Un grupo de científicos españoles da con la clave para reducir los sacrificios animales en los laboratorios
Han desarrollado una app, cuyo nombre es aRukon, que pretende hacer más ética la experimentación científica que incluya.
Cuando se habla de experimentación científica, en numerosas ocasiones nos referimos a aquellos ensayo de laboratorio que requieren la utilización y/o sacrificio animal. Para mucha gente, esto supone una barrera que no están dispuestos a tolerar, ya sea por convicciones personales, códigos éticos que les impiden aceptar este tipo de prácticas o cualquiera que sea el motivo.
Pero este dilema ético y moral, -aunque nos pese- es inherente al avance médico y científico. Realmente lo es por pura lógica: siempre será 'menos malo' experimentar con un pequeño animal como puede ser por ejemplo; un ratón, un conejo o una liebre, antes que con un ser humano.
Eso sí, esto no quiere decir que haya barra libre, ni mucho menos. De hecho cada vez hay un mayor control y rigurosidad a la hora de experimentar con animales. Incluso existe una teoría a seguir de manera minuciosa la de las tres 'erres'.
Esta teoría es clara y se refiere a: reducción, refinamiento y reemplazo. La primera de ellas hace referencia a que se usen el mínimo número de ejemplares posibles: si es suficiente con los resultados aportados por 15 muestras, no sería correcto, ni ético utilizar 20 o 30.
En segundo lugar tendríamos el 'refinamiento. En este caso, se hace alusión a la forma en la que se tratan a los animales: aplicar el menor sufrimiento posible en la experimentación y evitar el daño innecesario. Y por último tendríamos la 'R' de reemplazo, la cual hace referencia a que, siempre que sea posible, se utilice un método alternativo como pueden ser cultivos o simulaciones informáticas.
¿Desperdiciar las partes no usadas?
El problema se encuentra en el momento en el que se experimenta con un animal -pongamos de ejemplo, un roedor- pero solo interesa una parte concreta, por ejemplo, los pulmones, para determinar si un tratamiento es nocivo o no. Es en ese momento precisamente cuando surge el problema, ya que, aunque hay que sacrificarlo para poder experimentar con él, el resto de las partes no se van a utilizar.
Y si volvemos a la teoría de las 'R', desperdiciar el resto del cuerpo, sería cualquier cosa menos un comportamiento ético. Es en este punto donde recientemente se ha podido encontrar una solución definitiva, gracias a la iniciativa de un grupo de científicos de la Universidad Jaume I, la consultoría SEMICROL junto a la Agencia Estatal de Investigación, que han desarrollado una app denominada aRukon, que pretende precisamente evitar esto.
¿Qué es aRukon?
Se trata de una plataforma cuya finalidad es que investigadores y científicos puedan anunciar de forma digital esas muestras que no necesitan y que otro que sí las requiera, pueda tener acceso a ellas, de forma que se aproveche mucho más el sacrificio animal en cuestión.
Evidentemente, estas partes requeridas deben guardarse y cuidarse en un congelador, a la temperatura adecuada y con todo tipo de garantías, pero lo principal es que se dé un uso adecuado a esta aplicación, algo que todavía está por ver. Ya que queda por saber si a la plataforma se le dará un uso diario por parte de los científicos, o si, por el contrario, quedará para un uso residual. Todo dependerá de cómo sea enfocado por la comunidad científica.