pactos son la nada, ante los anunciados vetos de PP y Vox a Illa. La hipótesis del bloqueo es realista, como lo es la opción de una repetición electoral. Nadie se atreve a plantearla abiertamente, pero el propio Puigdemont ya ha deslizado que una repetición les daría "más opciones" y les generaría "menos dificultades". Esto, de ocurrir, podría llegar para septiembre u octubre, en función del caprichoso calendario parlamentario y los plazos legales. Una pantalla muy lejana a día de hoy...

¿Qué pasa con Puigdemont?

El leve impulso logrado este 12-M, en el que Junts ha ganado tres escaños, unido al hundimiento de ERC, le ha dado fuerza. Pese a sus prácticamente nulas opciones de formar gobierno, el expresident no da la batalla por perdida. 

Sin golpe de efecto durante la campaña, desarrollada íntegramente en Francia, este lunes ha tardado muy poco en anunciar que quiere presentarse a la investidura, insistiendo en que si no se viera con opciones no lo intentaría. "No haría teatro", ha llegado a espetar.

Por ello, confía en lograr una mayoría simple que le avalase en una hipotética segunda vuelta, para lo que se agarra a "rehacer puentes que, si existen, son muy débiles" con ERC y a reclamar la abstención del PSC. Los primeros contactos con los republicanos ya han tenido lugar. Pero esta suma independentista es inviable aunque incluyese a la CUP y a Alianza Catalana.

Mirando al calendario, el Parlament se constituirá el 10 de junio, cuando se elegirá al nuevo presidente de la cámara. De ahí, en diez días hábiles deberá inicarse el debate de investidura, al que Illa ya ha adelantado que se presentará sí o sí. Podría darse el escenario de que el debate de investidura comience sin que la amnistía haya entrado en vigor... imposibilitando así que Carles Puigdemont esté presencialmente. Todo está en el aire.

¿Qué ha pasado con ERC?

Entre todos los mensajes de reacción, el lanzado por Pere Aragonès ha sido el primer gran golpe de efecto de las elecciones catalanas. El mismo 12-M, el actual presidente aseguraba que irían a la oposición, tumbando la opción de un tripartito de izquierdas, pero horas después ha ido más allá al anunciar su retirada "de la primera línea política"

Pere Aragonès, pasando el trago del día despuésEFE / Quique García

Aragonès, el gran perdedor de la noche, no recogerá su acta de diputado, abriendo un nuevo tiempo en Esquerra y al frente de la Generalitat. Castigado sobremanera por sus pactos con el PSOE y el PSC, las urnas han propiciado un cambio de rumbo entre los republicanos y previsiblemente en el Palau. En ambos contextos ha prometido que facilitará una "transición" para su sucesor. 

La baza de Esquerra se va sin que haya otro candidato a corto plazo. A día de hoy, Oriol Junqueras sigue inhabilitado ante una posible repetición electoral y depende de la fecha de la aprobación de la amnistía. 

Pero la marcha de Aragonès llegaba con un últim mensaje contra los planes de Illa: "Oposición es oposición". Porque ERC, ha añadido, no está "para facilitar la investidura del PSC" ni para "participar de operaciones que necesitan del acuerdo de Junts y PSC".

¿Y las europeas?

Quedan 26 días para que España y toda la UE vote en las elecciones europeas, unos comicios más relevantes que otros años dado el panorama que rodea y afecta a Europa. De hecho, pocas veces se habrá hablado tanto (y lo que queda) de una cita así. 

La campaña electoral comenzará en apenas 10 días, el 24 de mayo. Tan pronto que las negociaciones 'catalanas' apenas habrán arrancado formalmente.

El influjo de los comicios europeos marcará y mucho los pasos a dar y los mensajes a transmitir en torno al futuro catalán. Especialmente por el peso nacional que tanto PP como PSOE quieren dar a los comicios del 9-J. Un día antes de que se constituya el nuevo 'Parlament' y el reloj institucional empiece su cuenta atrás.

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Miguel Fernández Molina (Sabiote, Jaén, 1987) es periodista licenciado por la UCM. Trabajó ocho años en el medio digital 'Mundotoro' antes de llegar a 'El HuffPost', donde ejerce de responsable de cierre y escribe sobre deporte, internacional y política, entre otros campos. Puedes contactar con él en miguel.fernandez@huffpost.es