Mónica Oltra es inocente: dos años de "infamia política, jurídica y mediática"
La "sintonía histórica de la derecha y la extrema derecha" llevó a la imputación de la exvicepresidenta valenciana, a su posterior dimisión, a la pérdida del Gobierno valenciano y, dos años después, al archivo de la causa abierta contra ella.
Dos años después del “ganan los malos” que enfatizó Mónica Oltra al anunciar su dimisión, este martes, según Compromís, “ganan los buenos”. Dos años después, el juez ha archivado la causa contra la exvicepresidenta valenciana al no haber encontrado indicio alguno de ningún delito en el supuesto encubrimiento de los abusos cometidos por su exmarido. En el lapso, la derrota del conocido como Gobierno del Pacto del Botánico y la llegada del Partido Popular y Vox a la Generalitat valenciana.
“Lo que ha pasado estos dos años”, ha asegurado esta mañana la portavoz de Compromís en el Congreso, Àgueda Micó, “pasará a la historia de la democracia como una persecución política y judicial a las personas que han sido capaces de plantarle cara a los poderosos”. “Desde el principio sabíamos que este era un caso claro de lawfare”, ha afirmado Micó. En su día, Oltra rechazó utilizar ese término porque parecía “una cosa incluso bonita”. Ella hablaba de “guerra sucia: la utilización de los tribunales para aniquilar adversarios políticos con enredos y montajes”.
El origen de estos dos años data del 16 de junio de 2022. Entonces, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana imputó a Oltra por supuestamente encubrir un caso de abusos a una menor tutelada por el que fue condenado su exmarido, Luis Eduardo Ramírez, en 2019. Aunque ahora el Tribunal ha dictaminado que no hay delito, en aquel momento estimó que había indicios de su participación en la elaboración de un expediente para obstaculizar la investigación y para proteger a su expareja y a ella misma. Además de vicepresidenta, Oltra era entonces también consejera de Igualdad y Políticas Inclusivas, departamento del que dependían los centros de menores tutelados.
Desde el principio, la política de Compromís defendió su inocencia y denunció que todo respondía a una operación orquestada por la extrema derecha para terminar con su carrera política. Las coacciones para que abandonara sus cargos en la Generalitat fueron ingentes, tanto a nivel político como judicial y mediático. Con todo, Oltra perdió el apoyo del entonces presidente de la Comunidad Valenciana, el socialista Ximo Puig. Pese a rechazar que dimitiría en varias ocasiones, el riesgo de que el PSPV hiciera estallar el Pacto del Botánico terminó por dilucidar sus dudas.
La dimisión: "No voy a ser coartada"
El 21 de junio de 2022, cinco días después de haber sido imputada, Oltra compareció en rueda de prensa. “No le quiero dar la coartada a nadie para poder decidir unilateralmente que Compromís no forme parte del Gobierno valenciano”, dijo para anunciar que dimitía no solo como vicepresidenta y consejera sino también como diputada en Les Corts. Con la voz afligida, Oltra señaló que se iba “con la cara bien alta” y “con los dientes apretados, muy apretados, porque esta historia pasará a la historia de la infamia política, jurídica y mediática de este país”.
Ese día, a su izquierda, estaba Àgueda Micó. En conversación con El HuffPost, Meco recuerda la presión a la que estuvo sometido el partido durante aquella época: “El desgaste fue brutal”. La portavoz de Compromís en el Congreso destaca sobre todo “la impotencia colectiva”. “Sabíamos que era injusto, que era inocente, pero teníamos la sensación de no poder hacer nada”, apunta para añadir que no podían “ni gobernar”: “Cada acto que teníamos conllevaba un acoso y derribo constante”.
A pesar de reconocer que “la derecha y la extrema derecha consiguieron su objetivo de desestabilizar el Gobierno valenciano”, considera que, al menos, Compromís puede decir que ha recuperado una suerte de “honra” debilitada. “Teníamos razón”, concluye.
"Los malos"
Esos “malos” que señalaba Oltra tienen unos nombres y apellidos vinculados con la extrema derecha. Detrás de la acusación estaban Manuel Salazar Aguado y José Luis Roberto Navarro, abogados relacionados además con ANELA, la patronal de los empresarios de clubes de alterne. Roberto Navarro, presidente de España 2000 y una de las figuras más conocidas de la extrema derecha española, escribió poco antes de la imputación a Oltra que se la iba “a follar sin tocarle un pelo”. Cuando la imputaron, culminó su pasaje: “Al final te llevé al huerto sin tocarte un pelo”.
El periodista Miquel Ramos, especializado en extrema derecha, conoce bien a ambos. En su libro De los neocón a los neonazis (Fundación Rosa Luxemburgo), define a Roberto Navarro como “una persona clave en la extrema derecha española en los últimos treinta años”. El presidente de España 2000 y Salazar son también protagonistas en otro libro, en este caso el de Joan Cantarero, Los amos de la prostitución en España (Ediciones B), donde analiza las vinculaciones del mundo de la prostitución con la extrema derecha.
Aunque las acusaciones partían de la extrema derecha – a Roberto Navarro y Salazar se unieron la asociación Gobiérnate, presidida por la ultraderechista Cristina Seguí, y Vox – para Ramos, en el caso de Oltra “actuaron como ariete de la derecha”. “En Valencia, viendo los nombres, todos sabíamos que había gato encerrado, y así lo hicimos saber”, comenta a El HuffPost. Acostumbrados a las “conexiones entre la derecha, la extrema derecha, el poder judicial y mediático”, el periodista admite que no le sorprendió la “repetición de personajes”.
Oltra, rememora Ramos, “era el principal activo político de la izquierda valenciana, y para la derecha y la extrema derecha, que en la Comunidad Valenciana han tenido una sintonía histórica, era una pieza de caza mayor y, a través del despacho de José Luis Roberto Navarro, hicieron lo posible por incluirla en la causa”. El periodista, no obstante, también rememora la “sorpresa” al observar cómo una parte del “sector progresista” terminó participando del acoso y la presión a la exvicepresidenta.
Carlos Mazón, hoy presidente de la Comunidad Valenciana, fue uno de los miembros del Partido Popular que desde el principio señaló a Oltra. Esta mañana, tras conocer el archivo de la causa, ha repetido que, pese a respetar las decisiones judiciales, “cada día que pasa sin pedir perdón a Maite, la niña que sufrió abusos, es un acto que no es de recibo”. Para Ramos, esta declaración solo “retrata al personaje y a la honorabilidad de los cargos”. “Hemos naturalizado una manera de hacer política que indigna”, afirma.
Desde Compromís, Micó habla de un “modus operandi” de la derecha. “Quisieron perjudicar al Gobierno valenciano y ahora no quieren que se rehabilite a Mónica”, denuncia a El HuffPost.
¿Y ahora? Para Meco, la decisión judicial supone “un antes y un después para Compromís”, y aunque respetan cualquier decisión que pueda tomar Oltra, desea que regrese a la primera línea política. “La esperamos con los brazos abiertos, es de justicia”, defiende.
Aquel martes en el que presentó su dimisión, Mónica Oltra dejó una reflexión que esta mañana cobraba sentido: “Que nadie se pregunte de aquí a veinte años, de aquí a veinte meses, qué cojones pasó en este país. Porque este país tiene un problema cuando absuelve corruptos, cuando M. Rajoy no es un indicio, y se encausan inocentes. Y pasan Vickys Rosells, y Albertos Rodríguez, y las niñeras. Y este país es un problema cuando no nos defendemos de la extrema derecha. Este país tiene un problema... Este país tiene un problema cuando nos desubicamos. Ganan los malos. Lo que más siento y lo que me gustaría evitar es que nadie piense que no es posible hacer políticas de izquierdas, que no es posible plantarle cara al poder, plantarle cara a la corrupción, plantarle cara a la oligarquía y a los poderosos. Nos están fulminando uno a uno con denuncias falsas, y el día que ustedes quieran reaccionar, les habrán fulminado también”.