El empresario mexicano que pagó gastos de Juan Carlos I niega su papel en un fraude fiscal
En concreto, mantiene la Fiscalía, el magnate mexicano inyectó 1,3 millones de euros en la clínica que gestiona el médico, M.M.S., un prestigioso centro de la zona alta de Barcelona, en una ampliación de capital simulada.
El empresario mexicano Allen Sanginés-Krause, vinculado con donaciones a Juan Carlos I, ha negado este jueves ante el juez que facilitara el fraude fiscal de un médico de estética del que fue paciente el rey emérito simulando una ampliación de capital y ha asegurado que la inversión fue real.
Según han informado fuentes jurídicas, el empresario ha comparecido durante algo más de una hora como investigado ante el titular del juzgado de instrucción número 29 de Barcelona, a raíz de una querella de la Fiscalía que le acusa, junto a su mujer y al médico del rey emérito, de tres delitos contra la Hacienda pública.
En concreto, mantiene la Fiscalía, el magnate mexicano inyectó 1,3 millones de euros en la clínica que gestiona el médico, M.M.S., un prestigioso centro de la zona alta de Barcelona, en una ampliación de capital simulada que en realidad pretendía enmascarar los beneficios de la sociedad, que de esa forma logró defraudar 600.000 euros a la Hacienda pública.
Sanginés-Krause es un empresario mexicano afincado en Londres al que se atribuye la donación del dinero con el que Juan Carlos I pagó gastos personales y de algunos miembros de su familia tras la abdicación mediante tarjetas opacas, según se desprende de la investigación que la Fiscalía archivó el pasado mes de marzo sobre los supuestos negocios ocultos del rey emérito.
En su declaración ante la Fiscalía en la investigación abierta por esas donaciones, el empresario, coleccionista de arte y que fue directivo del banco de inversión Goldman Sachs, reconoció que, por amistad, hizo regalos y pagó viajes a Juan Carlos I por valor de unos 270.000 euros entre 2017 y 2018.
En su comparecencia ante el juez de Barcelona, el magnate ha negado que la ampliación de capital en la clínica de estética fuera una simulación para facilitar el fraude fiscal y ha mantenido que se animó a invertir en el centro por su interés en el potencial económico de las técnicas para frenar el envejecimiento.
Ha justificado, además, que no formara parte de la dirección de la clínica pese a ser el socio mayoritario, alegando que tenía "confianza" en quienes gestionaban el centro porque suele fiarse de las personas, en este caso el médico del rey emérito.
En la querella por fraude fiscal que ahora ha motivado su imputación, la Fiscalía sostiene que uno de los principales indicios de que las ampliaciones de capital eran simuladas es "el perfil del inversor", un "magnate mexicano con pasaporte británico a cuyo nombre" la clínica expidió facturas "correspondientes a servicios prestados al rey emérito, cliente suyo desde hace años".
En concreto, la fiscal sostiene que en los ejercicios 2016, 2017 y 2018, el médico del rey presentó sus declaraciones de IRPF incluyendo "solo una mínima parte de las que realmente percibió" y "camufló" las rentas ocultadas como ampliaciones de capital de la sociedad que gestiona su clínica, aunque estas en realidad eran simuladas.
En 2016, la sociedad había recibido 245.000 euros de una mercantil radicada en Madrid que había creado Sanginés-Krause, operación que según la Fiscalía no estaba amparada en "ningún contrato escrito".