Dos mujeres, Armengol (PSOE) y Prohens (PP), se lo juegan todo en Baleares
Socialista y populares, principales partidos de las islas, son conscientes de que la victoria será ajustada y que necesitarán del apoyo de otras formaciones políticas para poder formar gobierno.
Como si se tratara de una final de la Champions League, dos mujeres, Francina Armengol (PSIB-PSOE) y Marga Prohens (PP), se lo juegan todo a un solo partido el 28M y una de ellas se convertirá en la próxima presidenta de las Islas Baleares.
Socialista y populares, principales partidos de Baleares, son conscientes de que la victoria será ajustada y que necesitarán del apoyo de otras formaciones políticas para poder formar gobierno. Es improbable el escenario de una mayoría absoluta como las que en su día disfrutaron los populares con Gabriel Cañellas, Jaume Matas y José Ramón Bauzá.
Bauzá, hoy eurodiputado de Ciudadanos, consiguió en 2011 la última mayoría absoluta del PP, pero en 2015 Armengol le derrotó y logró pactar con Podemos y los ecosoberanistas de Més para formar gobierno.
Cerrar acuerdos de gobierno es su especialidad. Los socialistas nunca han gobernado en solitario, y Armengol confía en renovar con una coalición su tercer mandato, mientras que Prohens opta al cargo por primera vez.
Es la primera vez en la historia autonómica en la que dos mujeres se disputan con opciones el sillón en el que Armengol fue la primera mujer en sentarse.
Según los sondeos publicados, los socialistas necesitarán del apoyo de Unidas Podemos y de los ecosoberanistas de Més para formar gobierno.
También el PP precisará del concurso de Vox, que tiene intención de entrar en el gobierno, aunque el objetivo ansiado por los populares es la gestión en solitario.
Queda en el aire qué papel jugarán tras el 28M formaciones como Ciudadanos o Proposta per les Illes Balears (Pi). No se puede descartar que se conviertan en la "bisagra" necesaria, como en su día lo fue Unió Mallorquina (UM), que decidió gobiernos con solo 3 diputados de los 59 escaños del Parlamento balear.
También podría suceder que el único diputado de la isla de Formentera decante la balanza. Todo a su tiempo.
En el ajedrez político de las islas suelen cumplirse las reglas de que para gobernar Baleares hay que ganar la capital, Palma, donde reside un tercio de la población, y que quien consigue el gobierno autonómico puede hacerse también con el control de los cuatro consejos insulares, pero no siempre es así.
De hecho, en la actualidad, los consejos de Mallorca, Menorca y Formentera son de las fuerzas progresistas y solo el de Ibiza está controlado por el PP.
Las dos candidatas tienen varios puntos en común: son mujeres de partido, firmes defensoras de sus ideas, socialismo y liberalismo; son de "fora vila" (de fuera de Palma), Armengol de Inca y Prohens de Campos; han desarrollado sus vidas profesionales en la política y tienen como idioma materno la lengua propia de Baleares, con el matiz, no pequeño, de que la socialista se identifica con el catalán y la popular con el mallorquín. Una mira más hacia Barcelona y la otra hacia Madrid.
En cuanto a los mensajes de campaña, los partidos de izquierda presumen de haber logrado "pleno empleo", de la subida de los salarios a los trabajadores, del cuidado de las clases más desfavorecidas y de tratar de controlar la avalancha de turistas que llegan año tras año al archipiélago -calidad por cantidad es el lema-, aunque esto último aún no han concretado como hacerlo. Además, aplicarán la Ley de Vivienda de inmediato.
En esta materia, el PP lleva en su programa mantener la ecotasa, un proyecto socialista, como impuesto finalista, y estudiar la regulación de la entrada de coches en cada isla.
También defiende la libre elección de centros educativos y lengua de enseñanza, y que el catalán sea un mérito y no requisito para trabajar en hospitales y centros de salud. Además, Prohens ha prometido una rebaja fiscal que afectará al 80 % de la población.
Fuentes de los principales partidos consultados por EFE señalan que "todo está en el aire", que los acuerdos serán ineludibles y que el voto indeciso decantará la balanza de un lado o de otro, por lo que han tratado durante la campaña de convencer a este segmento de votantes.