Sánchez, con pies de plomo
Moncloa ya habla de noviembre para la investidura. Díaz se adelanta, para enfado del PSOE, y presenta un plan de amnistía a Junts
Hace tan solo unos días, Pedro Sánchez trasladó la idea de que su investidura sería muy rápida con el objetivo de que el Ejecutivo estuviera a pleno rendimiento cuanto antes. Algunos de sus ministros llegaron a sugerir que la sesión parlamentaría se celebraría en la primera quincena del mes de octubre para que no se eternizaran las negociaciones con los independentistas. Todo quedaría resuelto antes del 31, día de la jura de la Constitución de la princesa de Asturias, auguraron al más alto nivel. “España bosteza ante la descomunal pérdida de tiempo de Feijóo y sus mentiras”, se burló el presidente en funciones, en relación a las largas semanas de negociación de las que dispuso el líder del PP desde que recibió el encargo del rey hasta su votación fallida en el Congreso.
La realidad negociadora ha dado al traste con los planes iniciales del presidente en funciones. Ahora, Moncloa ya habla abiertamente de noviembre y reconoce la complejidad de lograr el respaldo de sus hipotéticos socios. Ante esta dificultad, Sánchez no se conforma solo con un acuerdo exclusivamente de investidura y trabaja para uno de legislatura, tal y como avanzó El HuffPost. ¿Por qué? “Porque nosotros asumimos el enorme coste de la amnistía” pero “tenemos que tener la seguridad de que la legislatura no vuela por los aires en dos días”, según las fuentes gubernamentales consultadas por este diario. Es decir, cuando toque, el Ejecutivo quiere tener el “sí” asegurado a los Presupuestos Generales del Estado y otros proyectos clave.
Íñigo Urkullu definió a la perfección el infierno parlamentario que Sánchez quiere esquivar con un pacto amplio, que no solo se limite a la votación de investidura: “Necesitará de todos los votos todo el tiempo. De todos los votos, de todos los partidos que puedan haberle elegido presidente, todo el tiempo”, destacó en una entrevista en la Cadena SER.
Si el presidente en funciones ve asegurado este escenario, el de atar la legislatura al menos a dos años vista, dará el siguiente paso. Para empezar, refiriéndose con naturalidad a la amnistía, -este viernes pronunció la palabra por primera vez- como hacen desde hace semanas Sumar y los independentistas.. Y, también, formalizando su relación con quienes están llamados a ser sus aliados, incluido el partido de Carles Puigdemont. De hecho, las fuentes consultadas dan por hecho que “habrá foto” con el fugado, aunque no será Sánchez el que se traslade a Bruselas. El País apunta a Santos Cerdán, responsable de organización de Ferraz y hombre de confianza del presidente.
“Estamos negociando”, reconoció el candidato socialista, al que la amnistía le persiguió incluso hasta la cumbre de Granada, donde las instituciones nacionales demostraron otra vez su capacidad de organizar grandes eventos. Según su equipo, la negociación está siendo difícil y con destacados altibajos, aunque todas las fuentes creen que finalmente habrá fumata blanca. Francina Armengol, eso sí, se resiste a poner fecha a la sesión parlamentaria hasta que las señales del Ejecutivo sean inequívocas en este sentido.
¿Descartan entonces por completo la repetición electoral? “A quienes peor les vendría ese escenario es a los independentistas”, contestan en Moncloa. Un sector del PSOE, en el que se incluye la denominada vieja guardia, aboga por no aceptar las demandadas de Junts y ERC y reivindicarse como “defensores de la Constitución”. Emiliano García Page, el presidente de Castilla-La Mancha, también aplaudiría esta opción.
“Se lo digo yo: va a haber investidura y gobierno de coalición progresista” porque “si no lo hay, van a gobernar Abascal y Feijóo y vamos a retroceder 50 años”, pronosticó Yolanda Díaz este mismo jueves en un foro organizado por La Vanguardia. La líder de Sumar recuperó el foco mediático enviando su propuesta de amnistía a Junts, en la que plantea exonerar todas las “acciones” desde 2013 para lograr la independencia, según desveló El Periódico de Cataluña. El lado socialista del Gobierno se revolvió incómodo: “No es la propuesta del presidente”, que es la que en realidad vale.
En el PP, mientras tanto, siguen dando por descontado que finalmente habrá acuerdo. Esa es al menos la conclusión de la mayoría de barones y altos cargos consultados por este diario. Y de ahí que Génova vaya a redoblar su ofensiva contra la amnistía, aunque aún se desconozcan los detalles de la misma. Este mismo domingo, Alberto Núñez Feijóo volverá a salir a la calle, en esta ocasión convocado por Sociedad Civil Catalana en Barcelona. Allí también estará Santiago Abascal, su socio de Vox. “Es una manifestación, en la que estaremos andando. Puedes coincidir pero no tienes por qué”, afirmaron fuentes del PP al más alto nivel ante la posibilidad de una foto de ambos líderes.
Según el entorno de Feijóo, el PP está hoy “más compacto” alrededor de su líder, después de su investidura fallida. “Hemos despertado de la pesadilla en la que nos adentramos la noche electoral”, en palabras de un líder autonómico. Pero ahora la formación se mueve inquieta ante los ajustes en la dirección ya anunciados por el presidente nacional, y que acometerá pronto. Tal y como informó este diario, previsiblemente habrá cambios en las portavocías tanto del Congreso como del Senado. “Esto no significa que Feijóo haya perdido la confianza en Cuca. Será una secretaria general con más peso”, deslizan algunas fuentes.
Los cambios no se limitarán a Génova y las Cámaras. El PP vasco ya ha iniciado el proceso para renovar su cúpula. Carlos Iturgaiz dejará la presidencia a favor de Javier de Andrés, que tiene el aval de la dirección nacional. Después, le tocará el turno al PP catalán. Este domingo, Feijóo se reencontrará con su todavía presidente, Alejandro Fernández, después de que éste criticara su posición con respecto a los independentistas. Voces de la estructura autonómica llegan a apuntar a una gestora “para sacarle de la dirección” aunque Génova lo rechaza: “Por ahora no se va a tocar, no es un tema prioritario”.