Hechos inéditos en la negociación más compleja

Hechos inéditos en la negociación más compleja 

Sánchez echa el resto para tratar de evitar la repetición electoral. “El acuerdo es posible pero difícil”. Los nervios van a más en las estructuras del PSOE. 

Pedro Sánchez, este viernes junto a los portavoces de Bildu en el Congreso y en el SenadoEFE

Quienes despachan con el presidente salen con el convencimiento de que hará todo lo que esté en su mano para que la legislatura eche a andar. “Dentro de la Constitución”, apostilla siempre Pedro Sánchez cuando le preguntan por las negociaciones con los independentistas. En el Palacio Real, en los tradicionales corrillos posteriores al desfile por la Fiesta Nacional, todos los los altos representantes del Estado situaban al socialista en la Moncloa y a Alberto Núñez Feijóo en los escaños de la oposición. “No especulemos con que vaya a haber elecciones”, reclamó Sánchez a los presentes.

El jefe del Ejecutivo no quiere oír hablar de esa posibilidad. La negociación está siendo “compleja”, más que ninguna otra. Para alcanzar el pacto, está dando pasos impensables hace tan solo meses y que revuelve a un sector del propio PSOE, como compartir fotografía con los representantes de Bildu y Junts en las Cortes Generales. Antes, con una llamada de teléfono, no dudó en rehabilitar en términos políticos a Oriol Junqueras, uno de los instigadores del referéndum ilegal en Cataluña. Incluso evitó descartar la posibilidad de ponerse en contacto con el fugado Carles Puigdemont, tal y como informó este periódico.

  El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (PSOE), junto al portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.Eduardo Parra - Europa Press

En el equipo del presidente continúan creyendo que el enfado de la opinión pública ante estos gestos y, principalmente, ante la ley de amnistía se irán disipando con el paso del tiempo si la legislatura avanza. “Las decisiones, las medidas progresistas, que vayamos tomando irán copando los titulares. La ciudadanía comprobará que le va mejor con Sánchez al frente del timón”, según un miembro del Ejecutivo. Pero los obstáculos antes de llegar a la meta son muchos. Así lo reconocía el propio Sánchez sin micrófonos delante: “Esta negociación es más compleja que la anterior, sin ninguna duda”.

De hecho, los esquemas iniciales de Moncloa están sufriendo variaciones importantes para nerviosismo de las estructuras socialistas, prácticamente sin ninguna información concreta. Sánchez quería que su investidura se celebrara este mes de octubre y finalmente la princesa Leonor jurará la Constitución el día 31 con un gobierno en funciones. “Esperemos que sea en la primera quincena de noviembre”, se sugiere en el PSOE, aunque la presidenta del Congreso todavía no ha fijado la fecha de la sesión de investidura. Esa será la prueba del algodón, cuando se podrá interpretar que el acuerdo está cerrado.

Además, ERC ha negado que su formación vaya a alcanzar con Sánchez un acuerdo de legislatura. Sólo será de investidura y luego “a sudar”, en palabras de Gabriel Rufián. Extremo que rechazan en Moncloa: “Estamos trabajando para un pacto de largo recorrido para que la legislatura no se pueda ir al traste en dos días”, según fuentes socialistas. Es decir, el presidente quiere lograr el 'sí' al menos a unos Presupuestos Generales del Estado, lo que le facto le permitiría estar en Moncloa dos años largos.

Y, para rematar, los independentistas mantienen intacta su reclamación de avanzar hacia el referéndum de autodeterminación, contrario a la Carta Magna, cuando desde el Gobierno se les solicita abandonar esa vía unilateral a fin de sacar adelante la ley de amnistía. ¿Ya está redactado el texto? “Por lo que me dicen, el acuerdo está cerrado al 90% pero no se dan las condiciones. Junts y ERC no lo están poniendo nada fácil”, en palabras de un diputado socialista, en conversación informal con este periódico.

Barones, parlamentarios y altos cargos socialistas reconocen que la información sobre los contactos es prácticamente nula y que ellos mismos no saben explicar lo que está ocurriendo con un mínimo detalle. Tal es el nivel de discreción que Sánchez tardó semanas en decir públicamente la palabra “amnistía” pese a que Sumar, ERC y Junts ya hablaban abiertamente de ello. “Podéis decirlo como queráis, estamos en plena negociación. Cuando se alcancen los acuerdos, se explicarán. Hasta entonces, discreción”, indican desde el entorno directo de Sánchez, justificando su atronador silencio.

Y la tensión y los nervios van a más con el paso de los días. “El acuerdo es posible pero es difícil”, concedió Félix Bolaños, el principal negociador del presidente, también en los corrillos del Palacio Real. María Jesús Montero admitió “desconfianza” y la necesidad de “ablandar” a sus potenciales socios. Aunque ninguno de los actores implicados quiere abrir la puerta a una posible repetición electoral. “Todavía queda tiempo”, según las fuentes consultadas.

  Sánchez y Feijóo, este lunes durante su reunión en el CongresoEFE

El PP, de hecho, sigue dando por seguro que Sánchez será presidente. Si bien, alimenta públicamente la opción de acudir de nuevo a las urnas: “Lo grave no es que la gente manifieste su malestar en la calle el doce de octubre sino que Sánchez les ocultase sus intenciones cuando se presentó a las urnas y esté dispuesto a hacer ahora justo lo contrario de lo que prometió. Es un fraude en toda regla y no sería de extrañar que los que le pitaron ayer sean votantes suyos que se sientan estafados. Las elecciones se tienen que repetir con todas las cartas encima de la mesa”, en palabras de los portavoces de Alberto Núñez Feijóo. 

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Corresponsal político de El HuffPost.