La 'guardia pretoriana' de Sánchez: los seis ministros que le acompañan desde 2018
Cinco años y medio, tres elecciones generales y varias crisis de gobierno después, un grupo de fieles sigue acompañando al presidente en ministerios de máxima responsabilidad.
El nuevo gobierno de la incipiente XV Legislatura ya tiene los nombres para empezar a funcionar. 22 nada menos, tantos como el anterior gabinete de coalición que esta vez ha cambiado a Unidas Podemos por Sumar como socio del PSOE. "Un Gobierno de alto perfil político para una legislatura de alto perfil político", lo ha definido Pedro Sánchez.
Hasta nueve incorporaciones ha anunciado el ya presidente en firme, dentro de una nómina de cargos en las que también hay nueve bajas. Pero además de los que se van (Montero, Belarra, Garzón, Subirats, Llop, Iceta, Sánchez, Gómez y Miñones), los cambios afectan a numerosos departamentos, con modificaciones de sus nomenclaturas o sus competencias y con la creación de dos ministerios propios para Transformación Digital y Juventud e Infancia.
La revolución no ha sido tan grande como se esperaba, con la permanencia de nombres que prácticamente todos los analistas daban por amortizados como Fernando Grande-Marlaska. El ministro de Interior es uno de los pocos que permanecen en el equipo de Pedro Sánchez desde aquel ya remoto 7 de junio de 2018.
En concreto, son seis las figuras que no han abandonado el Ejecutivo en estos cinco años y medio. En todo este tiempo han tenido lugar tres elecciones generales, numerosas crisis de gobierno y un cambio de roles que ha llevado a primera fila a varios de los que aparecían por detrás en aquella primera foto de familia.
Nadia Calviño
Nadie dudaba de la permanencia de la 'mano derecha' de Sánchez dentro de La Moncloa, aunque sea con muy posible 'fecha de caducidad'. La responsable de Asuntos Económicos desde 2018 fue nombrada vicepresidenta tercera en enero de 2020. Desde entonces no ha hecho sino ganar relevancia en el gabinete, a medida que se sucedían los acontecimiento y las crisis que acababan con las salidas de otros vicepresidentes.
Sin necesidad de grandes aspavientos, ha dejado muestras de su carácter y de una creciente soltura parlamentaria, siendo 'azote' de la oposición cuando de números había que discutir.
Su liderazgo e influencia a nivel europeo ha llevado a España a tener voz real en la toma de decisiones económicas y de hecho en su mismo perfil europeísta puede estar la clave de su futura salida del Ejecutivo. De hecho, el suyo siempre ha sido el perfil más recurrente para ligar al actual Gobierno con posibles cargos internacionales de peso.
Ahora, la coruñesa de 55 años aspira a ser la responsable del Banco Europeo de Inversiones, carrera en la que ya se ha garantizado el apoyo de un peso pesado como Alemania. Se sabrá el 8 de diciembre, apenas semanas. Pero, sea el tiempo que sea, sigue siendo un elemento clave en el equipo del presidente.
Teresa Ribera
Una de las figuras fundamentales de los últimos años y especialmente de la reciente legislatura, Ribera ha conseguido poner a España en el centro del debate y la toma de decisiones comunitaria en materia ecológica y cambio climático. Parte del multimillonario programa de los Fondos de Recuperación Next Gen llevan parte de su firma.
Capítulo aparte fue la 'excepción ibérica', una solución defendida y lograda por Sánchez en un tensísimo Consejo Europeo del que salió como vencedor para mitigar algo la disparada factura eléctrica en los hogares españoles en pleno efecto alcista por la guerra en Ucrania. Bajo la dirección de Ribera desde su departamento, la medida ha ido ganando fuerza en Europa, que se ha abierto a una reforma del mercado eléctrico, cuestión que parecía estancada durante años.
Aupada en las listas electorales como número 2 de Sánchez por Madrid, Ribera también ha visto cómo crecía su rol político (sonados han sido sus desencuentros y reencuentros con Juanma Moreno por Doñana o sus críticas al PP y Vox en materia ecológica).
Mantiene su cartera de Transición Ecológica y el Reto Demográfico así como la vicepresidencia tercera en un tiempo que debe seguir impulsando su figura en el reto de la adaptación a las renovables y más luchas medioambientales.
María Jesús Montero
La titular de Hacienda y Función Pública (cartera con diversas denominaciones a través de los tiempos) no sólo no pierde peso político, sino que asciende al rango de vicepresidenta cuarta.
Tras haber sido portavoz del Gobierno en el peor año y medio de pandemia, a sus 57 años, la sevillana de Triana se ha convertido en santo y seña tanto de Moncloa como del PSOE. A nadie escapa —y a Sánchez menos— su capacidad de sacar adelante los Presupuestos año a año y su habilidad negociando con grupos tan dispares como UP o el PNV.
En un gobierno denominado de "alto perfil político" su presencia estaba más que asegurada, como también su renovado poder dentro del aparato socialista, donde ejerce de vicesecretaria general, la número dos del partido. De momento, el rumor constante de su salto como líder del PSOE-A sigue sin ser más que un rumor.
Fernando Grande-Marlaska
Una de las grandes sorpresas sin haber sido protagonista de ningún cambio; precisamente por ello. Cuestionado en numerosas ocasiones, quizás el que más en los últimos años, el foco de las críticas le ha apuntado hasta esta misma semana, por los disturbios en Ferraz.
Defendido por la derecha en sus años de juez contra ETA, hasta fue propuesto como vocal al CGPJ por el PP. Pero su 'fichaje' por Sánchez en 2018 cambió las tornas y su perfil ha ido convirtiéndose en el 'enemigo' de muchos.
Se daba por prácticamente hecha su salida del cargo de Interior, de camino a alguna embajada o algún destino de representación del Estado, pero Sánchez vuelve a confiar por este magistrado de 61 años. Uno de los suyos, como no ha dudado en ratificar a viva voz en repetidas intervenciones.
Lo que no ha sorprendido a nadie, tras conocerse que mantenía el puesto, son los renovados ataques de PP y Vox contra Grande-Marlaska. Sigue con numerosos frentes espinosos sobre la mesa, como la llegada masiva de migrantes a Canarias y otros puntos, la situación en Ceuta y Melilla o las voces discordantes en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, con las que ha tenido algún conflicto judicial sonado.
Margarita Robles
La titular de Defensa es una de las figuras de la administración Sánchez más respetada por la oposición, por no decir la única, así como la más valorada por los españoles a golpe de CIS. La también magistrada de 67 años tuvo claro desde el primer momento que no quería ir a Justicia, aunque esta posibilidad ha ido sonando cada cierto tiempo, por lo que continuará como máxima responsable política del Ejército en un periodo de guerras en Europa y el mundo.
Su figura tomó peso durante lo peor de la pandemia, con la labor del Ejército en tareas de apoyo y urgencia, así como en numerosos desastres naturales, pero especialmente tras la invasión rusa en Ucrania, así como en las operaciones humanitarias y de rescate de españoles y otros ciudadanos en países en riesgo.
Sin estar siquiera ligada al PSOE es una fija en las cábalas de Sánchez, a quien le une una gran relación personal y profesional... pese a los intentos de la oposición de situarla como posible relevo del hoy ya presidente.
Luis Planas
Al titular de Agricultura, Pesca y Alimentación le ha tocado capear una sucesión de temporales y no sólo meteorológicos en unos años muy duros para el campo español.
Los conflictos del sector primario, que llegó a tomar la calle justo antes de la pandemia, el agravamiento de la sequía, el crecimiento de los costes de producción y la caída de cultivos y ganadería seguirán ocupando la agenda de este político valenciano de 71 años, de quien destacan (incluso las asociaciones agropecuarias) su buena voluntad de diálogo.
A su favor, el perfil europeísta de una larga carrera profesional articulada con la mira en Bruselas —habla cuatro idiomas—, algo fundamental en un cargo tan ligado a la UE como el de responsable del sector primario.