Nos damos un paseo con Oriol Junqueras por su pueblo en "Prohibido hablar de política"
El presidente de ERC es el protagonista, en plena campaña de las catalanas, del arranque de la segunda temporada del espacio presentado por David Andújar.
David Andújar estrena este domingo segunda temporada de su sección en El HuffPost, Prohibido hablar de política, con uno de los dirigentes más influyentes en la política catalana (y española) de los últimos años: Oriol Junqueras. Para entrevistar al exvicepresidente de la Generalitat y actual líder de ERC, el periodista y presentador ha viajado hasta Sant Vicenç dels Horts, en la comarca del Baix Llobregat, para conocer los orígenes del líder independentista. En este municipio de casi 30.000 habitantes, Junqueras pasó su niñez junto a su padre, catedrático de instituto; y su madre, que trabajaba de enfermera.
Junqueras también dio aquí sus primeros pasos en la política, ya que fue alcalde de la localidad durante cuatro años (2011 - 2015). "Es un pueblo obrero, de gente trabajadora. Creo que los vecinos tienen, en general, un buen recuerdo de mí como alcalde pese a que nos tocó gobernar en plena crisis económica. Fueron momentos difíciles", asegura durante el paseo que da con Andújar para enseñarle los lugares más destacados de Sant Vicenç dels Horts.
En la entrevista, Junqueras recuerda que pasó una infancia feliz en su pueblo y que él era un niño "encantador" y "muy especial", por lo que unas monjas aconsejaron a sus padres que debía estudiar en una escuela italiana. "A finales de los 60, parte del pueblo era un campo infinito de barracones. Por este motivo, enviaron a unas monjas italianas misioneras para hacer una guardería en esta zona. Un día, las monjas hablaron con mi madre, le dijeron que era un niño raro y que querían matricularme en la escuela pública italiana. Así que hicieron una gestiones con el consulado y yo acabé matriculado allí", cuenta Junqueras. Para dar fe de que era buen estudiante, no duda tampoco en hablar con soltura en italiano ante un atónito Andújar.
Saber italiano le permitió vivir en Roma y 'currar' en uno de los lugares más enigmáticos y misteriosos del mundo: en el Archivo Secreto Vaticano. "Me pareció un trabajo interesante. Una parte de lo que yo hacía allí no lo puedo contar porque había un compromiso de confidencialidad", advierte.
Le 'enchufó' en este trabajo un jesuita de origen cubano que leyó un libro suyo sobre las relaciones Cataluña y Cuba. "Me envió una carta para conocerme y me preguntó si había algo que podía hacer por mí. Y yo le pedí trabajar en el archivo secreto", asegura.
Su estancia en el Vaticano también le permitió conocer a Ratzinger antes de que se convirtiera en el papa Benedicto XVI. "A mí me parecía un hombre majo. Nos saludamos algunas tardes cuando yo salía un momento de la sala de lectura y nos cruzábamos por los pasillos", asegura.
Aunque ya con ocho años se declaró independentista, Junqueras no entró en la política institucional hasta superar la cuarentena. Esto le supuso dejar de dar clases de historia en la universidad, su gran pasión, pero cree que la política también le ha aportado aspectos muy beneficiosos en su vida. "La política es muy invasiva, pero te permite tener contacto la gente y tuve el honor de ser elegido alcalde de mi ciudad", asegura. De hecho, no siente ningún desgaste pese a llevar más de 15 años de actividad política y no cierra las puertas a "nada" en el futuro. "Siempre estoy dispuesto a lucharlo todo", asegura.
Y todo eso pese a que pasó más de tres años y medio en la cárcel tras ser condenado por sedición y malversación en el juicio por el procés. Junqueras se siente "orgulloso" de haber estado en prisión y cree que le ha abierto "muchas puertas". "Desde aquí, mi agradecimiento al Tribunal Supremo", dice con cierta ironía.
En la entrevista, Junqueras no duda en detallar su día a día en la cárcel y cómo los demás presos le pidieron dar clase. "Querían que les enseñara historia, pero les respondieron que no porque la historia es una herramienta de manipulación masiva. Luego dijeron que querían clases de filosofía y les respondieron también que no porque la filosofía invita a cuestionarse el orden existente. Así que yo les sugerí que pidieran clases de matemáticas, porque aparentemente no son muy peligrosas, pero también les dijeron que se podían usar para delinquir", cuenta.
En los tiempos libres, jugaba al fútbol - "era contundente, lo que no significa que fuera bueno" - al parchís o al dominó con los otros presos e hizo amigos que, a día de hoy, mantiene. Algunos de ellos, destacados exdirigentes del PP. "Yo estuve con Bárcenas, Rodrigo Rato... Con alguno de ellos aún me saludo", asegura.
Pese a que fueron años difíciles para Junqueras, el líder republicano asegura que nunca lloró en la cárcel. "A mí me parece bien no darles el gustazo. Muestro mis sentimientos con los míos. Yo estoy orgulloso de haber pasado por la cárcel por defender la democracia y que la gente tiene derecho a votar y decidir su futuro", asegura.
Por eso no empatiza con Sánchez cuando el presidente del Gobierno decidió la semana pasada tomarse cinco días para reflexionar sobre si merecía la pena o no seguir al frente del Ejecutivo. "Nosotros tenemos gente que está en el exilio, se han celebrado juicios que nunca deberían haber existido, y algunos hemos estado en la cárcel por hacer un referéndum, algo que no está en el código penal y, por tanto, no es un delito. Meter a la gente en la cárcel por algo que no es un delito me parece mucho más heavy que lo que haya podido sufrir Sánchez", asegura de forma rotunda.
De hecho, Junqueras cree que estaba predestinado a acabar en la cárcel por sus antecedentes familiares. "A mi madre también la acusaron de sedición, a mi padre lo detuvieron y a mi abuela la arrestaron cuando tenía sólo tres años porque buscaba a su padre. Además, dos de mis bisabuelos fueron acusados de sedición y rebelión y a mi bisabuela la asesinó un oficial del ejército franquista. Así que no era disparatado que yo pudiera acabar en la cárcel o volver. Es la respuesta habitual que da al Estado a las peticiones democráticas de la sociedad catalana", asegura.
En la entrevista, Andújar también la plantea cómo vivieron sus dos hijos aquellos años de prisión y cómo le gustaría que le vieran en el futuro, cuando alcancen la mayoría de edad. Y ya que Junqueras ve la política "como algo positivo", el periodista le pide para terminar que diga una buena cualidad de dirigentes como Salvador Illa, Alberto Núñez Feijóo, Yolanda Díaz o Pedro Sánchez. Sus respuestas darán mucho de qué hablar.