El 'caso Koldo' nubla el futuro de Ábalos: de aupar a Sánchez a estar en la cuerda floja
Fuentes del PSOE de Valencia dudan de que el escándalo de las mascarillas suponga el fin de su carrera política.
"Nunca me rindo, aunque me den fuerte". Quizá es una de las frases que mejor definen al exministro José Luis Ábalos, en el ojo del huracán tras destaparse el ‘caso Koldo’, con la detención de su mano derecha.
La dijo hace más de dos décadas, mientras comía con unos periodistas como concejal en Valencia. Una cuestión que confirmó en 2016, cuando trajo de vuelta a la primera línea política al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, que dos años después accedía a La Moncloa. Suya es tanto la estrategia como el discurso como el asentar el partido tras unas traumáticas primarias. Un hombre fuerte del presidente que se encuentra bajo la sombra de un caso de corrupción que, al menos de momento, no le afecta directamente.
“En el PSOE le quieren fuera”, comentan fuentes de la alta dirección del PSOE próximas a Sánchez. Una cuestión que han confirmado este viernes tanto la titular de Defensa como la vicepresidenta primera y ‘número dos’ del PSOE. “Yo sé lo que haría y usted sabe lo que yo haría”, indicaba María Jesús Montero a un periodista en una rueda de prensa.
Sin embargo, el aludido aseguraba mostrarse "sorprendido" y no conocer las mordidas con las que su mano derecha se enriqueció hasta en 1,5 millones de euros. “No tengo ni idea, me he enterado ahora, me he quedado estupefacto con esto”, indicaba el propio Ábalos en los pasillos del Congreso cuando se destapaba el escándalo. “Ya me gustaría a mí poder dar explicaciones. Pero es que no tengo más información que lo que he leído y lo que he leído encima dice que es secreto”, indicaba.
Una crisis en la enésima nueva vida política del diputado que puede romper la imagen de ‘hombre todoterreno’, enormemente ambicioso y con destacables habilidades para desenvolverse frente a las cámaras. Parte de su equipo, que profesa una gran lealtad, se ha visto roto con la detención de Koldo García y su entorno.
A su vez, Ábalos es uno de los hombres fuertes del PSPV, donde ha ido alcanzando con los años poder orgánico, llegando a imponer nombres en las listas al Congreso y liderado una de las familias políticas de los socialistas valencianos. Sin embargo, fuentes consultadas en el PSOE valenciano dudan de que esto sea el fin de Ábalos.
“Entiende que la política consiste en la lealtad. Tiene a gente muy leal y profesa mucha lealtad a los suyos. Siempre está ahí, aunque su influencia sea mayor o peor. Los suyos cuidan muy bien de él y él cuida muy bien de los suyos. Igual me equivoco, pero no pasará nada. Lo veremos en el congreso del PSPV ahora con Diana Morant donde exigirá su cuota, aunque decrezca de un 45% a un 10%, con gente como el alcalde de Almussafes, Toni González”, explican las citadas fuentes, sin olvidar a Álvaro Soler, su candidato como barón.
En los ecos de su ambición está devolver a Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE. Defenestrado por su partido, Ábalos fue el guardaespaldas del ahora presidente cuando recorría España en su coche. Incluso, tal y como cuentan varios periodistas estos días recordando la trayectoria del exministro, la casa de Ábalos servía de cama caliente para Sánchez cada vez que visitaba Valencia.
Un camino cada vez más rosa que alcanzó su máximo esplendor cuando fue nombrado ministro de Fomento en 2018, para después repetir con un cambio de nombre del Ministerio. No obstante, en 2021, al filo del mes de julio, caía como ministro y como ‘número dos’ del PSOE. Una cuestión nunca explicada a la que se unieron varias especulaciones como el caso Delcy Rodríguez o irregularidades en el Ministerio. No obstante, desde sus propias filas señalaban a cuestiones personales por las que el presidente le había pedido que dimitiera para focalizarse en ellas y a las que el entonces ministro se negó.
Fuera como fuere, perdió todo su poder en el PSOE para acabar en la Comisión de Interior del Congreso tras el 23-J a la vez que despegaba como tertuliano y azote de la derecha en TVE y Cuatro.
Está por ver todavía cómo afectará el ‘caso Koldo’ a su vida política. “Tiene muchas vidas”, insisten.