Un lustro de Ayuso como lideresa del Dos de Mayo: de fingir que los medios seguían su campaña a marcar el paso al PP
La líder popular afronta su primer Día de la Comunidad de Madrid con mayoría absoluta y tras semanas en el foco por las informaciones de su pareja.
Mítines, 'canutazos', desayunos informativos y mucha calle. La vida de Isabel Díaz Ayuso hace cinco años era completamente a la actual. El entonces presidente del PP, Pablo Casado, designaba a la ahora presidenta de la Comunidad de Madrid como candidata de un partido en horas bajas tras el 'caso Máster' de Cristina Cifuentes.
Un perfil conocido en la primera planta de Génova 13, donde se encuentra la sede del PP de Madrid. Hasta esa fecha, era la vicesecretaria de comunicación de los populares madrileños y su portavoz. Sin embargo, poca gente fuera del PP conocía quién era.
"La campaña fue dura. No venían medios a cubrir sus actos porque pensaban que no íbamos a ganar y teníamos que poner nuestros móviles simulando que grabábamos sus declaraciones para que pareciera que había medios acompañándola", explica una persona que entonces estaba en su equipo. "Fue una campaña muy larga. Ayuso dormía dos horas y se echó todo encima. Siempre con una sonrisa", explican rememorando el temor de que Ciudadanos escorara a la izquierda y les hiciera perder el poder.
El resultado de la campaña dio sus frutos. Pese a que el PSOE ganó las elecciones y Ángel Gabilondo tenía en su mano ser presidente de la Comunidad de Madrid con los votos de Ciudadanos, tras meses de negociaciones fue Ayuso la que se convirtió en presidenta en mitad de agosto gobernando en coalición con los de Ignacio Aguado y el visto bueno de Vox.
Sin embargo, los primeros meses no fueron del todo fructíferos y no fue hasta que llegó la pandemia cuando "se terminó de creer su puesto", indican los suyos ante los comentarios que se publicaban en redes sociales en el que se jugaba con su acrónimo (IDA) simulando que "era tonta o no estaba bien de la cabeza". "Tenía inseguridades que fue solventando poco a poco. Cuando llegó la pandemia ya era una líder sólida y se demostró porque dio la oposición a Sánchez", recuerdan los suyos.
Fue precisamente en la pandemia cuando vino el primero de los problemas a los que se ha enfrentado Ayuso: la firma del protocolo sanitario que impedía el traslado a hospitales desde las residencias. 7.291 personas murieron sin recibir la atención sanitaria adecuada. "Básicamente, su entereza en pandemia, y su resistencia al sanchismo es lo que creó el personaje", explican otras fuentes que conocen a Ayuso desde que no era una cara visible en el PP, explican sobre aquellos meses en los que cargó directamente contra Sánchez y su Ejecutivo por las normas a aplicar durante la pandemia y que se saldó en su punto menos álgido con una 'cumbre' en la Puerta del Sol que llenó el patio de la Real Casa de Correos de banderas de España y de la Comunidad de Madrid.
"Siempre ha sido como es ahora. Desde septiembre de 2019 hasta marzo de 2020 era más prudente por el cargo. A partir de ahí, empezó a ser ella", añaden.
De hecho, muchos cifran en la llegada de Miguel Ángel Rodríguez la fecha de inicio del cambio de Ayuso. "Cuando era candidata y comenzó su presidencia se apoyaba mucho en Génova", explica una fuente, entonces cargo del PP bajo la presidencia de Casado. "Cuando llegó Miguel Ángel Rodríguez empezó a alejarse más", explican sobre enero de 2020, cuando el ex asesor de Aznar desembarcó en la Puerta del Sol.
"Ayuso es muy lista en algo. Se deja asesorar y si Miguel Ángel Rodríguez le dice que vaya para la derecha, ella va. Ha dejado que le confeccione su perfil que le otorga mayoría absoluta", explica esta fuente sobre el éxito de Ayuso.
Desde entonces, el éxito de Ayuso ha ido en aumento. No es casualidad que cada mes, cuando el CIS pregunta a los españoles por quién quiere que sea el presidente del Gobierno, de manera espontánea la presidenta madrileña se cuele en las quinielas que lideran Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. En su papel de colíder de la oposición, no siempre con el visto bueno de Génova, Ayuso lleva marcando la agenda al PP en diferentes cuestiones y se encontró con un partido que cerró filas en torno a ella cuando cayó Pablo Casado.
El exlíder del PP pidió información a Ayuso por las informaciones que iban conociendo sobre su hermano. Cuando Ayuso evitó rendir cuentas, el caso se hizo público y el PP, con la misión de vender una limpieza de la corrupción a toda costa, planteó si era "ético" que en lo peor de la pandemia el hermano de una presidenta se llevara 234.000 euros por hacer de intermediario con la autonomía que dirigía.
El caso judicialmente quedó en nada, pero mucho antes de que los tribunales hablaran Casado ya se había marchado. Incluso entre 3.000 y 3.500 personas se manifestaron unos días antes de que saliera del PP a favor de la presidenta pidiendo un relevo en el PP.
Antes de llegar a este punto, la política madrileña ya se había convertido en un icono, no solo ante peperos. "Supo capitalizar el hartazgo de la pandemia con soluciones baratas y no supimos darle una respuesta. De aquellos lodos estos polvos", resume un dirigente de la izquierda madrileña sobre cómo el 'fénomeno Ayuso' persiste. "Ofrece soluciones baratas y da respuesta a un cabreo aprovechándose del fango. No cae mal, es graciosa y capitaliza bien el enfado con mensajes directos. Ha convertido hasta en un lema político el 'que te vote Txtapote' o el 'me gusta la fruta", insiste.
"Es una persona con la que tengo un trato cordial", resume otra dirigente de la izquierda madrileña que comparte momentos con Ayuso en el día a día de la Asamblea. "El problema de Ayuso no es cómo se comporta en las distancias cortas, sino lo que hace con los medios de comunicación a través de su gabinete, su adicción a la agresividad política", explica.
La llegada de Alberto Núñez Feijóo tampoco supuso un 'tutelaje' de Ayuso. "El PP es así, voces libres en un mensaje común. Como si las palabras de Page contra la amnistía no fueran un problema en el PSOE", explican en el PP este martes. Sin embargo, no han sido pocas las veces que Génova ha intentado marcar el paso a Ayuso dada su relevancia y lo que calan sus palabras en el electorado.
La última prueba fue este lunes. Mientras que el PP guardaba silencio a que Feijóo le diera la réplica a Sánchez, Ayuso aprovechó un acto una hora antes para responder al presidente del Gobierno. Antes lo hizo con el pacto de investidura de Sánchez o más recientemente con las informaciones sobre la pareja de Ayuso.
El PP quería estirar con mucha calma el 'caso Koldo'. Primero uno y luego otro hasta implicar a buena parte del Ejecutivo, para seguir estirando el desgaste. Sin embargo, y aunque aseguraban que no iban a cambiar el planteamiento cerraban filas con Ayuso y aumentaban la presión sobre Pedro Sánchez y su esposa. A la vez, y asegurando que no iban dejar caer a Ayuso, evitaban hablar de los temas que afectaban a la presidenta y hacer muestras de apoyo en público. De hecho, hace unos días, antes de la carta de Sánchez, no se aseguraba que Alberto Núñez Feijóo acudiera al Dos de Mayo como ocurrió el año pasado.
En el PP dicen que los presidentes autonómicos tienen un discurso regional y nacional, pero también reconocen que Ayuso acostumbra meterse de más en el plano de Feijóo e incluso en cuestiones de otros presidentes autonómicos como ocurrió hace unas semanas sobre el flamenco, provocando que Juanma Moreno, presidente andaluz respondiera a Ayuso.
"Si hablamos de capitalidad del flamenco, nada más que de Jerez, Utrera o Sevilla, pues Andalucía yo creo que sin duda alguna es la cuna del flamenco, la cuna del arte", indicaba asegurando que su tierra es la "legítima representante" de la cultura y de la tradición flamenca. "En eso no vamos a estar de acuerdo, en eso no. En otras cosas sí, pero en eso no vamos a estar de acuerdo", zanjaba Moreno.
Ahora, Ayuso encara su quinto Dos de Mayo con mayoría absoluta. Un lustro delante de los focos desde la Presidencia de la Comunidad de Madrid que ha afrontado en las últimas semanas envuelta en la polémica y que amagaban con ensombrecer su primer Día de la Comunidad de Madrid con absoluta.
Desde principios de marzo, la actualidad sobre Ayuso, más allá de los ataques a Pedro Sánchez ha estado marcada por las informaciones sobre su pareja, acusado de cometer dos presuntos delitos de fraude fiscal que ha reconocido y unas obras ilegales en casa de la presidenta que acabaron por inundar el edificio y provocar el cierre de un negocio. Sin embargo, el giro de Sánchez dejando en el aire su continuidad en el Gobierno ha dado aire a la presión sobre ella y su equipo dejando el tema en un segundo plano.