Premio gordo tras el recuento del voto CERA para el tránsfuga que acabó en el PP

A última hora del día de ayer se dio a conocer la noticia que cambiaba el equilibrio de fuerzas compuesto tras el 23-J de cara a la nueva legislatura. El voto exterior fue clave para que el PP lograra a última hora arrebatar un escaño al PSOE en Madrid. Y qué escaño.

Su nombre les resultará familiar: Carlos García Adanero. El nuevo diputado con el que contará el PP en las Cortes cuenta ya con una dilatada experiencia en la política nacional bajo las siglas de UPN (Unión del Pueblo Navarro), desde 1986 hasta el pasado año, cuando fue obligado por las bases de su partido a entregar el acta de diputado.

¿El motivo? Seguro que lo recuerdan: saltarse la disciplina de partido y votar en contra de la reforma laboral impulsada por el PSOE y Unidas Podemos, contraviniendo la decisión que su partido había tomado. 

De hecho, no fue el único, ya que su compañero de filas, Sergio Sayas también votó en contra de la reforma, en lo que fue considerado como una traición imperdonable por los suyos, que no sin dificultades -debido a la negativa de ambos a entregar el acta de diputados-, lograron expulsarlos del partido. Finalmente, y afortunadamente para el gobierno de coalición, la reforma pudo salir adelante gracias ala equivocación del popular Alberto Casero.

¿Al PP? ¿Por qué no?

Como suele ocurrir en muchos de los casos de 'transfuguismo', el político que se salta la disciplina de partido lo hace por un motivo de suficiente peso como para jugarse su puesto de trabajo, por lo que no es de extrañar que, en muchas ocasiones, la figura de ese tránsfuga se convierta en la nueva cara del partido con el que se ha alineado de forma 'poco ética'.

De esta forma, el pasado mes de enero, tanto Sayas como García Adanero confirmaban su presencia en las listas del Partido Popular de Navarra junto a la Plataforma Navarra, fundada por ambos, siendo García Adanero el mayor beneficiado del voto CERA de las elecciones del 23-J.

​Intento de alcalde en las municipales

Pero apenas tres días después de que se diera a conocer la noticia de su fichaje por el Partido Popular, Adanero confirmó que se presentaría a las elecciones municipales de Pamplona con el objetivo de convertirse en el nuevo alcalde de la localidad navarra, una jugada que no le salió como él esperaba. 

Entre sus principales esperanzas se encontraba el gran vínculo que tenía con la localidad pamplonesa tras casi 40 años de política local y autonómica. Pero para sus votantes, la traición la pagó cara, y tan solo consiguió dos representantes en el ayuntamiento, por los nueve de UPN, que sumó uno más que en las últimas.