9-J: el PSOE da la vuelta a la campaña y pone toda la presión sobre Feijóo
En Génova se confiaba tanto en arrasar, que una pírrica victoria sobre el PSOE no cumpliría con sus expectativas. Ferraz ve posible el empate tras convertir la investigación contra Begoña Gómez en un arma electoral.
Todas las elecciones europeas celebradas hasta ahora en España han tenido una lectura nacional y las de este domingo 9 de junio, en un momento de máxima convulsión política, no iban a ser una excepción. El PP había marcado desde hace meses esta cita como la primera para demostrar en las urnas la extrema debilidad de Pedro Sánchez tras urdir la ley de amnistía con los partidos independentistas catalanes.
Desde otoño, los populares se han ufanado en movilizar las calles y arengar a la masas para protestar por lo que ellos consideran una "traición" del presidente del Gobierno a los españoles. Las encuestas, efectivamente, empezaron pronto a reflejar un fuerte desgaste del PSOE y un auge notable de los populares, en detrimento especialmente de Vox. Incluso en el CIS, los populares llegaron a aventajar en marzo hasta en tres puntos a los socialistas.
Con la mayoría absoluta de las gallegas en el bolsillo y un aprobado raspado en las catalanas, Feijóo esperaba obtener una holgada ventaja sobre el PSOE en las europeas para dar mayor validez a su petición de adelanto electoral (un adelanto, por otro lado, que no hubiera sido nunca factible hasta el pasado 30 de mayo al cumplirse un año de la última convocatoria electoral).
Si las elecciones fueran una partida de póker, Feijóo tendría aparentemente todos los 'ases'. A una inestabilidad parlamentaria evidente (sólo se han aprobado dos leyes en el Congreso en medio año y una de ellas ha sido la amnistía), las encuestas en contra y el bullicio de las calles, Sánchez ha sumado la declaración como "investigada" de su mujer, Begoña Gómez, en la causa abierta a raíz de la denuncia del pseudosindicato Manos Limpias. Un asunto que ha opacado, casi por completo, la campaña electoral de estas europeas.
Lo curioso es que, en un momento de máxima debilidad de Sánchez (tuvo que abandonar la escena pública durante cinco días para reflexionar sobre si podía seguir o no al frente del Gobierno), las europeas se han convertido realmente en un examen al liderazgo de Feijóo. Y todo porque el PP había dado por descontado, de nuevo al calor de las sondeos, que el 9-J podría suponer toda una humillación de Feijóo a Sánchez.
Desde Ferraz han sabido darle la vuelta a la tortilla y han convertido una investigación a la mujer del presidente del Gobierno en una oportunidad para la remontada. En Ferraz se considera que el supuesto acoso judicial contra Begoña Gómez está movilizando a sus simpatizantes, de igual manera que el miedo al auge de la ultraderecha permitió el pasado 23-J que PP y Vox no sumaran mayoría absoluta. "Hace un mes el miedo era por cuánto íbamos a perder. Ahora, se habla de un empate e incluso de remontada. El estado de ánimo ha cambiado completamente", asegura a El HuffPost un miembro socialista.
Hasta el martes, fecha límite para publicar encuestas según la ley electoral, casi todos los estudios demoscópicos (salvo el CIS) mantenían al PP por delante del PSOE. Pero la distancia entre ambos se ha ido reduciendo cada vez más hasta los tres o cuatro puntos en favor de los populares. Cabe destacar, eso sí, que en las generales fue de sólo algo más de un punto.
Sánchez, cuya implicación en la campaña ha sido máxima, aseguraba este viernes que tiene "buenas vibraciones" de cara a los resultados de las europeas y ha instado a los jóvenes, las mujeres y los trabajadores a que acudan a votar al PSOE para frenar a la ultraderecha. "Hace un mes decían que iban a arrasar al PSOE y hoy están en el vamos a empatar", aseguró. Sánchez iba a participar inicialmente en cinco actos de campaña y finalmente ha estado en diez, un dato que demuestra la importancia que el presidente del Gobierno ha dado a esta dispuesta electoral.
En el PP, por su parte, creen que se ganará con claridad si la diferencia está por encima de los cuatro puntos. Tal como contó El HuffPost, los populares asumen desde hace días que la campaña empezó mal por enfrascarse en una particular batalla contra Vox y no centrar todos los esfuerzos en desgastar al PSOE. "Hay que ganar con claridad esta vez en las urnas. Un empate sería toda una catástrofe", ya decía un barrón territorial por entonces.
La segunda semana de campaña no ha sido tampoco mejor después de que Feijóo dejara caer la posibilidad de llevar a cabo una moción de censura contra Sánchez, escenario que sólo podría acabar en éxito con la implicación de Junts. De este modo, el hipotético diálogo con Puigdemont - que sectores del PP rechazan de pleno - volvía a estar sobre la mesa. Algo que llevó a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a dar un toque de atención sutil a Feijóo: "No podemos caer en los errores de las elecciones generales: no podemos dar nada por ganado, no podemos dar nada por hecho".
Una victoria raspada este domingo no colmaría las expectativas internas del partido, y mucho menos si hay un empate o, por sorpresa, el PSOE gana. Todos estos escenarios pondrían en entredicho el liderazgo de Feijóo y abriría la puerta a nuevos rumores de un recambio. El cambio, si se gana con rotundidad, el gallego habrá superado una importante prueba pero demostrar que está en condiciones de alcanzar la Moncloa en el momento en que Sánchez pueda verse obligado a convocar elecciones generales.
Además de PP y PSOE, las otras fuerzas políticas también se juegan mucho en estos comicios. Vox sabe que mejorará sus resultados de 2019 (sacó cuatro eurodiputados), pero el objetivo es duplicar y conseguir un gran resultados que les permita redimirse de una cadena de fiascos electorales desde el 23-J. Sumar, mientras, aspira a amarrar el cuarto eurodiputado - que correspondería a Manu Pineda (IU) - para evitar una sonora bronca interna y distanciarse lo máximo posible de Podemos en su primera pugna electoral por separado. La otra gran incógnita de la noche electoral es conocer cuál será el resultado de Se acabó la fiesta, la formación populista que podría llegar a los dos eurodiputados y dinamitar el tablero político. Su cabeza de lista ya ha advertido de que también se presentarán a las generales.