La hora de Podemos: hacerse fuerte ante el 'tsunami Díaz' o quedarse a su merced

La hora de Podemos: hacerse fuerte ante el 'tsunami Díaz' o quedarse a su merced

La formación morada se juega mantener su actual poder territorial y plantar cara a la vicepresidenta segunda del gobierno en la negociación para las generales

Lilith Verstrynge, Roberto Sotomayor, Ione Belarra, Irene Montero y Alejandra Jacinto, durante un acto de campañaEuropa Press via Getty Images

Unidas Podemos llega a las elecciones del 28-M desgastado por ser la fuerza 'débil' del gobierno de coalición y por la fragmentación de una izquierda en constante metamorfosis. El partido de Ione Belarra asume los comicios municipales y autonómicos como la última oportunidad de mostrar fortaleza ante el avasallamiento de Sumar y Yolanda Díaz. 

La falta de acuerdo con la vicepresidenta segunda del gobierno y ministra de Trabajo para forjar una alianza electoral de cara las generales de fin de año deja un panorama complicado para la formación morada: mantener su actual poder territorial y ser decisivo en la formación de diferentes gobiernos de izquierda reforzaría su peso para poder plantar cara a Díaz en una negociación que se antoja áspera. Sin embargo, quedar desfondado y sin baluartes le llevaría, por el contrario, a quedar prácticamente a merced de la voluntad de la vicepresidenta. Una idea subyace por encima de todas: la marca Unidas Podemos está en juego. 

En una campaña con clara desmovilización de la izquierda, especialmente entre el votante más joven, Unidas Podemos se esfuerza en motivar a su electorado con el compromiso de no ver alianzas de PP y Vox en las gobiernos regiones y principales consistorios. Podemos sabe que su éxito o fracaso se medirá por su capacidad de resistencia. Entre sus filas se da por hecho que habrá una pérdida de apoyos con respecto al resultado global de 2019, pero mantenerse en la Comunidad Valenciana y Madrid y ser 'llave' por primera vez en Asturias, Cantabria o Extremadura marcaría la fina línea que les separa de la gloria o el infierno.

La apuesta de Podemos en las municipales ha sido muy diferente desde su irrupción en el mapa político. En 2015, no concurrió con su marca en ninguna ciudad, pero sí optó por apoyar las candidaturas que posteriormente dieron lugar a las alcaldías del cambio en ciudades tan importantes como Madrid, Barcelona, Zaragoza o Cádiz. 

Ocho años después, Podemos ha pasado de cero candidaturas a presentarse en unos 1.500 municipios. En la inmensa mayoría de ellas lo hace de la mano de Izquierda Unida y otras formaciones. Nunca antes, las alianzas en este espacio habían sido tan numerosas.

Pelea brutal por entrar en la Asamblea de Madrid

  La ministra de Derechos Sociales y secretaria general de Podemos, Ione Belarra (i) junto con la candidata Alejandra Jacinto.EFE

Sin embargo, las encuestas son desconcertantes en algunas plazas. En la Comunidad de Madrid, principal campo de batalla de este 28-M, muchos sondeos dejan a la formación morada fuera de la Asamblea. Esto, casi de forma inevitable, supondría la mayoría absoluta para Ayuso. En los últimos días, su candidata, Alejandra Jacinto, ha ganado cierta presencia en la campaña al aprovechar el debate electoral en Telemadrid para regalar a la presidenta regional el libro 'Morirán de forma indigna', escrito por el exconsejero de Políticas Sociales Alberto Reyero, sobre la gestión de la pandemia por parte de la Comunidad. Además, colgó un cartel en plan calle Goya con una fotografía del hermano de Ayuso recordando su mordida por la compraventa de mascarillas en el peor momento del covid-19. Para Podemos, resulta imperativo conseguir el 5% de votos necesarios para asegurar su presencia en la Asamblea. Un resultado que, si no se consigue, ahondaría en la crisis que sacude al partido, tras quedarse en estos últimos tres años con sólo un escaño en Castilla y León, desaparecer en Galicia y perder la mitad de su representación en País Vasco. 

En el ayuntamiento de la capital, los cálculos favorecen algo más a Podemos. La candidatura encabezada por Roberto Sotomayor, que debuta después de la decisión de no pelear contra Manuela Carmena en las elecciones de 2019, lograría un 6,1% de los votos y hasta tres concejales, según el último sondeo de El País. Números insuficientes, eso sí, para armar una alianza de izquierdas junto con PSOE y Más Madrid que desbanque a Martínez-Almeida de la alcaldía.

  Ada ColauEuropa Press via Getty Images

Más negro es el panorama en Valencia y Zaragoza. Pilar Lima, que en estos últimos días ha cargado duramente contra Pablo Motos y "El Hormiguero' después de que en el programa se mofaran de ella por ser "sorda" y "bollera", apenas superaría el 2,8% de los votos ante el huracán de Compromís. En la capital maña, mientras, Podemos se juega la supervivencia al arañar en torno al 5% de los votos. En la pasada legislatura llegó al 6,2%. 

En Sevilla, donde sí forman confluencia con Más País, la candidatura de Con Andalucía se quedaría en el 8,9% de los votos frente al 14,1% que cosechó Adelante Andalucía en las pasadas elecciones. Por último, en Barcelona, los comunes de Colau verían peligrar su posición hegemónica en el bloque de izquierdas ante el ascenso del PSC. La encuesta de El País da diez concejales a Collboni y nueve a Colau, lo que facilitaría otro gobierno de izquierdas junto a ERC pero con el socialista como alcalde. De hecho, el 13,5% de los que apoyaron en 2019 a Colau votarían ahora al PSC. Otra opción de gobierno que no se descarta sería la del PSC con los apoyos de Trias per Barcelona y PP siempre que los socialistas queden por encima. Este escenario dejaría a Colau completamente fuera del gobierno municipal.

A nivel autonómico, la cosa no pinta mejor para Podemos. En la Comunidad Valenciana, la formación también se jugaría su subsistencia al sumar - según la última encuesta del El País - un 5,2% de estimación de voto. De su presencia final en el parlamento valenciano dependería la reedición del pacto del Botánic (gobierno de izquierdas con PSOE, Compromís y Podemos) los próximos cuatro años. En Aragón, el otro gran bastión en juego, los morados perderían al menos dos de sus cinco representantes y la mayoría de izquierdas actual estaría en peligro. 

Podemos jugaría también un papel clave para la gobernabilidad de la izquierda en Baleares (aunque podría bajar de seis a cinco escaños), Canarias (de cuatro a dos), Asturias, la Rioja, Navarra (bajo la coalición 'Contigo Navarra') y en Extremadura, donde la pérdida de mayoría absoluta de Fernández Vara le haría imprescindible para el gobierno. 

En Cantabria, mientras, el CIS le da opciones de entrar en el parlamento y ser decisivo para evitar un gobierno PP-Vox, aunque otras encuestas le dejan fuera. Una situación muy similar a la de Castilla - La Mancha, donde ya en 2019 se quedó sin representación.

Tregua con Díaz durante la campaña... salvo por Melilla

  La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en una imagen de archivo.Alejandro Martinez Velez/Europa Press via Getty Images

Para esta crucial campaña, Podemos ha contado en algunos de sus actos con Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda del gobierno ha recorrido 16 ciudades y ha apoyado tanto a candidatos de la formación morada, como de Más Madrid, Compromís y, por supuesto, a Ada Colau en Barcelona. En paralelo, Podemos ha evitado nuevas guerras mediáticas con Díaz, aunque sí han aprovechado la presunta compra de votos en Melilla para atacarla. "Sorprende las alianzas de algunos partidos progresistas con una coalición --en alusión a Coalición por Melilla-- que ya desde antes, no de ahora, estaba señalada por la compra de votos", señalaba este miércoles Irene Montero tras conocer que el partido islámico estaba 'cercado' por la investigación policial sobre el presunto amaño. 

CpM formaba parte del Acuerdo del Turia, el pacto de colaboración territorial suscrito por varias formaciones de izquierdas como Más País y Compromís, y también estuvo presente en la proclamación de Yolanda Díaz como candidata a la presidencia del gobierno el pasado mes de abril. Circunstancia que ha aprovechado Podemos para avivar la tensión. "Nunca nos veréis pactando con partidos corruptos", ha dicho esta semana Pablo Echenique. La chispa que recuerda que la guerra soterrada en la izquierda sigue muy viva y que sufrirá un nuevo giro una vez se conozcan los resultados del 28-M. 

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Licenciado en periodismo por la Universidad Carlos III. Actualmente, es jefe de política en El Huffington Post, tras nueve años como coordinador en ABC, cuatro como director digital en el grupo COPE y seis meses en Mediaset. Puedes contactar con él en javier.escartin@huffpost.es