"Huelga de alquiler" de 900 inquilinos contra la subida fondo buitre de hasta 700 euros

"Huelga de alquiler" de 900 inquilinos contra la subida fondo buitre de hasta 700 euros

Nestar, el tercer mayor casero de España, está asfixiando a las familias alquiladas en varias zonas de Madrid.

900 inquilinos se revelan contra su casero

Los vecinos de seis barrios madrileños se han unido para enfrentar al fondo buitre Azora y sus cláusulas abusivas. A través de su gestora Nestar, el tercer mayor casero de España, están asfixiando a las familias alquiladas con incrementos de alquiler que pueden alcanzar los 700 euros al mes tras los primeros tres años de contrato. Más de 900 afectados, lejos de ceder o amedrentarse, se han organizado en torno al Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid y han convocado una "huelga de alquileres".

La acción sistemática de Nestar/Azora ha levantado en armas a Parla, Móstoles, Pinto, Villaverde, Carabanchel y Vallecas. Diez bloques, que agrupan a casi mil inquilinos, actúan de forma unitaria y exigen que cesen las "subidas ilegales" y se inicie de inmediato una "negociación colectiva". La lucha, iniciada por un centenar de vecinos del bloque número 7 de la calle Martín Muñoz de las Posadas (Villa de Vallecas), crece y se extiende, poniendo en aprietos a los especuladores inmobiliarios.

La vivienda ha registrado la mayor subida trimestral desde el verano de 2022, con grandes diferencias territoriales. Contratos llenos de cláusulas abusivas y el ruinoso estado de mantenimiento del edificio vallecano por parte de su propietario dan sustento a la protesta. El número de huelguistas ya es elevado; sin embargo, muchos más podrían sumarse, dado que se contabilizan hasta 8.000 familias afectadas por la gestión de Nestar/Azora de sus hogares. Todas ellas sufren la misma situación: al llegar el tercer año de contrato, se activan unas cláusulas abusivas que imponen una subida muy superior al 3% anual previsto en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).

Esta práctica abusiva se traduce en incrementos del alquiler de hasta 700 euros mensuales, haciendo que algunos contratos pasen de los 900 euros al momento de la firma a los 1.600 euros mensuales tras la activación de la cláusula. Además, esta disposición fue declarada ilegal tras una denuncia del Sindicato de Inquilinas de Cataluña. Sin embargo, el fondo buitre se niega a renunciar a estas cláusulas en sus bloques y, según denuncian los vecinos, en dos bloques de titularidad pública gestionados en Pinto y Parla por Nestar/Azora.

¿Qué significa la huelga?

Los inquilinos han dicho basta y han anunciado que se declaran en "huelga de alquileres". Esto implica que, de aquí en adelante, pagarán únicamente el precio indicado en el contrato inicial y las actualizaciones legalmente exigibles, pero no los seguros de impago, subidas abusivas y otros conceptos que Nestar-Azora sigue cobrando ilegalmente. El objetivo es que el gigantesco casero elimine estas cláusulas ilegales de sus contratos de alquiler y, de no ser así, no descartan emprender acciones legales.

Los vecinos han visto a otros ser desahuciados o forzados a abandonar sus hogares por las subidas desmedidas, pero saben que unidos son más fuertes. Las afectadas recuerdan que otras familias de sus bloques, incapaces de afrontar los nuevos precios, se han visto obligadas a abandonar sus hogares antes de que transcurran los siete años a los que teóricamente tenían derecho. Esta práctica abusiva no es exclusiva de Nestar/Azora.

"El problema reside en unos fondos buitre que actúan como ariete de la especulación, sin regulación y en un contexto de crisis social", denuncian desde el Sindicato de Inquilinas. La Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN-ES) ha alertado esta semana que vivir de alquiler aumenta el riesgo de pobreza, y el Banco de España reconoció en su informe de mayo que la mitad de la población inquilina se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión.

Titania
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Santander

En Madrid, los fondos buitre especuladores han encontrado resistencia. Los vecinos de los bloques en lucha están organizándose y coordinándose con determinación porque la situación ha llegado al límite. Van a la huelga y no piensan pagar cantidades que no les corresponden, millones de euros que son de los inquilinos y no del fondo buitre. Solo la organización colectiva puede enfrentar a los grandes especuladores y en Madrid hay un tejido que no piensa ceder.