Sunak da marcha atrás en los compromisos climáticos del Reino Unido y desata una ola de críticas
El 'premier' renuncia a gran parte de las medidas para el objetivo de "emisiones cero". "Está dando prioridad de nuevo a sus compinches del petróleo y del gas", denuncia Greenpeace.
La oposición laborista y las ONG ecologistas se han lanzado a criticar con vehemencia la decisión del primer ministro británico, Rishi Sunak, de retroceder en varios compromisos climáticos, un rechazo al que se unieron incluso algunas voces de su propio Partido Conservador.
¿Pero es para tanto? Sí, porque supone dar marcha atrás justo cuando más alarmantes son las previsiones climáticas de Naciones Unidas. Es nadar contracorriente, en la línea de posicionamientos de derecha extrema y hasta negacionistas. El premier anunció lo que llama un "nuevo enfoque", que incluye reducir o retrasar algunos de sus objetivos para rebajar las emisiones de CO2 en los próximos años.
El Gobierno aplazará en cinco años, hasta 2035, el veto a la venta de vehículos de gasolina y diésel, ofrecerá "mucho más tiempo" para cambiar los calentadores de gas en los hogares, y eliminará los planes para impulsar el uso de coches compartidos y el reciclaje, entre otras medidas.
"Podemos adoptar una postura más pragmática, proporcionada y realista para llegar a cumplir el cero neto (en emisiones), que alivie las cargas sobre las personas trabajadoras", declaró Sunak en un discurso que pronunció desde Downing Street, su residencia oficial en Londres.
El primer ministro anunció que no vetará nuevas prospecciones de crudo y gas en el mar del Norte -"algo que simplemente nos haría dependientes de energía cara importada de dictadores extranjeros como (el presidente ruso, Vladímir) Putin", apuntó, y descartó cualquier impuesto para desincentivar los viajes en avión.
Queda asimismo arrinconado el proyecto de obligar a los arrendadores a renovar sus propiedades para que cumplan ciertos criterios energéticos, que estaba previsto que entrara en vigor en 2028.
Su Gobierno tampoco dará pasos para cambiar la "dieta" de los ciudadanos, ni "dañará a los granjeros británicos poniendo tasas sobre la carne", dijo Sunak, que asumió la jefatura de Gobierno en octubre de 2022, tras el descalabro de Liz Truss, y afronta unas elecciones generales, previsiblemente el próximo año, en las que el Partido Laborista parte como favorito.
"El debate sobre cómo vamos a alcanzar el cero neto ha introducido una serie de propuestas preocupantes, y hoy quiero confirmar que, bajo este Gobierno, nunca ocurrirán", declaró el primer ministro, que subrayó al mismo tiempo que no tiene intención de abandonar el compromiso de avanzar hacia las cero emisiones en 2050.
"Soy categórico en que cumpliremos nuestros acuerdos internacionales, incluidas las promesas clave hechas en París y Glasgow para limitar calentamiento global a 1,5 grados centígrados", recalcó Sunak, que insistió en que el Reino Unido continúa siendo un "líder global" en cuanto a objetivos medioambientales.
El mandatario británico afirmó que su país ha sido el que más rápido ha reducido sus emisiones en el G7, con un descenso de "casi el 50 % desde 1990", mientras que "Francia (ha reducido) un 22 %, Estados Unidos no ha cambiado y China ha incrementado (las emisiones) un 300 %".
"¿Cómo puede ser eso correcto, que los ciudadanos británicos tengan que sacrificar más que los demás?", se preguntó Sunak, que advirtió de que "si continuamos por este camino, corremos el riesgo de perder el consentimiento de los británicos".
Enfado mayúsculo
Desde luego, sus explicaciones no convencen ni a ambientalistas ni a oposición. Para Greenpeace, el discurso en el que Sunak anunció que posterga hasta 2035 el veto a la venta de vehículos de gasolina y diésel es "un timo gigantesco" al país, realizado por un "primer ministro que se ha quedado sin ideas".
"Sunak no está ofreciendo a las personas trabajadoras honestidad ni un futuro brillante: está dando prioridad de nuevo a sus compinches del petróleo y del gas", dijo el director ejecutivo de Greenpeace UK, Will McCallum, en un comunicado.
A juicio de la organización, "el intento de Sunak de dividir al país para arañar unos pocos votos puede acabar dividiendo a su propio partido y haciéndole perder votos".
Greenpeace hacía alusión así a los tories que ya han levantado su voz para mostrar su rechazo a las nuevas medidas de Sunak, especialmente el ex primer ministro británico, Boris Johnson, autor de varias de esas iniciativas ahora revocadas.
En un comunicado, Johnson reclamó "certidumbre" para las empresas acerca del compromiso del Gobierno con las cero emisiones netas.
Defendió que el Reino Unido lidera la lucha contra la crisis climática y la creación de tecnología verde, y que gracias a esas inversiones se creará un "futuro bajo en carbono, a menores costes para las familias británicas". "No podemos flaquear ahora ni perder de ninguna forma nuestra ambición para este país", añadió.
Tampoco ahorró críticas el Partido Laborista, favorito en todos los sondeos para las elecciones previstas el año que viene, que consideró el discurso de Sunak como un "acto de debilidad de un primer ministro desesperado y sin dirección".
A juicio de su portavoz climático, Ed Miliband, el primer ministro "baila al ritmo de una pequeña minoría de su partido", y su decisión de retrasar el veto a los vehículos de gasolina "supondrá miles de millones a las familias y dañará la confianza de los inversores en el Reino Unido".
Entre otros planes, Sunak ofrecerá "mucho más tiempo" para cambiar los calentadores de gas en los hogares, eliminará los planes para impulsar el uso de coches compartidos y el reciclaje, y no vetará nuevas prospecciones de crudo y gas en el mar del Norte.