Jorge Pueyo: "Poder hablar en aragonés en el Congreso es un triunfo frente a quienes nos llamaban paletos"

Jorge Pueyo: "Poder hablar en aragonés en el Congreso es un triunfo frente a quienes nos llamaban paletos"

El representante de la CHA y diputado por Sumar, conocido por su defensa de las lenguas minoritarias, debuta en el Congreso con el legado de Labordeta sobre sus hombros: "No me siento clase política"

Jorge Pueyo, diputado por Sumar en el Congreso de los DiputadosPATRICIA DONOHOE

Llegar y besar el santo. El diputado de Sumar por Zaragoza, Jorge Pueyo (Fonz, 1995) ha pisado por primera vez el Congreso en un momento histórico para la Cámara Baja tras darse luz verde al uso de las lenguas cooficiales y también a que puedan hablarse otras minoritarias a través de la autotraducción. Una "victoria" para un abogado que ganó siendo muy joven varios concursos escribiendo poemas en aragonés, una lengua que actualmente hablan unas 15.000 personas y cuya defensa ha marcado la trayectoria del ahora diputado. 

Durante su infancia, Jorge vivió situaciones de desigualdad lingüística. "Nos llamaban paletos por querer hablar en aragonés", señala en su entrevista con El HuffPost. Miembro de la generación Z, comenzó entonces su 'batalla lingüística' divulgando su idioma a través de las redes sociales mediante un informativo diario y en 2022 estrenó en la televisión autonómica A escampar la boira, un late night con invitados que le granjeó el apodo del "Broncano aragonés". "Pobre Broncano, que no ha hecho nada para que me comparen con él", dice con una sonrisa mientras recorre los pasillos del Congreso con la ilusión de las primeras veces. 

Ahora, ha decidido embarcarse en el mundo de la política para que Aragón vuelva a ser protagonista en el hemiciclo y para ampliar el legado de José Antonio Labordeta, figura histórica de Chunta Aragonesista (CHA). Los principios van por delante: el día de la constitución de las Cortes, acudió al Congreso con una colorida corbata que perteneció al famoso cantautor y prometió su cargo en aragonés. "Per Aragón, es suyos dreitos y llibertaz, paisaches y ríos y la cllase treballadora: Sí, prometo" ("Por Aragón, sus derechos y libertad, paisaje y ríos y la clase trabajadora"). 

En su charla con El HuffPost, 'charramos' ("hablamos") sobre sus aspiraciones políticas, la hipotética amnistía al procés, el debate de investidura de Feijóo y los intereses de Aragón que reclamará desde su escaño. "En el momento en el que vea que soy incapaz de defenderlos, dejaré la política", asegura. 

- La Mesa del Congreso ha confirmado que, desde este próximo martes, se podrán usar las lenguas cooficiales en el hemiciclo y, además, los diputados que así lo deseen podrán hablar en aragonés o asturiano siempre que haya autotraducción. ¿Qué primera valoración hace usted de esta importante decisión?

- Es un hito histórico para todos los que somos hablantes de cualquier otra lengua y un reconocimiento frente a quienes históricamente nos han dicho que éramos unos paletos por querer hablarlas. A algunos amigos de mi pueblo, por ejemplo, les decían que necesitaban logopeda porque decían badallar, que en aragonés significa 'bostezar'. Tengo una sensación de victoria porque es una decisión que dignifica nuestras lenguas. 

- Dígame la verdad, ¿ha tenido que presionar mucho a Yolanda Díaz para que el aragonés también pudiera escucharse en el Congreso?

- Todos hemos tenido que mirar por lo nuestro, pero Sumar ha entendido desde el principio que la lucha por el aragonés no es un capricho y que en España no puede haber lenguas de primera y de segunda. Además, esto es una revolución para constatar que Aragón ha vuelto al mapa política y que se nos va a escuchar. 

- ¿Tiene pensado cómo va a hacer eso de la autotraducción? 

- Pues no mucho, porque aún no se ha desarrollado por parte de la Mesa del Congreso cómo será el formato. No sabemos si será una autotraducción directa o yo envío el texto y luego lo reproduzco en la tribuna. No ha quedado claro. 

- En todo caso, ¿va a usar el aragonés en todas sus intervenciones? 

- Bueno, Pedro IV 'El Ceremonioso' utilizaba, según le interesaba, el catalán y el aragonés. Cuando tenía que convencer a los nobles aragoneses, les hablaba en aragonés. Y cuando le tocaba convencer a los nobles catalanes, hablaba en catalán. Según me apetezca (ríe).

- Alrededor de 15.000 personas hablan actualmente aragonés aunque, de momento, no se ha reconocido como lengua oficial en el Estatuto. El nuevo gobierno regional de PP y Vox, incluso, pretende eliminar la Dirección General de Política Lingüística. ¿Se está atacando al aragonés desde el propio gobierno regional?

-Se lleva atacando desde que Vox entró en las instituciones y utiliza la lengua como arma política. Yo vengo defendiendo desde que empecé mi militancia política que el aragonés es una lengua transversal. En mi pueblo, Fonz (Huesca), lo hablan los de izquierdas y los de derechas. No es una cuestión ideológica. El que nos ataca con eso y dice que estamos imponiendo el aragonés, no conoce la realidad lingüística de Aragón y sólo quiere imponer un modelo de asimilación cultural. Un modelo en el que existe una cultura única, la castellana, y que todo lo demás no cabe. Es más, están intentando generar un Estado en el que la mitad de las personas no quepan: las mujeres, los migrantes, los ecologistas que creen en una agenda 2030, los que están en contra del maltrato animal... Nosotros apostamos por un modelo plurinacional, multicultural y diverso. 

- Puede parecer contradictorio, entonces, que desde el Congreso se esté apoyando al aragonés mientras en el propio territorio se esté intentando lo contrario... 

- Es paradójico, desde luego. Y fíjate: si consigo como diputado más financiación autonómica para Aragón, será para PP y Vox. Si consigo más presupuesto, será para PP y Vox. Pero nuestro aragonesismo significa que nosotros creemos en un futuro en el que el planeta sea lo prioritario, en el que defendamos el feminismo y en el que volvamos a reconquistar las instituciones de Aragón para quitárselas a aquellos que niegan la violencia machista, el cambio climático y que llegan a decir, como la Presidenta de las Cortes de Aragón, que el papa Francisco es luciferino. 

  Jorge Pueyo, diputado por Sumar en el Congreso de los DiputadosPATRICIA DONOHOE

- Su padre fue en el pasado candidato de la CHA al Congreso por Huesca, pero ha sido usted quien finalmente ha conseguido ser diputado... 

- (Interrumpe) Sí, vaya lloros con mi padre el día que lo conseguí. Le di un abrazo y le dije: 'Papá, esto es de los dos'. Y venga a llorar. 

- Pero usted lleva ya 12 años como afiliado a la CHA. ¿Realmente quería formar parte de la vida política o ha llegado hasta aquí por accidente?

- Tuve dudas, la verdad. Veía posible ganar las primarias del partido, pero de verlo a quererlo hay un paso muy grande. Sin embargo, cuando fuimos conscientes de que había una oleada de ultraderecha que tenía la intención de cargarse todo lo que habíamos conseguido en esos doce años de militancia, las dudas se disiparon. Me parecía el paso lógico y nadie lo va a hacer mejor que yo, según creo yo mismo (ríe). 

- Con sus 27 años usted es uno de los políticos más jóvenes en el Congreso. ¿Cree que hay una desafección por la política entre la gente más joven? ¿Puede deberse a la desconfianza que generan actualmente los políticos?

- Puede ser, pero yo últimamente veo a muchos jóvenes que hablan del precio del alquiler. Me dicen: 'Jorge, ponte ahí con los precios'. Y yo les respondo: 'Maño, que aún no hay Gobierno. Ya nos pondremos en cuanto se pueda'. (ríe) Pero sí es verdad que existe un mensaje reaccionario por parte de la extrema derecha que está llegando a los jóvenes. Se ha creado un relato falso sobre el 'sanchismo' como el principio de todos los males y muchos jóvenes se han ido hacia ese sector. Pero ahora que estamos viendo todo lo que está pasando desde el gobierno de Aragón, que lleva sólo un mes en el poder y está dejando en ridículo a todos los aragoneses, creo que podemos dar el cambio si somos capaces de construir agenda social aragonesa.

- Habla usted de agenda aragonesa. El año pasado ocupó un escaño en el Congreso Teruel Existe, partido que fue decisivo para la investidura de Sánchez. Sin embargo, muchas de las reclamaciones históricas de Aragón siguen todavía pendientes. ¿Por qué tenemos que creernos que Jorge Pueyo va a hacer realidad lo que no se ha conseguido en los últimos veinte años?

- Bueno, llevamos un día y, de momento, el aragonés ya se puede hablar en el Congreso. El proyecto aragonesista está consolidado en el tiempo y tiene una reivindicaciones históricas que se han venido trabajando en los últimos años. Estoy leyéndome ahora 'Memorias de un beduino en el Congreso de los Diputados', de José Antonio Labordeta, y es una vergüenza. Ya por entonces él nombraba el Canfranc, el Cercanías, el corredor Cantábrico-mediterráneo...  Menos alguna autovía que se ha ido haciendo, la mayoría de proyectos e infraestructuras siguen pendientes. Tenemos que centrarnos en eso y en hacer un programa que sea ecologista, feminista, que trabaje contra la despoblación y que intente construir un Estado más democrático.

  José Antonio Labordeta, en una imagen de 2003Cover/Getty Images

- Algunos hablan de usted como el ‘Broncano aragonés’, pero también como el ‘nuevo Labordeta’. Usted idolatra su figura. ¿Qué lecciones aprendió de él?

- El mayor aprendizaje que recibí de él es la naturalidad, el contar las cosas de forma natural sin meterse en lenguas robóticos. Yo aún no me creo que sea político, la verdad. No me siento 'clase política'. Y la otra lección es que todo pasa. Hay mucha responsabilidad, muchos ataques... pero con el tiempo se valorará positivamente todo nuestro trabajo, porque lo haremos con honradez y defendiendo los intereses de Aragón. En el momento en el que vea que soy incapaz de defenderlos, dejaré la política. 

- El día de la constitución de las Cortes llevaba una corbata de Labordeta. Cuéntenos un poco su historia, porque creo que hubo una subasta de por medio, ¿verdad?

- Esa corbata la llevó Labordeta cuando fue elegido diputado en el año 2000 porque decía que a Ibarrola, el artista que se la regaló, le estaban jodiendo los burócratas. En 2011, se la puso también Chesús Yuste en el Congreso tras haber pujado por ella en una subasta interna de la CHA. Y cuando él me dijo que me la pusiera para la sesión constitutiva, ni lo dudé. También he de decir que ese día iba preocupadísimo temiendo que se me manchara o la perdiera. Y, además, es muy llamativa. Cuando entré al Congreso pensé: "¡Qué vergüenza!" (ríe).

- Ya sabe que el PP va a pedir, a través de mociones, que alcaldes, concejales y parlamentarios de todos los partidos se retraten ante la ley de amnistía que el Gobierno de Pedro Sánchez estaría negociando con los partidos independentistas. Ahórreles el trabajo y dígame si usted está a favor o en contra. 

- Estamos viendo que la estrategia del PP no es la de intentar formar Gobierno, sino la de movilizar a todo su arco político para destruir cualquier alternativa. Es una campaña agresiva. Pero debemos tenerlo claro: o hay una España de PP y Vox en la que no caben la mitad de los españoles o una España que intenta construir un país mejor. Una encuesta de 40db decía recientemente que la gente es favorable a que haya un gobierno con toda la España plurinacional. Porque, al final, sin esa España plurinacional no se suma. 

- Pero no me ha respondido. ¿Está usted a favor o en contra de la ley de amnistía?

- Yo creo que hay que encontrar soluciones políticas a conflictos políticos. Debemos desjudicializar la política y despolitizar la Justicia. Es decir, que los asuntos políticos se resuelvan en la política y que los asuntos judiciales se resuelvan judicialmente. Y que haya un CGPJ que no sea elegido por políticos, al igual que el TC o el Supremo. Es que hasta la Fiscalía también la nombra el Ejecutivo. Desde mi experiencia jurídica, tenemos que hacer un modelo más democrático. Y creo que por ahí está la solución.

- El PP ha convocado para el domingo anterior al debate de investidura de Feijóo un gran acto en protesta contra esa ley de amnistía. ¿Están haciendo figuras como Aznar o Ayuso un llamamiento al golpismo, como así denunció la ministra portavoz del Gobierno en funciones en el último Consejo de Ministros?

- Lo que estamos viendo es una radicalidad absoluta del PP. ¿Pero contra qué están protestando? Deberían estar esforzándose en recabar esos apoyos para su investidura y no querer derrocar un hipotético futuro gobierno. Y las salidas de tono de Aznar no las entiendo. Creo que un expresidente del Gobierno debería tener un 'poquico' más de altura de Estado. Si ama su país, estos asuntos debería dejarlos de lado. Lo que tendría que preocuparle es que Arabia Saudí esté comprando el 10% de las acciones de Telefónica, que tiene conocimientos sobre Defensa y sobre todos los asuntos del Estado. Eso es defender a tu país y patriotismo. Lo otro es propaganda.

- ¿Usted cree que habrá finalmente gobierno progresista o nos iremos una repetición electoral el 14 de enero?

- Yo espero que sí. Creo que la España plurinacional debe plantear sus problemas y ponerlos encima de la mesa, pero sin olvidarnos de toda la agenda social. Nosotros hemos venido a mejorar las condiciones laborales, a reducir la jornada de trabajo o a mejorar el sistema de la financiación en asuntos como la Sanidad o la Educación, entre un largo etcétera. Si sabemos conjugar esas dos cosas, puede haber gobierno. 

FOTOS Y VÍDEO: Patricia Donohoe

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es