Sin empleados, con un ordenador, una impresora y un Porsche: así era la empresa del novio de Ayuso

Sin empleados, con un ordenador, una impresora y un Porsche: así era la empresa del novio de Ayuso

Con ella, Alberto González Amador facturó 3,7 millones de euros.

Isabel Díaz Ayuso, ayer, en el Comité Ejecutivo del PP, en Madrid.Jesus Hellin / Europa Press via Getty Images

El goteo de novedades sobre las empresas de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, es incesante. Este martes, Eldiario.es, el medio que dio la primera exclusiva sobre el caso, desvela más detalles de la empresa con la que facturó hasta 3,7 millones de euros en dos años: pese a ese volumen de dinero, no tenía trabajadores en nómina ni grandes equipos con los que trabajar, sólo un ordenador y una impresora. Ah, y un Porsche Panamera.

Los datos proceden del informe de la Agencia Tributaria que sustenta la denuncia que la Fiscalía presentada contra el empresario, en el que se expone que usó dos sociedades "sin trabajadores contratados ni apenas medios materiales para canalizar sus ingresos". De ellas, la principal es Maxwell Cremona, y destaca especialmente porque pese a la ausencia de empleados sí incluye el coche de alta gama. Su precio: 125.000 euros aproximadamente.

No es el único buen coche de la firma, porque más tarde la compañía adquirió otro más, un Maserati, que es el que tiene multas pendientes con el Ayuntamiento de Madrid, tal y como ya publicó también El Plural la semana pasada. También se constata otro detalle: consignan 3.900 euros en cortinas.

En el caso de la segunda de las empresas, su nombre es Masterman & Whitaker y Hacienda la califica como "una mera sociedad interpuesta", porque tampoco ha tenido nunca trabajadores a su cuenta ni medios para realizar su actividad, pese a que contrataba con empresas tan grandes como la sanitaria Quirón Salud. En estos días se ha sabido que dicha compañía fue el "principal cliente" de González.

Al novio de la presidenta madrileña se le investiga porque la sociedad de los coches de lujo, según la Fiscalía y la Agencia Tributaria, se atribuyó 15 facturas por valor de 1,7 millones de euros de forma ilegal por servicios que los supuestos proveedores no se prestaron y que sirvieron para deducirse gastos, indebidamente. González Amador confesó por su propia voluntad el pasado 2 de febrero, por escrito, haber cometido dos delitos fiscales. Llegó a proponer vía abogados hasta una posible multa y una posible pena.