Gómez Besteiro, el líder gallego que regresó del destierro
Tuvo que dimitir en 2016 acorralado por diferentes imputaciones judiciales. Tras limpiar su nombre, su amigo Sánchez le recuperó para la primera línea política
La política pocas veces entiende de segundas oportunidades. Después de que tu nombre quede manchado por supuestos delitos de cohecho o prevaricación, sólo algunos políticos logran sobreponerse de la denominada 'pena del telediario'. José Ramón Gómez Besteiro (Lugo, 56 años) es uno de estos 'supervivientes'. Imputado por diferentes causas en 2016, el dirigente socialista decidió dejar todos sus cargos para que su crítica situación no afectara al partido. Incluso parte de la izquierda celebró su salida. "Es una victoria democrática colectiva", dijo el entonces secretario de Política de Podemos, Íñigo Errejón.
Pero a Besteiro le quedaba todavía por delante una segunda vida en la política. Después de que todas las causas quedaran archivadas y el lucense limpiara su imagen, regresó en marzo del año pasado como delegado del Gobierno en Galicia y sólo tres meses después encabezó la lista al Congreso del PSOE por Lugo en las elecciones generales. Tomó posesión de su acta de diputado en agosto y en octubre anunció que se presentaría a las primarias de su partido para que lo eligiesen como candidato a la Xunta. Un vertiginoso ascenso con el que pretendía suplir tantos años de 'destierro' político.
La jueza que le investigó durante todo ese largo tiempo acabó inhabilitada. Sin embargo, en una reciente entrevista a El HuffPost, Gómez Besteiro aseguraba no sentirse víctima del 'lawfare'. "Lo que me pasó hace ochos años fue una absoluta injusticia, provocada y alentada por el PP. Es verdad que esa experiencia no me traumatizó, pero marca. Estos últimos años me han hecho más fuerte y resistente, sobre todo con el convencimiento de quien se sabe inocente", nos aseguraba.
Abogado de profesión, Gómez Besteiro se afilió al partido socialista de Galicia al poco de terminar sus estudios. Con 31 años, cuando ya contaba con despacho propio como letrado, fue nombrado portavoz del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Lugo y concejal de Urbanismo y diputado Provincial.
Tras las elecciones municipales de 2007, el dirigente se convirtió en el primer socialista que presidía la diputación de Lugo y en 2013 ya se convirtió en el jefe del PSOE gallego. Por aquella época, forjó una relación de amistad con Pedro Sánchez cuando el entonces casi anónimo diputado socialista recorrió toda España para convertirse en el sucesor de Alfredo Pérez Rubalcaba en la Secretaría General del PSOE. Lo consiguió.
La buena relación entre ambos se ha mantenido hasta diez años después, pese a que Sánchez tuvo que 'cortarle la cabeza' a Besteiro ante sus diez imputaciones. Sin embargo, el presidente del Gobierno se mantuvo leal a esta amistad y lo recuperó en 2023 para hacerle partícipe de las negociaciones con los grupos parlamentarios para ser investido presidente. Incluso, le ofreció ser ministro en su remodelado Gobierno. El lucense lo rechazó para aspirar a ser presidente de la Xunta.
"Es una persona que desprende mucha energía positiva. Sabe siempre guardar las formas, pero puede llegar a ser muy ácido con sus comentarios. Lo ha pasado muy mal en estos últimos años, pero no percibo que guarde rencor. Es todo un señor", asegura una persona próxima al candidato socialista.
Besteiro asegura que ha recorrido hasta 16.000 kilómetros en cinco días para llevar a cada rincón la ilusión del cambio en Galicia. "Sabe que el BNG está por delante y que no puede aspirar a ser presidente. Las encuestas no van bien, pero los sondeos siempre dan al PSOE menos escaños de los que luego saca. Se aferra a eso", asegura un dirigente socialista. "No es culpa suya si el domingo no se saca un buen resultado. Nos hemos tirado una legislatura casi sin candidato y a Besteiro se le ha nombrado tarde. Habría hecho más falta trabajarlo mejor. Y durante estos cuatro años hemos perdido mucha implementación territorial en la labor de oposición", asegura otro cargo del partido.
Pese a todo, Besteiro - cuyo padre trabajó de revisor de autobús - espera haber cogido a tiempo el vehículo que le puede llevar a un segundo gobierno de la Xunta sin el PP al frente. Serán los gallegos quienes decidirán si este 'político de dos vidas' consigue o no volver a la primera línea de la política gallega tras unos duros años en el purgatorio.