"Si el tren descarrila, Puigdemont se queda en Waterloo"
Las negociaciones ya están en marcha. Sánchez trata de reconducir la relación con Junts y da por seguro que también salvará el escollo de la votación de la amnistía.
Pedro Sánchez se muestra convencido de que también salvará este escollo. De hecho, el Gobierno y Junts ya trabajan para reconducir la situación y que, a la segunda, salga adelante la ley de amnistía, según las fuentes consultadas. En el PSOE, tras otra semana agónica en términos políticos, tienen una cosa muy clara: "Si el tren descarrila, el que se queda en Waterloo es Carles Puigdemont".
Es decir, el fugado "nos necesita tanto o más como nosotros necesitamos los siete votos", en palabras de un diputado socialista. Y de la indignación por el fracaso de la votación en el Congreso ya se ha pasado al diálogo discreto.
La comparecencia del jefe del Gobierno, el jueves al término del Consejo Europeo, fue reveladora. Ni rastro había ya de su enorme cabreo porque decayera la ley de amnistía por el voto en contra de Junts. Tampoco hizo suyas las críticas que vertió Félix Bolaños, su influyente ministro, inmediatamente después del fiasco parlamentario. Conciliador, recetó "templanza" y "contención" para llegar a un acuerdo. Y ofreció un titular que rápidamente fue aplaudido por sus socios: "Como todo el mundo sabe, el independentismo catalán no es terrorismo. No lo es", afirmó. "Valoramos positivamente sus declaraciones", se apresuró en afirmar Jordi Turull, ese mismo que sólo horas antes apuntó que la legislatura podía estar en riesgo.
Los contactos entre ambas partes han comenzado, y ya han dado sus frutos. "La legislatura va a ser larga. Nos estamos acoplando. Nadie dijo que esto iba a ser fácil, lo sabíamos desde el primer momento. Es verdad que sobra ruido, pero la legislatura va a durar", según las fuentes socialistas.
Moncloa insiste en que la ley de amnistía ha de quedarse como está para evitar la amonestación del Tribunal Constitucional o de la Unión Europea. Si acaso se podría retocar alguna cuestión muy técnica ahora que la norma vuelve a la Comisión de Justicia pero nada sustancial. Los independentistas catalanes que serán amnistiados "no son terroristas" y "así lo van a concluir los tribunales", en palabras de Sánchez, restando importancia a los posibles movimientos judiciales.
Las cesiones de Moncloa a Junts podrían venir por otro lado, según La Vanguardia. La ley de amnistía se quedaría como está pero, a renglón seguido, se reformaría el Código Penal en lo relativo a los delitos de terrorismo. Así, ambas partes cederían. Los de Puigdemont, en todo caso, continúan insistiendo en que lo que ellos quieren es un cambio en la amnistía, que incluya todo el terrorismo y también la traición al Estado, para que Puigdemont pueda pisar España con garantías de que un juez no le vaya a encausar.
¿Y qué pasa con los Presupuestos Generales del Estado? Primero, arguyen, hay que sacar adelante el texto de la amnistía y después vendrá todo lo demás. "De momento, ya están prorrogados los del año pasado desde enero", recuerdan desde Hacienda. Formalmente, sus portavoces insisten en que el objetivo es sacar adelante una nuevas cuentas públicas, aunque oficiosamente se deja en el aire a la espera de ver cómo evolucionan las cosas. Paso a paso.
Lo que ya no podrá evitar Sánchez es que la tramitación de la polémica ley de amnistía se cuele en la campaña de las elecciones gallegas, que ya ha comenzado formalmente. Los pronósticos para el PSOE no son halagüeños, con su candidato instalado en la tercera posición, por detrás del BNG. "Sánchez también se presenta a las elecciones", llegó a afirmar el popular Alfonso Rueda, convirtiendo los comicios en una especie de segunda vuelta de las pasadas elecciones generales.
"Aquí el sentimiento contra la amnistía no es tan vivo como en Andalucía o Castilla-La Mancha, pero indigna que se privilegie a los independentistas catalanes por encima del resto. La gran mayoría está en contra de los pactos con Junts", dicen fuentes populares.
Alberto Núñez Feijóo no contempla otro escenario que revalidar una mayoría absoluta en Galicia, aunque se pierda algún escaño. "Cualquier otra cosa sería una catástrofe", reconocen voces del partido, tal y como avanzó este diario. ¿Se la juega Feijóo más que Sánchez? "Aquí el problema es que todo el mundo da por descontado que el PSOE se la pega. Perder la absoluta tendrá coste electoral, pero no creo que pase. Si logramos una mayoría rotunda, el golpe dolerá al presidente del Gobierno aunque la clave está en las elecciones europeas", según la reflexión de un líder territorial.
Los populares no van a soltar el tema de la amnistía. "Sánchez está acorralado. Acabará cediendo, no tiene otra. Es eso o que la legislatura entre en tiempo de descuento", en palabras de un miembro de la dirección nacional. Dicho esto, la mayoría de cargos consultados opina que Sánchez aguantará, aunque sea con enorme dificultad. "En este momento en España hay una ofensiva masiva contra los jueces, hay una falta de respeto continuada y permitida por el Gobierno y hay descalificativos en sede parlamentaria llamando a los jueces prevaricadores y corruptos", afirmó Feijóo en Bruselas, desde donde dijo que la UE está "preocupada" y vigilante.
No todo es enfrentamiento. La semana también deja una fotografía inédita, la de un comisario de la UE favoreciendo la negociación entre el Ejecutivo y el PP para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Se han dado de plazo dos meses y, en privado, las partes reconocen que van a hacer un esfuerzo extra para tratar de alcanzar un pacto. "La presión de la UE se nota". Aunque las discrepancias se mantienen. Sánchez quiere renovar y ya mientras que Feijóo quiere en paralelo cambiar el sistema de elección de los jueces.
"El hecho de que la UE tenga que intervenir ya es un fracaso. Ahora, como no logremos el pacto, el ridículo va a ser ya…", remata otro barón popular.