Ana Pontón (BNG): "Estas elecciones no son ni reválida de Sánchez ni premio de consolación de Feijóo. Esto va de Galicia"
Entrevista a la candidata del Bloque a los comicios gallegos del 18-F y líder de la oposición en O Hórreo: "Ya va siendo hora de tener a una mujer presidenta y con las manos libres para defender los intereses de los gallegos y las gallegas".
Cogió las riendas de su formación política en uno de los momentos más críticos de la historia de la organización y la llevó a obtener los mejores resultados que habían conseguido nunca, convirtiéndose en la líder de la oposición al Partido Popular en el Parlamento de Galicia, O Hórreo. Por tanto, se convirtió en la política al otro lado de la bancada que en su día puso en aprietos a Feijóo y, después, a su sucesor, Alfonso Rueda. Hoy, Ana Pontón Mondelo (Sarria, Lugo, 1977), líder del Bloque Nacionalista Galego (BNG), es la candidata de la izquierda a la que la práctica totalidad de los sondeos le otorgan la posibilidad de encabezar una alternativa a los populares.
Pero Pontón explica, en entrevista con El HuffPost, que ella es "escéptica" respecto a los sondeos. Aquellos que conocen a la que puede convertirse en la primera mujer que presida la Xunta saben bien que prefiere hablar de propuestas, que huye del ruido si este las ensordece y que tiene muy claro que esta será una "campaña de ideas" que debe esquivar injerencias o distorsiones de la política estatal. Porque la que vota es Galicia.
Llega con los deberes hechos en ese sentido, tras conseguir lo que se pensaba imposible desde que en 2012 el Bloque se fracturó: lograr articular un pacto con el sector que se marchó, Anova, suscrito junto a Martiño Noriega -precisamente, a quién Sumar sondeó como candidato-, de cara al 18-F. Ahora, su siguiente reto pasa por esas urnas.
-De convertirse en la próxima presidenta de la Xunta, ¿cuáles serían sus líneas maestras en los primeros cien días de Gobierno? Y, ¿qué medidas priorizaría para sacar antes a lo largo de la legislatura?
-Si soy presidenta tenemos claro que va a haber muchos retos que abordar y uno de de los más importantes es la sanidad. Por eso una de las primeras medidas será el de poner en marcha un plan de rescate de atención primaria dotado de 200 millones de euros para que los gallegos y las gallegas recuperen una parte de calidad asistencial que les está quitando el Partido Popular con sus recortes y sus privatizaciones.
También pensamos que hay una cuestión clave, que es el cambio de modelo energético. En ese sentido, lo primero que haré será quitar el asiento que las eléctricas tienen en el Consello da Xunta. Es evidente que tenemos que poner la energía eléctrica al servicio de la sociedad gallega. También recuperaremos la gratuidad de los libros de texto [en la enseñanza], una medida social para fortalecer la mejor inversión que podemos hacer como sociedad, que es, precisamente, invertir en la educación de nuestros niños y niñas.
-La actualidad demanda la siguiente pregunta. La crisis de contaminación marina por el vertido de los pellets devuelve a Galicia algunos de sus peores fantasmas. ¿Cómo calificaría la respuesta y gestión de la Xunta? ¿Cuál sería la hoja de ruta del Bloque para hacer frente a este episodio si tras el 18-F acaban gobernando?
-Lo primero que hemos visto es a un Gobierno absolutamente superado y que nos demuestra su incompetencia. Los gobiernos son un poco como los amigos, se miden en las ocasiones. Y, ante una crisis como esta, el Gobierno gallego lo que hizo fue repetir ese nefasto protocolo del Prestige. Primero negó el problema, después intentó minimizarlo y luego le echó la culpa a otras administraciones. Y, finalmente, todo ese relato de manipulaciones y contradicciones que estamos viendo.
Creo que los gallegos y gallegas lo que sentimos es una tremenda indignación al ver de nuevo la mentira como forma de gobernar y la desprotección de nuestra costa, con la que tenemos un vínculo sentimental, pero que también es una forma de vida. Porque de el dependen miles de puestos de trabajo, del buen estado de nuestro mar. Una de las prioridades que tenemos que poner en frente es, primero, tener a una presidenta que les diga la verdad. Segundo, la convicción de tener a alguien que se va a poner al frente y no va a estar en esta política cortoplacista del pimpampum estéril de confrontación.
Esta crisis vuelve a evidenciar que nuestro mar está desprotegido. Nosotros lo que creemos es que las competencias de lucha contra la contaminación y Salvamento Marítimo deben estar residenciadas en el Gobierno gallego. Y eso es lo que yo reclamaré como presidenta.
-Llevamos un tiempo viendo cómo muchos de los análisis políticos y encuestas del 18-F apuntan a que una fragmentación de voto puede dejar a la izquierda sin posibilidad de gobernar, ¿cómo ve este escenario?
-Soy muy escéptica con las encuestas porque son un elemento más de la campaña. Además, acabamos de ver unas generales en las que la mayoría de encuestas apuntaban en una dirección que no fue realmente la que pasó. Yo con las encuestas, distancia. El único valor que les doy es que estas nos dan tendencias y la tendencia es muy clara: el Partido Popular baja y el BNG sube. Representamos la fuerza del cambio en este país y la única posibilidad real de poner en marcha un Gobierno que le devuelva la esperanza a los gallegos y gallegas.
Lo que estoy sintiendo en esta campaña es que hay una enorme ilusión en torno al BNG, que hay una mayoría social que quiere cambio y, si esa mayoría vota unida, vamos a ser capaces de poner en marcha un cambio histórico en Galicia, para que por primera vez tengamos a una presidenta con la cabeza y el corazón en los intereses de los gallegos. Y que va a permitir dejar atrás estos 15 años de retrocesos. La clave es que haya una gran participación y que la gente vaya a votar convencida de que hay un cambio posible y real.
-Pero, en la otra cara de la moneda, la de la derecha, ¿considera que Vox o la candidatura de la Democracia Ourensana de los de Jácome [alcalde de Ourense] pueden jugar un papel determinante? ¿Cree que de obtener representación alguna de las formaciones anteriores, el PP acabaría pactando con estas?
-Lo primero que me gustaría decir es que hay unas sociedades que son plurales y ese pluralismo no está solo en un lado. También la derecha concurre muy dividida en estas elecciones. No tengo una bola mágica para saber qué va a pasar. En todo caso eso le corresponde a la ciudadanía decirlo en las urnas. De lo que estoy absolutamente convencida es que en Galicia hay hambre de cambio y que la alternativa para derrotar al PP es el BNG.
Somos la fuerza que le está disputando en este momento la presidencia y, realmente, los gallegos y gallegas solo van a tener dos opciones. O bien un presidente como [Alfonso] Rueda, que nos está dejando una Galiza peor, que ya nos demostró que gobierna desde la mentira, o bien una presidenta del BNG, en este caso soy yo la candidata, que representa la esperanza de que podemos hacer las cosas mejor. Lo cierto es que a lo largo de estos últimos 43 años, Galiza ha tenido seis presidentes. Todos hombres y todos de fuerzas estatales. Ya va siendo hora de tener a una mujer presidenta y con las manos libres para defender ante todo y sobre todo los intereses de los gallegos y las gallegas.
-Y que Galicia acabe teniendo a su primera presidenta tras el 18-F, ¿también se plasmaría en políticas feministas o en materia de igualdad desde la Xunta?
-La garantía que tienen las mujeres de este país es que van a tener una presidenta que tiene un compromiso claro con la igualdad, con el feminismo. Vamos a hacer de esa bandera de la igualdad una de las banderas de la próxima legislatura, poniendo en marcha medidas para que haya corresponsabilidad real, para poner en el centro los cuidados, para luchar contra la brecha salarial.
Siempre digo que no quiero hacer historia por mí. Quiero hacer historia por todas las que lucharon antes, las que luchan hoy y todas las que lucharán mañana. Y también por esos hombres que nos acompañan en este camino imparable de la igualdad.
-El PPdeG denunció un "entramado digital" de manipulación supuestamente vinculado a la oposición gallega, pero sin presentar pruebas. ¿Cómo recibieron en el BNG las palabras de Paula Prado? Y, recordando las distintas protestas de trabajadores de la CRTVG, ¿cree que el PP tiene una doble vara de medir?
-La sensación que tuve es que hay un nerviosismo mayor del que pensaba en el Partido Popular. En fin, si quieren ir a una campaña de bulos es su responsabilidad. Nosotros vamos a ir a una campaña de propuestas, de alternativas y de poner el foco en Galiza, en los problemas de la gente, pero, sobre todo, en las soluciones. Porque nosotros tenemos un proyecto de futuro que ofrecer a este país y sabemos que el PP lo único que ofrece son bulos y querer embarrar el campo de debate. Hablo conscientemente, porque ellos saben que la acusación no se sostiene y quieren hablar de cualquier cosa menos de eso [de soluciones]. Vamos a hacer la campaña contraria, vamos a decirle a los gallegos y gallegas qué está pasando en este país.
Creo que que el PP hable de bulos y de manipulación no deja de ser un poco esperpento, porque llevamos más de 300 semanas con los trabajadores de medios públicos como la CRTVG protestando contra la manipulación más burda y absolutamente brutal que hace el PP. El PP representa la mentira, de hecho, creo que están tan acostumbrados a mentir que ya no saben gobernar de otra manera. Además, en esta [pre]campaña estamos viendo no solo esa manipulación, sino también cómo se usan fondos públicos de la Xunta para hacer campaña a favor de un partido, lo que creo que rompe con todos los principios éticos que deben regir a una formación democrática.
-Han logrado un acuerdo histórico con Anova que ha permitido reunificar el nacionalismo gallego, ¿qué ha cambiado desde la Cume de Amio de 2012 hasta ahora para que se desbloquease esta posibilidad?
-A lo largo de estos últimos años han cambiado muchas cosas. Se evidenció que el BNG es la referencia para poder transformar este país, que es la referencia de una fuerza política que no depende de Madrid y que tiene esa capacidad de querer cambiar las cosas y transformarlas en beneficio de la mayoría social. Quiero agradecerle a Anova la altura de miras que tiene en este momento, que es capaz de ver que estamos ante una situación histórica en la que tenemos una oportunidad que pasa muy pocas veces por delante de nosotros.
Habernos dado el apoyo en este momento es un síntoma de responsabilidad con la ciudadanía y de saber que, en circunstancias así, lo más importante es poner por delante los intereses de este país y entre todas y todos contribuir a que ese cambio sea posible. Creo que con ese acuerdo, está más cerca, porque los gallegos y las gallegas nos reclaman esa unión.
-Toca mirar a Madrid, pero casi por imperativo. Desde Génova 13, el propio presidente del Partido Popular apuntó a que la política nacional tendrá peso en los comicios gallegos. ¿Cree que los acuerdos para sacar adelante la futura ley de amnistía le preocuparán más al votante gallego que cuestiones como la sangría demográfica o el precio de los alquileres?
-Lo que veo es que desde Madrid, los diferentes actores políticos tienen a veces un cierto narcisismo y se creen el centro de todo. Estas elecciones no son ni la reválida de [Pedro] Sánchez, ni el premio de consolación de [Alberto Núñez] Feijóo. Estas elecciones van de Galiza y de que tenemos la oportunidad de hacer historia poniendo en marcha un cambio real.
Los gallegos y las gallegas saben que lo que nos estamos jugando nuestra sanidad y educación públicas, nuestro cuidado del mar y el medioambiente, darle futuro a los jóvenes o lanzar una Galicia feminista... y que todo ese ruido y ese querer trasladarnos las 'batallitas' madrileñas también va a ser derrotado en las urnas, porque no deja ser una falta de respeto a las gallegas y gallegos que son los protagonistas en esta campaña.
-¿Considera que Feijóo tiene futuro en Madrid si Rueda pierde uno de los feudos históricos de los populares?
-A mí la verdad no me preocupa cuál es el futuro de Feijóo, a mí lo que me preocupa es cuál es el futuro de los gallegos y las gallegas y veo estas elecciones como una oportunidad para mejorar sus vidas. Algunos las ven desde sus intereses partidistas, yo no me sitúo ahí porque, insisto, estas son unas elecciones en las que lo que está en juego es la vida de las personas que viven y trabajan en Galiza y a eso me voy a dedicar en exclusiva.
-Los acuerdos logrados con el PSOE para la investidura de Pedro Sánchez fueron suscritos en ese contexto, pero la legislatura, salvo sorpresas, puede ser larga. ¿Temen que si no hay cambio en la Xunta, el PP pueda tratar de torpedear lo que eventualmente se consiga?
-Tengo muy claro que el PP, por una estrategia partidista, quiere torpedear los acuerdos beneficiosos para Galiza que consiguió el BNG. Pero no es que piense que lo quieran hacer en un futuro, es que lo están haciendo a día de hoy. Por ejemplo, en un ámbito que me parece muy importante como es lograr una condonación de la deuda pública que sea igualitaria a la que se condone a Catalunya. El PP está presionando para que sus presidentes [autonómicos] no acudan a esa medida.
Creo que es una tremenda irresponsabilidad, sobre todo después de que Feijóo triplicase la deuda pública de este país y nos vaya a hacer pagar 1.400 millones de euros más en intereses porque no quiso acudir a los fondos públicos y prefirió endeudarse con la banca. Si yo soy presidenta, voy a trabajar no solo para que haya más competencias, todas las que tenemos en el Estatuto, tal y como está recogido en ese acuerdo de investidura con el PSOE. Voy a trabajar para que también se condone la parte de la deuda pública de nuestro país porque eso supondrá liberar 100 millones de euros para políticas sociales. Una de mis prioridades será un nuevo sistema de financiación que no discrimine a los gallegos y gallegas como el actual, que quiero recordar que firmó de su puño y letra el señor Feijóo.
-No quisiera terminar sin volver a Galicia. Dos de los problemas o retos medioambientales y sociales que tiene enquistados esta tierra pasan por los habituales incendios que asolan los montes y la progresiva pérdida de gallegohablantes. ¿Cuáles deberían ser las políticas forestal y lingüística de Galicia de cara al futuro? En ese horizonte, ¿hay menos eucalipto y más carballo?, ¿revertirían el decreto del idioma en la enseñanza?
-El monte es una gran oportunidad para Galiza, que la subordinación del PP a los intereses de una empresa como Ence está haciendo peligrar. Hay que hacer una nueva política forestal, hay que planificar el territorio, hay que ordenar qué especies tenemos, y, sobre todo. Tenemos que hacer que el monte sea un espacio que dé recursos económicos a la gente que vive en el rural, pero en el que tengamos como prioridad la lucha contra esos grandes incendios forestales.
Sabemos que la única forma es ordenando las especies y yendo a un nuevo modelo que realmente haga del monte una fuente de riqueza y no un problema como están provocando las políticas del PP. A día de hoy tenemos más eucalipto en Galiza del que estaba proyectado para 2030. Nosotros pensamos que hay que racionalizar y reducir la superficie que ocupa e ir a un monte multifuncional con diversidad de especies, pero en el que pensemos también en la transformación de la madera. Tenemos una gran paradoja, en Galiza se produce casi el 50% de las talas de madera, pero casi no hay transformación. Hay que fortalecer una industria que apueste por nuevos productos y por darle peso a un nuevo tejido industrial. Tenemos capacidad de hacerlo y lo impulsaremos desde la Xunta.
En el ámbito de las políticas lingüísticas, tenemos que ir a un gran acuerdo de país por la lengua. No puede ser que nuestro idioma sea la única lengua del Estado que pierde hablantes porque el plurilingüismo es un valor, el galego es lo que más nos une a las personas que vivimos en este país y que además nos abre las puertas a todo el mundo de la lusofonía [hablantes de portugués] que es una oportunidad cultural y lingüística que no podemos perder bajo ninguna circunstancia. Tenemos que aprovecharla para ganar en lo económico, ganar en lo social y ganar también en lo cultural.
Hay que dejar atrás un decreto que tiene un efecto demoledor, porque lo que está pasando es que niñas y niños que entran por la puerta de la escuela hablando gallego, salen hablando castellano. Tenemos que respetar esa lengua en los pequeños, porque no podemos privarles de ese conocimiento. Vamos a abogar por un gran consenso para recuperar nuestra lengua, un gran tesoro que tenemos que dejar en herencia a las generaciones que vienen detrás.
-¿Cómo definiría la 'etapa Rueda' en la Xunta, desde que Feijóo arribó a Madrid hasta este momento?
-Tenemos un Gobierno incapaz de construir una Galiza mejor, que nos deja una Galiza más pequeña y sumida a estrategias madrileñas que nos hace perder oportunidades. Tenemos que poner en marcha un cambio de ciclo. Por eso es importante que en estas elecciones haya una campaña de ideas. Nosotros lo que le pediremos a los gallegos es su confianza para hacer las cosas mejor. Hay otra forma de hacer política y hay otra Galiza en marcha.
[Esta entrevista fue realizada íntegramente en galego y posteriormente traducida al castellano]