Díaz, Ayuso y el cierre de los restaurantes: la realidad de los horarios en España
Las palabras de la ministra de Trabajo abren un debate más allá del horario de los establecimientos: el de las dinámicas horarias y sus consecuencias.
“No es razonable un país que tiene abiertos sus restaurantes a la una de la madrugada. Es una locura seguir ampliando los horarios hasta no sabemos qué hora”. Aunque no es la primera vez que la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, saca a colación el debate acerca de los horarios laborales, sí lo es la conmoción posterior, sobre todo a raíz de la reacción de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien acusó a Díaz de “querernos puritanos, materialistas, socialistas, sin alma, sin luz y sin restaurantes porque les da la gana”.
Tras la controversia, Díaz aclaró que sus palabras querían hacer referencia no a una hora en concreto sino a las condiciones laborales y la salud mental de quienes desempeñan su función en esas franjas. La ministra, además, reprobó la “frivolidad” de Ayuso, a quien acusó de pensar solo en los “en un lado de la barra”.
La líder regional del PP, no obstante, después de las explicaciones de la ministra, volvió al ataque: “A ver cómo reaccionan los señoritos de la izquierda cuando se enteren de la hora a la que empiezan a trabajar las gentes de Mercamadrid. Que luego sus señorías querrán disfrutar del mejor género en sus restaurantes de referencia...”
Las palabras de Díaz no cayeron en saco roto en el sector de la Hostelería, que ven innecesario abrir ese debate. Desde la Asociación Hostelería Madrid consideran, de hecho, que “no hay debate, o si lo hay, es vacío”. Fuentes de la entidad señalan que en la Comunidad de Madrid en concreto hay una regulación de horarios muy actual y no ven una “justificación real, ni necesidad ni una demanda social” para cambiar los horarios de los establecimientos.
El presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel, ha ido un paso más allá y ha recriminado a la ministra “no tener ni idea” y “mentir” sobre los horarios. Para Yzuel, todos los bares “cumplen con la legalidad” y si hay alguno que no lo hace, es “anecdótico” y “excepcional”.
Jesús Soriano, camarero de toda la vida y voz de su profesión en redes sociales con la cuenta @SoyCamarero, ha afeado las palabras de Yzuel: “Creo que como representante de la Hostelería hace flaco favor a los empresarios que sí hacen las cosas bien”. En un vídeo en su cuenta, Soriano ha denunciado la situación en la que se encuentra su sector: “No hay conciliación laboral; se libra un día a la semana y no uno y medio o dos; se hacen muchas más horas sin cobrar; los contratos son de menos horas de las que luego haces...”
Los sindicatos, sin embargo, sí comparten que se abra al menos una reflexión sobre las jornadas laborales de la hostelería. Para Pepe Álvarez, secretario general de UGT, “los trabajadores de la hostelería, como el resto, tienen derecho a una jornada mínima y, mírese por donde se mire, se sabe que, en la inmensa mayoría de los casos, la jornada de los empleados y empleadas no es de ocho horas”. “En el mejor de los casos hablamos de más de diez horas”, ha asegurado para señalar que, siendo España “el país de la UE donde más tiempo abren las cafeterías y restaurantes, sí parece necesario abrir este debate”.
El secretario general de CCOO Servicios, Chema Martínez, también ha opinado que “los trabajadores de la hostelería y la restauración merecen un debate riguroso”, centrado, en su opinión, en el “diálogo social” y las “condiciones de trabajo”. Para Martínez, toca hablar de la “precariedad y las prolongaciones de jornada sin remunerar" y ha pedido “reforzar los elementos de inspección de trabajo”.
¿Y qué dicen los datos? La realidad es que el sector de la hostelería, según la última Encuesta de Estructura Salarial que realiza el INE, está a la cola en lo que respecta a los salarios medios anuales, con 14.632,81 euros al año, un 43,8% menos que la media.
Por otro lado, y con relación a los horarios, según los datos de Eurostat, España es uno de los países de Europa que más personas tiene trabajando a partir de las 18.00 horas, solo después de Estonia, Finlandia, Serbia y Grecia. Según el INE, las jornadas de trabajo españolas son las más tardías. Un 30% trabaja hasta las 19.00 y alrededor de un 10% todavía está en su puesto de trabajo a las 21.00 horas.
Desde Hostelería Madrid todo está regulado mediante “convenios colectivos” que negocia “cada empresa”. Reconocen que “no hay pluses de nocturnidad pero porque trabajamos con turnos”, como puede suceder con “los médicos” o “los bomberos”. “Lo que debemos hacer es respetar a las personas, sus turnos, y tener la plantilla necesaria para poder rotar”, afirma para añadir que, “al final, todos cuando tenemos nuestros momentos queremos a alguien que nos atienda, y no podemos pedirle a la gente que salga por el día, eso sucederá cuando haya cambio de hábitos”.
Es justo ahí, en los hábitos, donde está la raíz del debate. Al menos así lo ve César Martín, presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles (ARHOE). “El debate”, apunta a El HuffPost, “es mucho más amplio y exige un Pacto Social que no dependa de quien gobierne”.
Esta racionalización de horarios era el objetivo de una de las leyes que la ministra de Trabajo quería sacar adelante, la ley de Usos del Tiempo y Racionalización Horaria, una “prioridad para el Gobierno”, según palabras de la propia Díaz en junio de 2023. Para darle forma a la norma, el Ministerio encargó un estudio que resaltaba la necesidad de que España adaptase su horario al resto de Europa, algo que, tal y como recogía el informe, mejoraría la salud, la igualdad, la productividad y la sostenibilidad medioambiental y social.
Entre otras cosas, el estudio defendía la importancia de, por ejemplo, promover una franja más saludable en las comidas (entre 12.30 y 13.30 horas), adelantar el prime time de la televisión (España tiene el más tardío de Europa) o eliminar el cambio de hora, que todavía se realiza dos veces al año.
Para el presidente de ARHOE, los hábitos del horario español, en estos momentos, tiene un impacto directo en asuntos como “la productividad, las tasas de divorcio, el abandono escolar, las enfermedades, accidentes de tráfico, laborales...” “Las consecuencias de nuestros horarios son estas, por lo que lo importante no es tanto si se cierra antes o después un establecimiento, sino cómo afecta a la ciudadanía el horario que tenemos”, dice.
El problema, quizás, es la dinámica española, que Martín considera “la pescadilla que se muerde la cola”: “Nuestros horarios no son racionales: tenemos el prime time más tardío del mundo, cualquier programa de radio deportivo no acaba antes de la 1.00 horas, tampoco los conciertos o los espectáculos culturales, el fútbol... Es imposible llegar a casa antes de las 0.00 o la 1.00 si acudes a alguno de estos eventos; eso hace que seamos, junto con Italia, el país que menos duerme, lo que afecta a nuestra productividad, al rendimiento escolar, etcétera”.
El estudio para la ley de Usos del Tiempo recogía que “España es uno de los países de la UE en el que cierra más tarde el comercio”. Destacaba que, aunque “la liberalización horaria se ha extendido los últimos años en todo el continente europeo, [...] en general su horario habitual de cierre es inferior al español”.
Martín cree que “si todos pudiésemos salir antes del trabajo o contar con una flexibilidad real, comprobaríamos que no es necesario que muchos establecimientos cierren tan tarde”.
Todo ello provoca que España sea uno de los países en los que menos pernocta. Los especialistas en sueño creen que en el país se duerme mal y poco. Y esto se debe, generalmente, al hábito de prolongar la actividad social hasta entrada la madrugada. Además, los profesionales que trabajan durante toda la noche o parte de ella están expuestos a sufrir problemas de salud al descansar menos de lo que deberían.
Así lo explica a El HuffPost María José Martínez Madrid, coordinadora del grupo de trabajo de Cronobiología de la SES: "Trasnochar por culpa de horarios de trabajo tardíos nos lleva a un déficit de sueño crónico. Dormimos menos hora de las que deberíamos porque luego durante el día tenemos responsabilidades que nos impiden estar más tiempo en la cama. Tenemos hijos que llevar al colegio, reuniones o incluso trabajar de nuevo", señala la médica.
Esto se traduce en una peor calidad de vida porque, generalmente, estamos más cansados o somos más propensos al insomnio. "Recibir luz artificial e intensa durante la noche rompe el ciclo de la melatonina, que es la hormona que nos prepara para el sueño. De ahí que luego nos cueste tanto dormirnos a unas horas que ya no nos toca. Cuando alteramos el patrón de exposición a la luz, alteramos todos los ritmos de nuestro cuerpo", señala.
La doctora, en todo caso, considera que es más necesario poner el foco en hacer efectiva una conciliación que nos permita descansar más horas que en adelantar el final de la jornada laboral. "Todos podemos adaptarnos a un turno o a otro siempre que haya la conciliación necesaria", zanja.
A pesar de la oposición de la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, que aboga por mantener el horario de invierno, lo cierto es que el último domingo de este mes todas las casas volverán a cambiar sus horas: a las dos de la madrugada serán las tres.