El PSOE se encomienda a un nuevo cambio de guion de Sánchez para evitar el caos

Cien horas de lenta agonía. El PSOE sufre minuto a minuto la espera hasta conocer si, este lunes, Pedro Sánchez seguirá o no como presidente del Gobierno. Desde que el pasado miércoles el líder socialista anunciara a través de una carta pública que suspendía su agenda para "reflexionar" si "merece la pena" seguir siendo jefe del Ejecutivo, Ferraz se puso a trabajar para mostrar un apoyo unánime a su líder. 

Frente a aquellos que consideraban que esto se trataba de una estrategia política más de Sánchez de cara a las elecciones catalanas del próximo 12 de mayo, el relato de los acontecimientos demostró que es más bien una decisión personal (y familiar) donde sólo caben el hartazgo, el desánimo y la frustración. 

"Está muy tocado, nunca le habíamos visto así", señalaban fuentes de Moncloa a El HuffPost poco después de publicarse la carta en redes sociales. "No va de farol", repetían este sábado sus más cercanos, tal y como recogía Pablo Montesinos en este mismo medio. El miércoles, Sánchez tenía la firme decisión de irse tras el movimiento judicial contra su mujer, Begoña Gómez, pero sus círculo íntimo le convenció para que se tomara su tiempo. Cinco días.

Desde entonces, Sánchez se mantiene encerrado en Moncloa redactando, previsiblemente, el discurso más importante de su etapa como presidente. De igual manera que él escribió, de su puño y letra (y rosa), la carta en la que se declaraba "profundamente enamorado" de su esposa. 

Mientras tanto, apenas se conocen intercomunicaciones con miembros de su gobierno o del partido. LaSexta señalaba que el viernes había hablado con Óscar López, su jefe de gabinete, para despachar asuntos del Ejecutivo. También el presidente brasileño, Lula da Silva, pudo hablar con él durante unos minutos. 

Para evitar lo que muchos en Ferraz empiezan a asumir, la maquinaria socialista se puso en marcha para arropar a su líder en sus horas más difíciles. Todos los ministros han publicado mensajes de apoyo en redes sociales, así como los grupos parlamentarios del Congreso y el Senado. Y la estructura del PSOE al completo, desde la cúpula hasta las oficinas locales, han firmado un sinfín de comunicados, declaraciones y notas de prensa pidiendo a Sánchez que siga como presidente del Gobierno. 

El Comité Federal de este sábado, instrascendente al confirmarse la ausencia de Sánchez, se reconvirtió en una "fiesta" callejera en la que 12.500 simpatizantes - según datos de Delegación del Gobierno - se reunieron en Ferraz para cantarle a Sánchez "quédate, que sin ti la noche duele". Los pesos pesados del gobierno y del partido salieron del cuartel general para sumarse a ese grito, conscientes también de que la salida de Sánchez arroja al gobierno y al propio partido a una situación extrema de incertidumbre y caos. "Pedro, quédate. No pueden salirse con la suya", arengaba María Jesús Montero, la figura que muchos ven en primera línea para la carrera sucesoria. 

Con esta concentración, Ferraz quiso enviar un mensaje claro a Sánchez. Según fuentes socialistas, el objetivo era demostrarle al presidente que mucha gente está con él y su familia, y no con los insultos, los bulos y el odio de la oposición.

Una última intentona antes de que Sánchez comunique este lunes su decisión final. Cada hora que pasa, la sensación en las filas socialistas es que el partido está perdido y que el presidente del Gobierno dimitirá. Sin embargo, otros apelan al carácter imprevisible e indomable del presidente. No saben si su Manual de Resistencia tiene ya escrito su último capítulo.