Hundimiento anímico en el gobierno de coalición: "No hay respiro"

Hundimiento anímico en el gobierno de coalición: "No hay respiro"

La conversación con la vicepresidenta Yolanda Díaz, clave para que Errejón se fuera: “Tienes que dimitir”

Íñigo Errejón, en una imagen reciente.Jesús Hellín

“No hay respiro”. En el Gobierno de coalición se definen en shock tras la abrupta dimisión de Íñigo Errejón, empujado a dejar la vida política ante las acusaciones de violencia machista. En el lado socialista del gabinete son conscientes de que la crisis va más allá de Sumar, toda vez afecta a Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda. “No salimos de una para meternos en otra”, resumía gráficamente un diputado de la izquierda, que citaba también el caso Koldo, cuyos detalles no dejan de publicarse. En las estructuras territoriales del PSOE la preocupación va a mayores. “Vivimos en una crisis constante”, en palabras de un alto cargo autonómico.

En Sumar reivindican la firmeza de su respuesta. Desde que Cristina Fallarás desvelara las denuncias, se actuó de forma rápida y contundente, arguyen desde el entorno de Díaz. “Se le requirieron explicaciones. Él asumió la acusación de comportamientos machistas pero negó haber cometido ningún delito. Aún así, se consideró que era suficientemente grave para exigirle que asumiera responsabilidades”, expusieron las fuentes consultadas por El HuffPost.

  Errejón y Yolanda Díaz, el pasado martes en el CongresoEFE

La llamada el miércoles desde Portugal de la vicepresidenta a Errejón, su portavoz en el Congreso y uno de los rostros más reconocibles de Sumar, fue definitiva. “Tienes que dimitir”, le vino a advertir. En caso contrario, sería cesado. Los nervios ya entonces estaban a flor de piel en la cúpula. El jueves, presionado por los suyos, Errejón emite su ya famoso comunicado. Horas después, llega la primera denuncia ante la Policía, la de la actriz y presentadora Elisa Mouliaá.

Sumar asegura que hasta la publicación de Fallarás “no” tuvieron constancia de ninguna conducta reprochable por parte de Errejón. Pero lo cierto es que las especulaciones arreciaron desde el primer minuto, con cargos políticos y líderes de opinión sugiriendo que era “un secreto a voces”. “Yolanda Díaz lo sabía y lo tapó”, se encargaron de difundir desde el Partido Popular. En privado, algunas voces socialistas y de Sumar también sugirieron que “algo habían escuchado”, pero sin tener constancia de que fuera tan grave. Las horas previas al comunicado de Errejón, la Cámara Baja era un hervidero de rumores.

En términos políticos y electorales, en el Gobierno reconocen que la polémica les impactará negativamente. De hecho, los socialistas recuerdan que Sumar ya estaba antes de esta crisis en una situación muy complicada, intentando sacar cabeza y con las encuestas en contra. “Parece muy improbable que podamos afrontar unas elecciones con un Sumar moribundo. O desparecen, o nada”, según el razonamiento de un alto cargo del PSOE.

  Mónica García, ministra de SanidadSOPA Images

“La izquierda golpeada por una bandera de la izquierda”, resumen las fuentes consultadas. “Todo lo que estamos conociendo en las últimas horas es horroroso y demoledor. Desgraciadamente no hemos sabido hacer lo suficiente y no tengo palabras para expresar mi profundo pesar y preocupación”, afirmó Mónica García, ministra de Sanidad. “Me duele profundamente, lo vivo casi como una traición”, confesó Elizabeth Duval, la responsable de Comunicación de Sumar, y quien más ha estado dando explicaciones desde que estalló la crisis.

Desde el PSOE, también utilizaron palabras como “tristeza” o “estupor”, en boca de Oscar Puente. Con el añadido de que los socialistas siguen conociendo prácticamente a diario novedades de la trama corrupta en la que José Luis Ábalos estaba presuntamente implicado. Y ello sin contar los reveses judiciales en el marco del caso Begoña Gómez, tan continuos como demoledores.

“Hay que sacar los Presupuestos”, es la consigna, a fin de lograr algo de oxígeno político. Ya es casi una obsesión. En Moncloa están seguros de que si mañana fuera la votación de la senda de déficit, Junts acabaría apretando el botón verde. Pero Sánchez quiere también tener cerrado el apoyo a las cuentas públicas, con el objetivo de ganar tiempo y que todo pase y la gente acabe olvidando, como pasó con los indultos. “Habrá Presupuestos”, proclamó María Jesús Montero hace una semana, aunque públicamente no ha habido avances.

  El líder popular Alberto Núñez Feijóo interviene en el pleno en el Congreso de los Diputados.EFE/Sergio Pérez

Cada día el precio por seguir en Moncloa será más caro, apuntan en Génova, que no ven cerca los comicios generales. Tras el estrepitoso fracaso de su querella en la Audiencia Nacional, Alberto Núñez Feijóo ha echado el freno. “Hay corrupción del PSOE para más de dos años”, auguran fuentes de la dirección nacional. Por lo que, añaden, hay margen para ir poco a poco. “La ansiedad mediática no es nuestro problema”, afirman, para rechazar citar ahora a Sánchez en la comisión de investigación del Senado.

“Lo de Errejón es la puntilla” en el “desmoronamiento del Gobierno”, según el diagnóstico del equipo de Feijóo. “Poco más hay que decir públicamente sobre el caso, salvo exigir a la vicepresidenta que dé la cara y explique cuándo lo supo”, precisaron. De hecho, Borja Sémper fue muy escrupuloso en su valoración pública viniendo a contrarrestar a Elías Bendodo, que en una reunión del PP andaluz llegó a hacer bromas con el asunto. “Toca estar tranquilos y no llevarse por la ansiedad. El Gobierno no tiene un día bueno. Menos bronca, menos ayusadas y simplemente esperar”, en palabras de un cargo del gobierno de Mariano Rajoy.

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Corresponsal político de El HuffPost.